El servicio de almacenamiento de archivos dejará de estar en línea a fin de marzo; fue uno de los pioneros en el uso de la Nube para distribuir archivos, pero le trajo problemas legales.

RapidShare fue, alguna vez, sinónimo del almacenamiento de archivos en línea. Un servicio pionero (nació en 2002 en Alemania) en la idea de ofrecer una herramienta que simplificaba el guardar un archivo en un servidor remoto para acceder a él desde cualquier computadora que tuviera conexión a Internet, con una descarga directa.

Su éxito implicó también su final: la facilidad con la que se podían subir archivos supuso que, como Megaupload, fuera usado en gran medida para almacenar archivos en forma ilegal, es decir, películas, música y software sin autorización de sus dueños.

Los usuarios también le daban usos lícitos: almacenar fotos, documentos, videos sobre los que tenían derechos de autor, etcétera.

A medida que se fueron sumando los problemas legales (aunque no tan complejos como los de Megaupload), la compañía fue sumando filtros y controles para eliminar contenido no autorizado, al tiempo que debía combatir con BitTorrent por un lado y servicios como Dropbox o Google Drive por otro.

Su modelo de negocios, basado en los avisos y en el pago de servicios premium (más capacidad de almacenamiento) no alcanzó.

Ahora el servicio cerrará el 31 de marzo próximo, según reporta Torrent Freak, con base en una nota de que los dueños de RapidShare están enviando a los usuarios. Todo el contenido será borrado después de esa fecha.

TECNOLOGÍALa Nación/GDA