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Celebrando la vida de Amalia de la Vega, la homenajeada en este Día del Patrimonio

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Amalia de la Vega. Foto: Archivo El País

DÍA DEL PATRIMONIO

El 25 de agosto de 2000, Amalia de la Vega falleció a los 81 años dejando un legado en el cancionero uruguayo y habiendo servido de inspiración a músicos.

Cuando el artista Rodolfo Arotxarena, amigo de Amalia de la Vega, recuerda a la fallecida cantante se emociona: “Verla desplegada en el escenario, parada, austera, con esos ojos chiquitos, cachetona, vestida de gris y con su pelo color ceniza era un tótem de una solidez única”. Así era la cantante melense, cuyo legado y su vida homenajea la edición 2019 del Día del Patrimonio que se realizará mañana y pasado bajo el título:“La música del Uruguay: 100 años de Amalia de la Vega”.

Su nombre real era María Celia Martínez Fernández. Nació en Cerro Largo el 19 de enero de 1919 y murió el 25 de agosto del 2000. Fue dueña de una voz privilegiada y sus canciones marcaron una generación, dando paso a nuevos talentos que cantaron a la vida rural.

“Tenía una voz prístina de una claridad impresionante”, recuerda Arotxa, que primero fue fanático y luego amigo de la cantante.

Amalia no se casó, ni tuvo hijos. Vivía con sus sobrinos en el barrio La Blanqueada. “Tenía un altillo en la calle Francisco Simón y mandoneaba mucho a los sobrinos. Era una mujer de carácter”, detalló sobre la vida de su amiga.

“A nivel técnico es perfecta, porque aparte, en la época, no había manera de acomodar nada. Todo lo que salía de ella era perfecto”, dijo El País Federico Lima, cantante, músico y productor del disco homenaje que preparó el Ministerio de Eduación y Cultura por los 100 años de su nacimiento.

“Era una figura muy cotizada, pero no era de los medios. A ella le gustaba encerrarse en el estudio y cantar”, contaba su amiga Silvia Puentes de Oyenard, a El País en el mes de febrero.

Su voz privilegiada la llevó a debutar en las fonoplateas de radio Carve y el Espectador en el año 1942.

Según el Centro Nacional de Documentación Musical, en 1949 realizó su primera grabación para Sondor registrando dos canciones, Vidalita Cerro Lagro y Totora. Luego grabó en Antar, Antar-Telefunken y Orfeo en Uruguay y para RCA en Argentina.

“Ella era una auténtica cantora criolla. Hubo gente como Osiris Rodríguez Castillo o Atahualpa Yupanqui e incluso Santiago Chalar que la pusieron por los cuernos de la luna, como una fenómena porque realmente cultivaba varios géneros desde estilos, de lo que tiene que ver con milongas, vidalitas, tristes. Fue una persona muy importante”, aseguró Arotxa.

Según el artista, Amalia era única en su área y su especialidad eran las milongas: “Las cantaba como nadie, ya había gente como Nelly Omar en esa época que transitó por el tango y la canción rural. Después otra persona que reconoció que era una voz única fue Mercedes Sosa”, agregó.

El reconocimiento internacional llega hasta artistas más cercanos como Alejandro Dolina, quien en una entrevista en el diario La República en 2002 confesó ser un fanático de la artista uruguaya: “Me gusta enormemente Osiris Rodríguez Castillo y otros personajes maravillosos que acá han sido un poco olvidados como Amalia de la Vega. Creo que casi nadie cantó así jamás”, destacaba el argentino.

“Su voz era única, no se repetía en nadie. Admiró muchísimo a Blanca Muney, que cantaba tangos y tenía una claridad también extraordinaria y la admiraba dentro de lo que era el género femenino, porque por excelencia el cantor que admiraba al máximo era Carlos Gardel”, contó Arotxa.

A Amalia se adjudica la siguiente frase: “Lo que pasa es que han habido tantos imitadores (de Carlos Gardel) y tanta gente que canta tangos, que uno compara, y yo digo, caramba, por qué hacen esas cosas complicadas, por qué no escuchan a Gardel. Muchos dicen que su ídolo es Gardel y ¿por qué no llegan a esa sencillez?”.

