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Cómo es la atención perioperatoria para que no existan "cucos" ante una cirugía

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Marcelo Viola
Grabacion del programa Calidad de Vida, conducido por Juan Carlos Paullier y transmitido en la multiplataforma de medios y redes de El Pais, entrevistando al Dr Marcelo Viola, cirujano uruguayo, en Montevideo, ND 20220707, foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores/Archivo El Pais

CALIDAD DE VIDA

Especialista habla de las guías de cuidados para pacientes de cirugías. Mirá el video.

Los pacientes le temen a una cirugía como a “un cuco” pero, dijo Marcelo Viola, si se “sienten respaldados” por todo el equipo médico y de enfermería “ese cuco no va a estar”. Con esta imagen el cirujano explicó lo que es ERAS (Enhanced Recovery After Surgery), una vía de atención perioperatoria multimodal diseñada para lograr la recuperación temprana de pacientes sometidos a cirugía mayor.

“Hay más de 20 protocolos: incluso para cirugías de emergencia, traumatológicas, de páncreas, de hígado, de esófago, de estómago, de prótesis de rodilla y cadera, ginecológicas y más”, explicó el vicepresidente de ERAS Latinoamérica en el ciclo Calidad de Vida en El País.

ERAS Latinoamérica es una asociación que trabaja con un modelo de atención que abarca la preparación ante una cirugía, la operación y los cuidados posteriores incluso en la casa del paciente y que por el momento solo aplican dos instituciones: Médica Uruguaya (MUCAM) y el Centro de Asistencia Médica del Oeste de Colonia (CAMOC), en Carmelo. “Lo primero y capital en esto es entender que el centro es el paciente y que nos debemos a la persona que viene a vernos para solucionar un problema”, afirmó.

Los objetivos de ERAS incluyen desarrollar el cuidado perioperatorio y mejorar la recuperación del paciente a través de prácticas basadas en la evidencia. Las diferentes etapas de la atención quirúrgica son abordadas como un proceso indivisible. El resultado, a juicio de Viola, vicepresidente de ERAS Latinoamérica, no es solo que el paciente ya no vea ningún “cuco”, sino que vuelva a su casa más rápido y con menos complicaciones posoperatorias, al tiempo que se reduzcan los costos de atención.

Por ejemplo, en las instituciones asociadas a ERAS se acortó la internación a un promedio de tres o cuatro días; las complicaciones están en un rango similar a otras partes del mundo y la recuperación funcional y el dolor posoperatorio son excelentes.

“Entre el 93% y el 95% tiene una escala de dolor menor a 3 al tercer día. Este dolor puede ser calmado vía oral o sin calmante. Esto le da tranquilidad al paciente”, comentó Viola en Calidad de Vida en El País.

El protocolo ERAS se pone en marcha semanas antes de la cirugía. El paciente tendrá una entrevista con una nurse (de 45 minutos a 1 hora) en la que la profesional le explicará al detalle cómo será todo el proceso asistencial. Gracias a esto, Viola afirmó que “el paciente llega prácticamente sin miedo y confiado”. Luego, será visto por nutricionistas. El médico apuntó: “Se le explica qué es lo que tiene que comer, cómo comer y qué nutrientes debe elegir; muchas veces se utilizan suplementos alimentarios”.

Y añadió: “El paciente tiene que entrenarse porque un acto quirúrgico significa un estrés muy importante, emocional y físico. Si uno va a tener un desgaste muy grande, sino se entrena antes, después va a estar muy mal. Si vas a jugar la final del mundo o correr una maratón, tenés que entrenar. Así lo mandamos a hacer ejercicios aeróbicos y respiratorios para que llegue al día de la cirugía en la mejor condición posible”.

Todo esto se acompaña con consultas con diferentes especialistas para mejorar determinadas situaciones como hipertensión, diabetes y anemia.
“Esto hace que el paciente –desde que lo conocemos hasta el día de la cirugía que, en general, pasan entre dos a cuatro semanas– llegue al quirófano en las mejores condiciones que le podemos otorgar”, relató.
Durante la operación, la guía ERAS promueve que se utilicen técnicas mínimamente invasivas y una anestesia raquídea como complemento de la anestesia general. “Esto hace que el paciente no tenga dolor durante las primeras 24 a 36 horas”, contó.

Una vez en sala, el paciente logra levantarse de la cama más rápido y empieza a tomar líquidos a las dos horas. “Los pacientes que van muy bien empiezan a comer ya en la noche cuando a nadie se les ocurriría darles nada por boca hasta el tercer o cuarto día. Esto hace que el paciente vea que la cosas van como le dijimos y eso hace que la recuperación sea increíble”, agregó.

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