Columna farandulera

Y al final volvió Mirtha. Bueno, en realidad, aunque los programas lleven en su título la eterna marca de Mirtha Legrand, el lugar de la anfitriona lo sigue ocupando su nieta, Juana Viale.

Juana —quien la semana pasada charlócon El País — ha encontrado allí un lugar confortable y en el que pudo imponer su estilo. Sabe cómo comportarse y cómo manejarse tanto en la seriedad de los sábados a la noche como en el ambiente más distendido de los domingos al mediodía (ahí “se me volaba todo”, le dijo al diario) en una combinación que permite imprimirle un aire juvenil a la propuesta.

En ese sentido, la emisión del sábado (en Uruguay se pueden ver por Cablevisión Flow) se inició con un número musical entre Viale y Martín Bossi. Allí ambos y un grupo de bailarines coreografiaron una combinación de la música tradicional del ciclo con clásicos argentinos.

Además, hubo un cambio importante en el escenario que dejó de ser un artificial living comedor para volverse una escenografía de programa de televisión. Se ve muy bien.

Y encima, los invitados (Bossi, Matías Martín, Darío Barassi, Diego Leuco) aportaron comodidad y cercanía generacional a la conversación. Al final una orquesta y un coro interpretaron un fragmento de La Traviata, una gentileza que pareció forzado en el tono distendido que había tenido el programa.

Mientras Mirtha espera su segunda dosis, la inquilina redecoró toda la casa. Ahora hay que ver si la dueña se siente cómoda en el nuevo entorno.