Su talento la llevó a recorrer Argentina, Brasil y Chile acompañada por un gran número de guitarristas criollos de renombre como Hilario Pérez, Mario Núñez o Uruguay Zabaleta.

“Amalia era una mujer temperamental. Te decía esto es así y tenía que ser como ella quería. Siempre tenía guitarristas de primer nivel”, comentó Arotxa.

Cantar a las costumbres uruguayas.

La artista cantó sobre las costumbres uruguayas y especialmente retrató al campo en sus canciones. “Le cantó específicamente a lo nuestro”, destacó Arotxa.

Fue la encargada de poner música y voz a poemas de Tabaré Regules, Juana de Ibarbourou o Fernán Silva Valdés.

Sus canciones Mate Amargo, Vidalita de Cerro Largo o Flor de Ceibo son algunas de las que destacan en su repertorio.

“Reconozco que las cosas que pinté tanto la serie Caudillos como la serie Silencio fueron inspiradas en Amalia y en cómo cantaba Amalia. Tan así que me cuesta mucho recomponerme cuando la escucho cantar. Ella fue única, irrepetible”, concluyó.

Curiosidades de Amalia de la Vega.

La cantante uruguaya vivía en una casa junto a sus sobrinos y según contaban quienes la conocían, solía mandonearlos ya que tenía un carácter fuerte.

Amalia era una mujer austera y sencilla, cuyos zapatos de taco bajo y cuadrado resultaban particulares.

Ya anciana, cuando se quedaba sola en su casa atendía el teléfono poniendo voz masculina, para que quien llamara —si era un desconocido— no se diera cuenta que estaba sola.

Era una mujer puntual. Según cuentan Rodolfo Arotxa y su esposa,_Magdalena, cuando la invitaban a comer llegaba siempre antes, pero hasta que la hora no era la marcada no tocaba el timbre. De joven no se animaba a cantar en público, por lo que cantar escondida detrás de una puerta.

También en el 2019, los 125 años de la Sociedad Elías Regules

Este 2019 la Sociedad Criolla Elías Regules, ubicada en avenida Bolivia 2455, Montevideo, celebra sus 125 años y desde el mes de mayo viene realizando varias actividades.

Este fin de semana del 5 y 6 de octubre se suma a las más de 500 actividades que habrá en todo el país por el Día del Patrimonio y ofrece una propuesta para toda la familia: quienes la visiten tendrán la oportunidad de realizar un verdadero viaje en el tiempo.

Durante sábado y domingo de 10 a 16 y de 11 a 18 horas respectivamente, celebrarán la fiesta popular que homenajea el patrimonio uruguayo con visitas guiadas por una recreación de un poblado de campaña típico de finales del siglo XIX.

En la puesta en escena se podrá conocer de primera mano cómo era una vieja estación de ferrocarril, así como también una escuela rural, una pulpería y una capilla.

Habrá actividades pensadas para chicos y grandes, aunque los primeros tendrán el privilegio de hacer un paseo en pony, lo que hará completa la experiencia de este viaje en el tiempo.

En el predio de la sociedad criolla también habrá música en vivo de la mano de varios artistas uruguayos: a lo largo del fin de semana actuarán Pancho Ponce de León, Carlos Paravís, Gustavo Cabrera, Oscar Redon Cabrera, Tres y Pico, Pilar Apesetche, Duro e Boca y José Damiani.

Además, se podrá disfrutar de los espectáculos que brindarán distintas agrupaciones de danza como el Ballet Folklórico Nacional con sus bailes criollos a caballo (será el domingo a partir de las 13 horas) o el grupo de danzas folklórica de Tacuarembó (sábado y domingo desde las 13 horas).

Otra de las propuestas que hace la Sociedad Criolla Elías Regules es una serie de charlas: el domingo a las 13.30 horas Alejandro Sequeira estará a cargo de “Pensar en verde” y a las 14 horas Margarita Assunçao hablará en un espacio denominado “Amalia de la Vega”.

También en el predio de la sociedad criolla habrá puestos que tendrán en exposición y venta diversos libros, cuadros y artesanías.

La oferta gastronómica no faltará y los visitantes que lleguen podrán disfrutar de preparaciones típicas de la cocina uruguaya.

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