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Cansancio y cáncer: dos aliados a combatir

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SALUD

El agotamiento físico y emocional que provoca la enfermedad y sus tratamientos perturba la calidad de vida de los pacientes

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Los tratamientos con quimioterapia son conocidos por generar desgaste muscular

En Uruguay se registran aproximadamente 16.200 casos nuevos de cáncer al año, de acuerdo a datos del Ministerio de Salud Pública.

Esta enfermedad es, además, la segunda causa de muerte más común, después de las enfermedades cardiovasculares.

Entre 2011 y 2015, el cáncer con mayor incidencia entre los hombres fue el de próstata con un promedio anual de 1.412 casos; mientras que entre las mujeres se trató del cáncer de mama con 1.859.

Una vez que se conoce el diagnóstico y se comienzan con los tratamientos, uno de los problemas que más se repite entre los pacientes está relacionado con el cansancio y agotamiento. Este es uno de los efectos secundarios más comunes durante las fases iniciales pero también un denominador común en etapas más avanzadas de la enfermedad.

Efectos no deseados.

Estela Corrazo, oncóloga con formación en cuidados paliativos, explicó que al enfrentarse a un tratamiento, cualquiera sea el tipo de cáncer, el cansancio y los efectos secundarios son importantes desde el inicio.

“Todos los tratamientos de los que disponemos hoy son sumamente agresivos. Los más modernos, las terapias más dirigidas, no lo son tanto, pero tampoco están exentos de efectos indeseados para el paciente”, aclaró.
En los tratamientos de quimioterapia se suele experimentar cansancio, astenia (falta de ganas para hacer las cosas), adinamia (falta de fuerza), náuseas y malestares digestivos, entre otros síntomas.

En el plano psicológico, lo que se experimenta depende del caso y de los objetivos específicos del tratamiento. “Cuando el tratamiento es preventivo, como es en algunos tumores de mama, se sabe que hay un inicio y un final; uno ya sabe por cuánto tiempo lo hará. En cambio, cuando se trata de un paciente con la enfermedad diseminada, muchas veces los tratamientos son de por vida y eso es mucho más desgastante”, desarrolló Corrazo para El País.

Además, la especialista consideró que es importante diferenciar el cansancio de una depresión asociada a la situación. Si se trata de un cansancio físico, el médico evalúa si está en condiciones de dar un tratamiento; si el paciente está continuamente postrado en la cama, eso muchas veces contraindica un tratamiento.

“Ese cansancio explica otras cosas también; generalmente son pacientes que no se alimentan bien, que se hidratan muy poco. Hay que ver el contexto y la sintomatología en general”, agregó.

Durante el período en que se recibe alguna de las terapias, puede pasar que las capacidades funcionales del paciente se vean limitadas. “Hay quienes toleran bien los tratamientos e incluso pueden seguir trabajando, pero la mayoría se encuentran muy disminuidos. En fases avanzadas necesitan permanecer en su casa con una funcionalidad muy básica y restringida”, explicó.

Según la oncóloga, siempre será difícil plantear un tratamiento en estos casos y, por ello, resulta fundamental aclararle al paciente qué es lo que va a ocurrir. “Hay que hablarle del cansancio físico y de los efectos secundarios, pero también del cansancio psicológico. Hablar y explicar disminuye mucho la ansiedad. Cuando el paciente sabe lo que le espera se para mejor frente a eso”, comentó.

Cómo se actúa con los niños

El médico pediatra, oncólogo y director de la Fundación Pérez Scremini, Luis Alberto Castillo, explicó que en el caso de los niños “se valoran cosas más objetivas que el cansancio porque a veces no lo tienen y otras tantas ni siquiera lo pueden expresar”.
“No es el síntoma principal que manifiestan; los médicos tratantes pueden presumirlo pero más que nada por actitudes. Es muy complejo que un niño de hasta 10 años lo pueda expresar”, agregó.

