COLECCIONISTAS

En Uruguay han existido y existen grandes coleccionistas de los objetos más diversos, desde camisetas de fútbol hasta lápices y plantas suculentas. Sin embargo, es difícil encontrar colecciones privadas de minerales autóctonos, porque estos se encuentran en muy pocas cantidades en nuestro país, según señaló la doctora en Ciencias Geológicas Leda Sánchez.

“Tenemos minerales, pero nada que sea brutalmente grande”, expresó Sánchez, que también es directora del Instituto de Ciencias Geológicas y del Observatorio Geofísico del Uruguay. A modo de ejemplo, nombró el cuarzo, el hierro, la turmalina y la malaquita. Y agregó: “También hay monacita y magnetita, pero en tamaño de grano de arena”.

De esta manera, aunque se pueden conseguir “algunas calcitas o turmalinas lindas”, para armar una colección es necesario conseguir proveedores de otros países, aseguró Sánchez.

Ella adquirió su propia colección en 1997 o 1998, mientras hacía su doctorado en Argentina. “Tenía como seis cajas de 20 minerales cada una; minerales con los cuales había tenido poco contacto en la carrera en Uruguay”, contó.

Incluso contaba con “minerales raros” de los que ni siquiera recuerda sus nombres.

De regreso en su país natal, donó la colección a la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República para que los estudiantes pudieran ver minerales que no hay en el país. “Para qué tenerlos en mi casa cuando podía servir para que los jóvenes vieran otras cosas además de lo que hay en Uruguay”, dijo.

Una colección importante de minerales se encuentra en el Museo Geominero del Uruguay. Este fue creado en 1936 e incluye minerales, fósiles y rocas nacionales e internacionales.

Según Alejandra Pascale, geóloga y encargada del museo, la colección de minerales incluye piezas recogidas en el marco de proyectos de investigación de la Dirección Nacional de Minería y Geología (DINAMIGE), así como muestras de Francia, Alemania, Argentina, Chile y República Democrática del Congo.

Algunos de los ejemplares son variedades de cuarzo de Florida y Artigas, variedades de calcita de Maldonado y Lavalleja, yeso de Durazno, moscovita de Colonia, biotita de Montevideo, oro de Rivera, pirita, granate, galena, pirolusita, fluorita y turmalina de Lavalleja, magnetita de Florida, malaquita, corindón y azurita de Maldonado y estaurolita de Canelones.

Uno de los grandes coleccionistas de minerales aún vivo es el matemático estadounidense Stephen Smale. Nació en 1930 e inició su colección en 1969 conjuntamente con su esposa Clara. Llegaron a tener más de mil ejemplares y muchos de ellos se encuentran fotografiados en el libro The Smale Collection: Beauty in Natural Crystals (2006).

Otra colección interesante es la que dejó el químico ruso Dmitri Mendeléyev, quien descubrió lo que ahora se conoce como la tabla periódica de los elementos. Mendeléyev, que nació en el siglo XIX y murió en el siglo XX, tenía alrededor de 250 ejemplares que pasaron a la Universidad de San Petersburgo.

El continente americano no se queda atrás. Miguel Romero Sánchez (1925-1997) fue un científico mexicano que dedicó su vida a coleccionar miles de minerales y estudiarlos. De hecho, descubrió dos tipos: la malpimita y la hojuelita. Su colección llegó a tener casi ocho mil ejemplares, de los cuales 6.500 eran de México.

Este año, El País trae la propuesta Minerales de la tierra para quien quiera formar su propia colección. Cada edición trae piezas seleccionadas por geólogos y minerólogos, y un fascículo explicativo con experimentos y curiosidades. Las entregas comenzaron el pasado 17 de mayo y se realizan los días martes, cada dos semanas.

Los tomos pueden solicitarse a través de la página web www.clubelpais.com.uy/coleccionables, llamando al 2900 4141 o a tu canillita. Cada uno sale $ 430 y los socios de Club El País tienen un 20% de descuento en los pedidos web o telefónicos.

La primera entrega incluyó oro, la segunda cuarzo rosa y la siguiente traerá ojo de tigre. Serán 20 en total; la última el 7 de febrero del 2023. Las que ya salieron se pueden solicitar a través de los medios de contacto mencionados más arriba.