ENTREVISTA

"Siete meses después de haber cerrado un ciclo de ocho años al frente del magazine Buen día Uruguay, Soledad Ortega está lista para volver a la televisión en otra vereda. Hoy a las 18.00 estrena en Canal 10 Saber vivir mejor, un programa de salud que conducirá junto a la doctora Alejandra Rey (de Polémica en el bar) y que le propone, asegura, un nuevo desafío.

“Llega en un año en el que se nos ha planteado la salud como principal desafío, pero la salud entendida también desde lo emocional, lo psicológico, porque sin dudas todos atravesamos la incertidumbre, la angustia”, dice Ortega mientras lidia con el estrés de la multiagenda. “La pandemia puso sobre el tapete la concientización de cómo vivimos, qué cosas ya no queremos más. Nunca tuvimos que lidiar con una situación como esta”.

Al principio, repasa la comunicadora, estuvo la angustia: en marzo se le presentaba un panorama laboral que el contexto sanitario cambió, y quedaron las dudas. Después estuvo la tranquilidad de saberse donde más se la necesitaba, en su casa, para rearticular la nueva vida hogareña y contener a su familia “en un momento de cambios para todos. Menos la chiquita que estaba de fiesta con todo ese relajo permanente; era nuestra alegría”.

Y ahora llega la reactivación, la concreción de una propuesta que había surgido hace meses de la mano de la productora Film Suez. “Y yo dije enseguida que sí porque a mí realmente me interesan los temas. Me interesan muchos temas en general”, dice entre risas, “pero estoy en un momento de mi vida en que tomo mucha conciencia y me hago un montón de preguntas”, resume.

—¿Qué desafío te representa Saber vivir mejor para tu rol de conductora?

—Para empezar, enfocarme en temáticas específicas, porque vengo de estar muchos años en un programa de variedades. En realidad me despierta la misma curiosidad que tengo desde siempre; en definitiva se trata de preguntar desde el lugar de la persona, del sentido común y que sea accesible. Es seguir alimentando ese bichito curioso en temas que siempre me interesaron.

—¿La versatilidad es una de tus principales características?

—Me considero curiosa, no me da pereza leer sobre distintas áreas. Me interesan los temas, y en el magazine comprobé claramente porque me desafiaban todos los contenidos por igual, desde los más tranquilos como cosas de la moda o la cocina -un área donde no me luzco, definitivamente- hasta lo que fue llevar un año electoral.

—¿Cómo recordás a la Soledad Ortega de Estilo?

—Yo tengo los mejores recuerdos; obviamente si lo tengo que ver ahora me agarro un poco la cabeza, porque era muy jovencita. Pero muy orgullosa de lo que fue ese programa, de lo que implicó poner a tres mujeres al frente que en aquella época era lo común. Siento que en muchos aspectos rompimos un molde y nos presentamos como tres mujeres espontáneas, siguiendo la tendencia de una cámara que ya no era estática; nos impusimos a hacer cosas que no eran lo frecuente en los medios acá. Y además fue un programa que tuvo mucho éxito.

—Después hiciste muchas cosas diferentes y te desmarcaste de “la chica de la moda”. ¿A conciencia?

—Me costó despegarme de eso. Me divertía mucho y en realidad no hacíamos solo cosas de moda; había mucha cultura y hasta hoy, 20 años después, los artistas nos agradecen el espacio que les dimos. Había moda porque nosotras éramos como fashion en ese momento... Y me costó. Había cierto estigma después de que terminé el programa. Estuve por irme a La Nación; gané una beca, pero no me animé a irme a Argentina. Pero para que veas que traté de redefinirme.

—¿La radio, con los años que estuviste en la mañana de Radio Cero, te permitió sacarte esa mochila?

—Me reinventó. La audiencia tenía un estereotipo de mí por lo que veía en televisión, y cuando me descubren en radio no identificaban a la misma persona y me lo hacían notar. “Ah, no sos tan agrandada”, no sé. Daba esa imagen, éramos muy de Punta del Este, la movida, y había un estigma asociado a eso. Y cuando vieron que era una persona común y corriente, que no me creía superior a nadie, me dieron esa oportunidad. Porque la radio da eso; uno puede manifestarse de manera más espontánea y salteás lo que hace más ruido, que es la imagen. En eso, la radio me liberó y me permitió ser mucho más accesible. Me permitió reciclarme para poder seguir adelante en propuestas más amplias.

—De alguna manera, Buen día Uruguay potenció toda esa experiencia de cercanía. ¿Qué fue lo que más te costó del cierre de ciclo?

—Y costó porque era un estilo de vida, si se quiere. Tenés una rutina en función de eso, te ves con gente que pasa a ser tu familia. Son muchos años de compartir juntos todas las mañanas, y obviamente no fue fácil desprenderse. Porque vivimos muchas cosas más allá de lo profesional; fueron muchos años en esta década tan fructífera, los 30, nacieron hijos y se comparte mucho. Estoy muy agradecida por esos años claves para poder sentirme realmente cómoda en televisión, desafiarme permanentemente, pero todo cumple un ciclo, y hay que seguir avanzando y salir de la zona de confort.