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Contaminación y COVID-19: Nueva Delhi redescubre el cielo azul y respira mejor

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Nueva Delhi. Foto: Reuters

CORONAVIRUS

En cuarentena, los locales dicen que “es como la Delhi de hace 30 años”.

Con el cierre decretado para luchar contra la pandemia del coronavirus, los habitantes de Nueva Delhi, una de las ciudades más contaminadas del mundo, redescubren un cielo azul además de un aire menos contaminado.

Desde hace un mes, las industrias no funcionan, las obras de construcción están detenidas y los autos han dejado de formar atascos en las grandes arterias.

Una interrupción brusca de la actividad que permitió una mejora progresiva de la calidad del aire. “Nunca hemos tenido un aire tan limpio”, dijo Anumita Roychowdhury, una de las directoras del centro para la Ciencia y el Medio Ambiente de Nueva Delhi. “Es una experiencia increíble, pero tenemos que aprender de ella”.

Los organismos de control de la contaminación en India observan una disminución significativa de la contaminación atmosférica en la megalópolis, de 20 millones de habitantes, en esta época del año. Ayer miércoles, Día de la Tierra, la embajada estadounidense en Nueva Delhi registró una concentración media de partículas finas PM2,5 de 46 microgramos por metro cúbico. Si bien esto representa casi el doble del umbral recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), constituye una buena noticia. “Es como la Delhi de hace 20 o 30 años”, comentó Krishna Singh, un funcionario. “Es una lástima que apenas se nos permita salir a disfrutar de ello”, lamentó.

Muchas ciudades indias también están experimentando mejoras considerables en su medio ambiente. En el estado de Punjab (norte), los habitantes de Jalandhar publicaron en las redes sociales fotografías en las que se veían los picos del Himalaya, generalmente escondidos detrás del polvo y la niebla de contaminación.

El agua del Ganges también se ha saneado enormemente debido a la interrupción de la actividad a lo largo de este río sagrado, informó una agencia pública.

“La pandemia nos enseña que debemos elevar el nivel de respeto y de aplicación de nuestros programas de purificación del aire”, subrayó Anumita Roychowdhury. “Estoy orgullosa de que, de alguna manera, la gente haya comprendido el valor que tiene el aire puro y espero que esto cree un movimiento para mantenerlo así”.

En otras partes del mundo.

Los confinamientos dictados en buena parte del planeta también han provocado caídas en los niveles de contaminación en otras ciudades, según una investigación centrada en 10 ciudades de Europa, Asia y América.

Los datos fueron compilados por la compañía privada suiza de soluciones ambientales IQAir, que reunió información de contaminación de agencias nacionales, gobiernos locales y estaciones independientes de medición.
Se midieron para ello los niveles en el aire de partículas PM2,5 (las más perjudiciales para la salud, de menos de 2,5 micras de diámetro) durante tres semanas de confinamientos masivos, entre enero y abril de 2020, y se compararon con los índices del año pasado.

El estudio divulgado ayer muestra descensos en la concentración de contaminantes especialmente altos en Asia. En Europa, los descensos fueron menores.

Una bajada intermedia entre las ciudades europeas y asiáticas seleccionadas para esta investigación se detectó en América, con reducciones de la contaminación del 32% en Sao Paulo, del 31% en Los Ángeles y del 25% en Nueva York.

El cambio climático y el COVID-19

La paralización del transporte y de buena parte de la actividad industrial por la crisis de la COVID-19 supondrá un descenso aproximado del 6% de las emisiones de CO2 este año, algo insuficiente para frenar el cambio climático, vaticinó en las últimas horas la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que confirmó que el lustro 2015-19 fue el más cálido del que se tiene registro.

El secretario general del organismo, Petteri Taalas, lanzó esta advertencia al presentar el informe con el que la OMM celebró ayer el Día de la Tierra, en el que se confirmó que el lustro 2015-19 fue el más cálido del que se tiene registro, con una temperatura media global 1,1 grados superior a la de la era preindustrial.

“Se estima que este año podría haber una caída del 6% en las emisiones de dióxido de carbono (principal gas causante del calentamiento global), pero según el Acuerdo de París el descenso debería ser del 7%, y prolongarse durante décadas”, explicó. “La caída de emisiones, desafortunadamente, será a corto plazo, y probablemente se regresará a las cifras anteriores el próximo año, o incluso podría haber un repunte de la contaminación”, dijo.

Y agregó que, en todo caso, la crisis podría tener algún efecto positivo al mostrar que se puede trabajar conjuntamente por un interés común y de urgente resolución.

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