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Un dúo que no funcionó y que dejó sin cuchillo a una asadora en "Fuego sagrado"

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Fuego sagrado

Resumen

Se fue Verónica, tras un duelo con Pipo, con quien habían formado una dupla que entregó un cerdo que no convenció al jurado

Fuego sagrado
Los seis integrantes del equipo A al comienzo de la prueba

En un episodio titulado, como aquella vieja frase de los Benvenutto, "Lo primero es la familia", el grupo A de los participantes del Fuego sagrado, la competencia de asadores de La Tele, quedó reducido a cinco integrantes. Se fue Verónica, una de las más competitivas del programa.

Tras una breve explicación del uso del vino y el marinado a cargo del enólogo de una de las marcas auspiciantes, se presentó el desafío: hacer, en duplas, una "comida familiar" a base de cordero, asado, bife ancho, cerdo o corvina negra. Tradicional pero con algunas exigencias que siempre lo hacen interesante y más apetitoso.

Andrea, como la mejor asadora de la semana anterior, tuvo derecho a elegir, no solo a su compañero de dupla sino también a formar las otras parejas. Para trabajar con ella eligió a Andrea y tuvo buen tino: tal como lo destacó el jurado fue un placer verlas trabajar con tanta comodidad y compañerismo.

Las otras dos parejas quedaron conformadas por Verónica y Pipo y José Juan (al que por lo visto le dicen "Jay Jay") y Sebastián. Quedó claro que Verónica y José Juan fueron los capitanes de oficio de cada grupo, mientras Pipo parecía bastante incómodo con algunas actitudes de su compañera y Sebastián acompañaba en un segundo plano mientras su socio para la ocasión, aprontaba una corvina negra en la parrilla. Tuvieron 90 minutos para trabajar el primer plato y, como se ha hecho costumbre en el programa,  no faltó el aliento futbolero de Aldo Cauteruccio en los últimos 120 segundos.

En ese sentido, la dinámica de cada equipo incidió en el plato y el desorden de Pipo y Verónica los terminó dejando (el cerdo estaba crudo, no llegaron con las salsas, "destrozaron" unos zucchini) en la ronda de eliminación. Verónica pareció molesta con Federico Desseno quien se acercó varias veces a su mesada y fue bastante directo en los comentarios.

En el lado opuesto, el mejor trabajo fue el de Andrea y Jessica, quien además se llevó el aplauso y el premio a la mejor asadora de la jornada; entre las dos ya tienen tres pins de reconocimiento. Ambas se habían propuesto no llorar pero no lo consiguieron. A Jessica, una ama de casa de la Barra de Maldonado, se la vio muy emocionada por la distinción y dedicó el pin a su marido.

"Verlas trabajar juntas, estuvo buenísimo", le dijo la jurado y conductora Lucía Soria.

En la ronda de eliminación Pipo y Verónica debieron reutilizar el cerdo y los boniatos del primer plato, como para mantener la consigna familiar del envío. Los dos fueron por el lado de los tacos, una opción que el jurado definió, y con razón, como "sin riesgos". 

Ante tan poco margen, el trío de jueces, dijo, se decidió por el que tenía mejor sabor y eso mantuvo en la competencia a Pipo, un profesor de matemáticas de Malvín Norte, y obligó a Verónica a entregar su cuchillo, ritual del que tiene que abandonar el programa.

Aunque su primera reacción fue de cierta frialdad y sarcasmo ("Termino el juego, ya está. ¿Hay que llorar?", dijo) en sus declaraciones finales, Verónica se mostró agradecida con sus compañeros y la experiencia a la que definió como "divina".

La semana que viene los seis integrantes del grupo B tendrán que lidiar con achuras y, por lo visto en los adelantos, no solo vuelve Julio, si no que al jurado se lo ve particularmente exigente. Como demanda la altura de la competencia a la que se está llegando.

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