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Crecer en el espacio

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De retorno a la tierra, se demora en recuperar la motricidad. Foto: Reuters.
El astronauta estadounidense Scott Kelly gesticula poco después de aterrizar cerca de la ciudad de Zhezkazgan, Kazajistán, el 2 de marzo de 2016. Kelly y el cosmonauta ruso Mikhail Kornienko regresaron el miércoles a la Tierra después de estar casi un año en la Estación Espacial Internacional, la misión espacial estadounidense más larga de la historia, que busca allanar el camino para los viajes humanos a Marte. REUTERS/Kirill Kudryavtsev/Pool ESPACIO-ASTRONAUTAS-REGRESO
POOL/REUTERS

Kelly aumentó su estatura y tuvo otros cambios físicos que transformaron su vida.

Auna semana de haber regresado del espacio luego de 340 días en la Estación Espacial Internacional, el astronauta Scott Kelly reveló cómo el viaje afectó su salud física. En los próximos días, seguirá sometiéndose a exámenes médicos para determinar con mayor certeza el impacto en su cuerpo.

Kelly, quien tiene 52 años, aseguró durante una conferencia de prensa que su nivel de fatiga y dolor muscular ha aumentado. Además, indicó que su piel está más sensible, debido a que, en el espacio, el contacto con objetos es menor. "Es casi como una sensación de quemadura cada vez que me siento, me acuesto o camino", comentó.

Los efectos de vivir casi un año en el espacio también se reflejaron en su estatura, que se incrementó casi cuatro centímetros. El ambiente sin gravedad provocó que sus discos intervertebrales se descomprimieran. Sin embargo, luego de dos días en la Tierra, la gravedad lo hizo recuperar su tamaño normal.

El astronauta también notó que su motricidad fina había disminuido, ya que, cada vez que lanzaba un objeto, no podía dar en el blanco. "Lo primero que intenté lanzar a una mesa lo fallé; intenté jugar al básquetbol y no pude embocar ni una vez... tampoco es que sea un buen jugador", comentó.

Según cuenta la BBC, los astronautas pierden volumen de la sangre en el espacio, por tal motivo Scott Kelly recibió una transfusión apenas llegó a la Tierra.

Los médicos ya han sometido al astronauta a diversas pruebas que serán cruciales para la realización de futuros viajes espaciales. Los estudios se centraron en analizar su resistencia y en resonancias magnéticas que mostrarán si distribución de los fluidos corporales se vieron afectados, centrándose especialmente en el cerebro y los ojos. Las pruebas continuarán por meses.

Generalmente, los astronautas que viajan al espacio sufren una inflamación en la parte posterior del ojo mientras están en el espacio. Esto provoca que tengan algún problema de visión durante un tiempo, aunque al arribar a la Tierra suele corregirse.

Además, tendrán la oportunidad única de comparar la situación de Scott con la de Mark Kelly, su gemelo, quien también es astronauta, pero permaneció en tierra durante el tiempo que su hermano estuvo en el espacio.

Scott Kelly, quien aterrizó el martes de la semana pasada en Kazajistán junto a su compañero ruso Mikhail Kornienko, ya había hecho otro viaje al espacio pero de 180 días. "En esta oportunidad, justo cuando salí de la cápsula (en Kazajistán) me sentí mejor que la primera vez", señaló.

En el espacio.

Con este viaje histórico, en el que Kelly marcó el récord de la estadía más larga en el espacio realizada por un astronauta estadounidense, también ha debido adaptarse al impacto psicológico que supone estar tanto tiempo viviendo en estas condiciones.

Para Kelly la duración ideal de un viaje espacial sería de tres meses. Admite que no era "capaz de asimilar" que debería ver pasar todos los meses de un año desde el espacio.

"A los tres meses piensas ya llevo aquí mucho tiempo y te das cuenta de que aún te quedan otros nueve. Te da vueltas la cabeza", rememoró como su momento más crítico. Kelly, padre de dos hijas, contó que extrañaba a su familia, pero se le hizo llevadero porque podía llamarlas desde un teléfono.

Según la NASA, cuando un astronauta viaja al espacio, cambia su sentido del tiempo. "Mientras viaja alrededor de la Tierra, el astronauta hace órbita a la Tierra cada 90 minutos", cuenta la organización aeroespacial. Esto implica que, cada una hora y media, observa la salida y puesta del sol. Esto puede confundir e interrumpir al cuerpo en el sueño. El "reloj interno" de los humanos está estipulado para un ciclo de luz y oscuridad de 24 horas.

Al viajar por primera vez, los astronautas se sienten como si tuvieran un resfriado y sus caras se hinchan. A su vez, producto de la ingravidez, los músculos se vuelven más perezosos y pierden masa muscular. Si bien hacen ejercicios con asiduidad, es algo inevitable. EL MERCURIO/GDA, EFE.

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De retorno a la tierra, se demora en recuperar la motricidad. Foto: Reuters.

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