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La competición entre machos mejora la resiliencia ante el cambio climático

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Animales

Las especies cuyos machos compiten intensamente por sus parejas "podrían ser más resilientes a los efectos del cambio climático", según un estudio que publica la revista Porceedings of the Royal Society B.

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Foto: Pixabay

Un equipo científico descubrió que las polillas expuestas a temperaturas crecientes producen más huevos y tienen una mejor supervivencia cuando la población tenía más machos compitiendo por oportunidades de apareamiento —tres machos por cada hembra—, según un comunicado de la Universidad Queen Mary de Londres.

El estudio sugiere que la selección sexual "puede proporcionar un amortiguador contra el cambio climático y aumentar la tasas de adaptación en un escenario de cambio climático".

Todo ello podría mejorar la comprensión de cómo los cambios en el medio ambiente podrían afectar a las especies animales tanto en los sistemas naturales como en los agrícolas, agrega la nota.

El autor principal del estudio, Jon Parrett, señaló que el cambio climático "está alterando los medioambientes en todo el mundo", y por ello consideró de "vital importancia" entender cómo responderán las poblaciones animales a esos ambientes cambiantes"

Parrett explicó que este es el primer estudio que estudia cómo la selección sexual afecta a habilidad de una población animal para responder a los incrementos graduales de temperatura".

El estudio señaló que "las polillas eran más propensas a tener éxito en ambientes estresantes debido al aumento de la temperatura cuando había más machos compitiendo por las oportunidades de apareamiento".

La explicación reside en que "los machos que mejor se adaptaban al nuevo entorno tenían más posibilidades de aparearse y esos 'padres de éxito' transmitían su 'buenos genes' a la descendencia, ayudando a la supervivencia en el nuevo ambiente", explica el comunicado.

El experimento se hizo con varias poblaciones de polillas Plodia interpunctella en la que se estableció un ratio diferente de sexos. Tres machos por hembra (fuerte competencia) o un macho por cada tres hembras (competencia débil) y se hizo subir la temperatura en dos grados cada dos generaciones.

A medida que la temperatura aumentó por encima del rango normal para esos animales, las hembras empezaron a poner menos huevos y se redujo el índice de supervivencia de la descendencia.

Sin embargo, las poblaciones que tenían una proporción mayor de machos, estos fueron más resistentes al incremento de las temperaturas y aunque las producción de huevos y la supervivencia de las crías también se vio afectada, lo hizo "significativamente menos" que en los grupos con un sesgo de hembras.

El doctor Rob Knell, coautor del estudio, señaló que aunque el experimento se hizo en laboratorio "es posible que sus conclusiones puedan aplicarse a muchas especies de animales".

la intensa competencia por las parejas es una característica de muchos animales, desde los ciervos a los pavos reales o los machos del ave del paraíso o de grillos.

"Utilizamos un sistema de laboratorio para esta investigación, pero es probable que nuestras conclusiones sean aplicables a muchas especies animales. La intensa competencia por las parejas es una característica de muchos animales bien conocidos: los ciervos en celo, los pavos reales, los machos pájaros del paraíso y los grillos machos que cantan están tratando de ganar el juego de apareamiento.

Los resultados indican, según Knell, que estos sistemas de apareamiento competitivos pueden jugar un papel importante al determinar la respuesta frente a nuevos ambientes, mientras que las especies donde hay menos competencia por los apareamientos probablemente sean menos capaces de adaptarse a nuevas condiciones". 

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