Al respecto, afirmó que sí se puede observar que prefieren estar más tiempo acostados, una actitud asociada principalmente a quimioterapias intensas.

“Cuando se determina que están cansados se busca estimularlos siempre desde lo lúdico. Si es un niño que está internado, recibe la visita de voluntarios que proponen dinámicas desde la música o el dibujo; actividades que los mantienen entretenidos pero no en tanto movimiento”, explicó.

Y añadió: “En el tratamiento de cáncer de un niño la familia es fundamental, pero depende de cada caso cómo se da la sinergia. Muchas veces influye el nivel cultural de cada familia, pero siempre se intenta que trabajen en conjunto con los médicos”.

Por su parte, Eduardo García Yanneo indicó que los cuidados paliativos aplican también para niños pero en estos casos cambia mucho el enfoque ya que hay que sostener de otro modo a la familia.

Cada año unos 140 niños y adolescentes son diagnosticados con cáncer en Uruguay. En la Pérez Scremini se atienden por año a más de 2.000 casos: muchos de ellos se encuentran en tratamiento actualmente, mientras que otros están en seguimiento. Los médicos que trabajan allí, reciben más de 8.000 consultas anuales.

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Se registran aproximadamente 16.200 casos nuevos de cáncer al año

Cuidados paliativos.

Cuando se trata de un cáncer avanzado, las posibilidades son más reducidas. En las fases finales, el cansancio es un síntoma muy prevalente y en los últimos días hay que tratar de que el paciente conviva con él y no luche. En este punto aparecen los cuidados paliativos.

Eduardo García Yanneo, médico oncólogo capacitado en cuidados paliativos en el Reino Unido, explicó que estos apuntan a mejorar la calidad de vida del paciente. “Es el tratamiento activo, global e integral de una persona que tiene una enfermedad avanzada, progresiva e incurable. El espectro es muy amplio, pero el cáncer es el prototipo. No estamos hablando de una buena muerte, sino de mejorar la vida hasta el momento de la muerte”, enfatizó.
García Yanneo aclaró que cuando se habla de calidad de vida, lo que se busca es que la persona aproveche al máximo el tiempo restante.

Generalmente se atiende en estas instancias a pacientes oncológicos en sus últimas semanas, incluso días, o pacientes potencialmente curables que están tratándose y tienen síntomas por la quimioterapia. “Si los síntomas son persistentes, estos terminan agotando al paciente. Son personas que no arrancan con esto, vienen con una historia previa y el descontrol del final genera una carga emocional enorme. El paciente siente que está perdiendo el control, que esto será el caos”, dijo a El País. En este momento, consideró que la familia es fundamental.

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En los tratamientos de quimioterapia se suele experimentar astenia (falta de ganas para hacer las cosas) y adinamia (falta de fuerza)

La situación de los cuidados paliativos

Más allá de la derivación del equipo médico, el paciente de cáncer puede pedir atención de cuidados paliativos, pero muchas veces no saben de su existencia. “Hay quienes piensan que esto es poco más que ejecutar al paciente. Hay mucho tabú, mucha cosa que la gente no se anima ni a preguntar”, explicó el especialista Eduardo García Yanneo.

Si bien hay estadísticas que muestran como cada año se incrementa el número de pacientes de cuidados paliativos, sobre todo los pacientes no oncológicos, García Yanneo cree que estamos muy lejos de los números que se manejan en otras partes del mundo.

“Hay otro indicador que es el de consumo de morfina per capita (el grueso de esta sustancia se usa en estos pacientes terminales) y en Uruguay seguimos muy bajos. Se está accediendo a más pacientes pero todavía falta un cuidado paliativo de mayor calidad. Esto puede darse por la falta de información y formación”, sentenció. El enfoque global de estos pacientes se realiza mediante equipos multidisciplinarios en los que interactúan oncólogos, nurses, psicólogos, fisioterapeutas, nutricionistas y hasta guías espirituales.

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