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Los agujeros negros develan secretos

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En la Tierra y hay material surgido de explosiones que pueden haber generado agujeros negros. Foto: NASA.
On the left, an optical image from the Digitized Sky Survey shows Cygnus X-1, outlined in a red box. Cygnus X-1 is located near large active regions of star formation in the Milky Way, as seen in this image that spans some 700 light years across. An artist's illustration on the right depicts what astronomers think is happening within the Cygnus X-1 system. Cygnus X-1 is a so-called stellar-mass black hole, a class of black holes that comes from the collapse of a massive star. New studies with data from Chandra and several other telescopes have determined the black hole's spin, mass, and distance with unprecedented accuracy.
Chandra X-ray Observatory Center/Optical: DSS; Illustration: NASA

Recientes descubrimientos demuestran su diversidad y vínculo con la Vía Láctea.

En el año 1572, la aparición en el cielo de una estrella brillante, que incluso se podía observar durante el día, llamó la atención al astrónomo danés Tycho Brahe. Al estudiarla, descubrió que estaba situada mucho más allá de la Luna y, además, retó a la tradición aristotélica de que las estrellas siempre eran las mismas y no cambiaban.

Pero lo que Brahe no sabía es que lo que estaba presenciando no era una nueva estrella o stella nova, como la denominó, sino que lo que había ocurrido en la constelación Casiopea, a 6.500 años luz de la Tierra, era una gran explosión estelar y que sería bautizada recién en el siglo XX como supernova. Ese colapso reveló a los astrónomos que las estrellas no eran permanentes y su posterior análisis reveló también que, en ocasiones, podrían transformarse en objetos aún más extraños, como los hoy famosos agujeros negros.

Se trata de objetos tan densos y cuya fuerza de gravedad es tan grande, que ni la luz puede escapar; son lo que la ciencia ficción ha inmortalizado como eventuales puertas al espacio y el tiempo.

Se ha llegado a la conclusión de que existen al menos tres tipos. Los más comunes son los llamados estelares, que son resultado del colapso de estrellas.

Pero últimamente, los astrónomos apuntan al núcleo de cada galaxia y han descubierto que una parte de ellas aloja un agujero negro supermasivo, que tienen entre varios millones a miles de millones de veces la masa del Sol y cuyo origen todavía se discute.

Están en el centro porque ahí tienen una región privilegiada para crecer mucho, porque es un lugar de alta densidad de objetos. Lo habitual es encontrar uno (o, en ocasiones, hasta dos, como el par que permitió detectar las ondas gravitacionales) en el núcleo de grandes galaxias como la nuestra, la Vía Láctea.

Galaxia comprimida.

En 2014, el telescopio VLT detectó uno de esos agujeros negros supermasivos en el corazón de una galaxia que contiene en su interior 140 millones de estrellas. Los astrónomos no sabían qué generaba esta compresión, pero al detectar este agujero sospechan que sería la enorme atracción que ejerce sobre su entorno.

Como hay decenas de miles de este tipo de galaxias en el universo, lo más probable es que cada una de ellas aloje un monstruoso agujero negro en su corazón.

Por mucho tiempo, los astrónomos también especularon con que debería existir una clase intermedia de agujero negro, no tan grande pero tampoco del tamaño convencional. Una posible evidencia de ellos llegó en enero pasado, cuando detectaron, a 200 años luz del centro de la Vía Láctea, una nube de gas cuya velocidad de dispersión es totalmente inusual y que podría ser originada por un agujero negro de tamaño mediano.

Cerca de la Tierra.

¿Podría haber un agujero negro de tamaño mediano o pequeño cerca de la Tierra? Los expertos lo dudan. Si fuese así, percibiríamos su influencia, su "interacción gravitacional", que no se ha registrado.

Pero sí han tenido lugar explosiones de estrellas relativamente cercanas que podrían haber dado origen a uno de ellos. La evidencia de una está presente en sedimentos marinos de la Tierra y la Luna, en forma de isótopos radiactivos de hierro, como revelaron dos publicaciones este mes.

Cuando las supernovas explotan eyectan energía en forma de luz y material a gran velocidad. Parte de ese material cayó sobre la Tierra, la Luna y es esperable que sobre el resto de los planetas. Sus compuestos viajaron a 30 mil kilómetros por segundo, 10 veces más lento que la velocidad de la luz, por lo que debe haber tardado unos 3 mil años. 

MISTERIOSA ALINEACIÓN A MILLONES DE AÑOS LUZ

Los eventos vinculados a los agujeros negros cautivan a los científicos. Recientemente astrónomos de las universidades surafricanas de Ciudad del Cabo y Cabo Oeste descubrieron una misteriosa alineación de agujeros negros supermasivos, todos ellos emitiendo sus característicos chorros de radiación en la misma dirección. Nunca antes se había visto una cosa así, y por ahora es difícil de explicar.

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ASTRONOMÍA

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