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Reguetón y activismo LGBT: la historia de Glamazón, el grupo que brilló en "Got talent"

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Claudio Casal, director y coreógrafo de Glamazon. Foto: Difusión

GOT TALENT

Claudio Casal, director y coreógrafo del conjunto que obtuvo el botón dorado en "Got Talent" cuenta la historia de este grupo de baile

El lunes, la compañía Glamazon pasó automáticamente a la semifinal de Got Talent Uruguay. Fue Claudia Fernández la responsable de premiar a este conjunto de reguetón -que busca ser mucho más que solo un conjunto de reguetón- al apretar el preciado Botón Dorado en el programa que se emite cada semana por Canal 10.

Claudio Casal, director y coreógrafo de Glamazon, dice ser fanático de Got Talent desde su creación y cuenta que una de las personas que lo inspiró fue Susan Boyle, de las primeras participantes en alcanzar la fama en este formato televisivo. Mientras miraba las audiciones de otros países, Casal pensaba qué se habría de sentir al recibir el botón dorado. “Es inexplicable, es una mezcla de orgullo, felicidad y adrenalina. Es sentir que los sueños se pueden cumplir, y es lo que quiero transmitirles a todos. Así no lleguemos a la final, ganemos o no. Ese es el mensaje que quiero dejar”, dice Casal.

A la audición habían llegado varias horas antes y se presentaron con el número 9. “Le decía al grupo: ‘mentalícense que Claudia Fernández nos va a dar el botón dorado’, porque soy una persona que cree que si pensás en algo, te mentalizás, lo podés conseguir. Ellos son el ejemplo de eso porque siempre soñé con tener mi grupo de baile”, dice.

Casal siempre tuvo una veta artística y su madre se encargó de estimularla. Cuando él tenía nueve años, ella encontró un folleto del club ubicado al lado de su casa donde se anunciaba que habían clases gratis de danzas catalanas, y lo anotó. La crisis del 2002 afectó a la familia y su madre había tenido que buscar un segundo trabajo para mantenerlo a él y a su hermano, así que esas clases de baile lo mantenían entretenido y también cuidado durante varias horas al día. “Bailar siempre fue mi pasión y siempre tuve el apoyo de mi familia. Sin mi madre y mi hermano no habría llegado a nada”, dice.

Hace cinco años inició la compañía Glamazon, que surgió durante una charla con dos amigas en la azotea de su casa. “Les dije: ‘tengo ganas de abrir un grupo de competencia de reguetón para mostrar algo distinto, y lo armo si ustedes están conmigo’. Las dos me dijeron que sí y a partir de ahí surgió todo”.

El primer año que compitieron no les fue nada bien. “Nos discriminaron bastante por nuestra sexualidad. El reguetón es un género muy machista, y verme con una cola de caballo de extensiones perreando al lado de un pibe no les copó mucho. Y fue injusto porque no se nos criticaba por nuestra calidad artística sino por nuestra sexualidad”, cuenta Casal, que igual no se dio por vencido. Al año siguiente volvieron a competir y una jurado “nos defenestró bastante, incluso tuve una discusión con ella y llegó a decirme que estaba todo bien con la diversidad, pero que en el reguetón no podía pasar”.

Eran ocho equipos en el torneo de ese año, y Glamazon quedó último. “Estuve a nada de renunciar porque pensaba que no íbamos a lograr nada, y fueron los gurises los que me dijeron que siguiera”. Y bien hecho: al año siguiente se llevaron el título.

“Fue una locura, tengo tatuada la fecha, 8 de octubre de 2017, porque me cambió la vida. Fue la reafirmación de que el esfuerzo vale”, dice a El País.

Desde entonces la compañía fue a competir al exterior, salió segunda en un torneo en Argentina y ganó tres veces en Uruguay. Por eso, cuando vio las inscripciones parra Got Talent, “sentí que era el momento de exponernos y mostrar lo que hacemos”.

Además de bailar reguetón, los integrantes de Glamazon son activistas por los derechos de la comunidad LGBT. “Nosotros no usamos la lucha: somos la lucha, y representamos la igualdad hacia todos. No discriminamos ni por talle, color de piel, origen, identidad de género ni nada. Creemos que todos somos iguales, queremos que haya respeto, amor y tolerancia”, dice.

Habla de ese respeto y tolerancia que no vivió de chico, cuando sufría bullying por ser homosexual. Recién cuando estaba en tercero de liceo y la situación lo superó, decidió contarle a su madre el drama que vivía a diario.

“Somos artistas y luchadores, no es que hacemos una coreografía pensando que por el mensaje nos va a ir bien. Nos matamos para lograr un espectáculo lo mejor posible. Si eso viene acompañado por un reconocimiento, mejor. Pero si nosotros 15 nos bajamos orgullosos del escenario, eso es todo lo que pretendemos”, dice.

Ya con un puesto en la semifinal, Glamazon trabaja en su próxima instancia que será en vivo en el Auditorio Nelly Goitiño y contará con cambios de vestuario y escenografía. “Si el mensaje del lunes fue claro, en la semifinal será icónico”, adelanta.

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