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Un teatro distinto que distiende el nexo con la gente

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Obra "Mi hijo sólo camina un poco más lento". Foto: Difusión.
Nora Lezano

Guillermo Cacace trae el off argentino a la Sala Hugo Balzo.

Una obra argentina, que surgió de un sitio periférico del circuito porteño, y que hizo carrera y se convirtió en un fenómeno. Se trata de un éxito del teatro off argentino, que llegará a la Sala Balzo, del Auditorio Nacional Adela Reta, el lunes 6 de junio: Mi hijo solo camina un poco más lento, una obra del autor croata Ivor Martinic, que se presentará con elenco y puesta en escena argentina, bajo la dirección de Guillermo Cacace. Irá el lunes 6 y martes 7 de junio, en doble función, a las 19:00 y a las 21:30. Entradas en Tickantel, a $ 600.

El personaje protagónico, Branko, padece una enfermedad que día a día le va quitando movilidad. Y el autor plantea cómo se inscribe esa situación en lo familiar, y cómo en medio de esa dura realidad también van apareciendo grietas por donde respirar otro aire. "En la obra hay un chico que está en silla de ruedas, pero a mí no me interesa victimizar esa posición, y pensarla como una obra de carácter didáctico, que ayude a pensar sobre ese tema. Toda obra tiene algo didáctico, o político, pero forzar la mirada hacia ese lugar lo que hace es dejarla de ver como una obra de arte", comentó a El País Guillermo Cacace, agregando que no le interesa esa visión del teatro desde su utilidad, si se lo enfoca como un producto de mercado.

El montaje tiene una estética vinculada con el sentido del ensayo, y también, como explica el director, a una ética del ensayo. "Para mí un espectáculo no tiene que ser algo cerrado: no es ofrecerle al público lo que ya logramos. El ensayo da la posibilidad de la prueba permanente, de lo abierto, inacabado: allí, en esos lugares la pieza se ahueca, y allí el público se ubica como un poeta más", señala el director.

El montaje, que ya visitó Montevideo el año pasado en Tractatus, tiene también varios aspectos del ensayo en su poética. "Hay todo un recurso en la pieza que tiene que ver con mirar al público en algunas instancias: eso no intenta una provocación, sino una invitación a tejer juntos esa trama, desde el cuerpo de los actores al cuerpo del que mira. Acá mirar al público no es un distanciamiento brechtiano: es acercarnos, buscar una paridad creativa".

El trabajo se ha dado con luz diurna, y cuando se hace de noche en sala, como será en la Balzo, se busca una luz de escena que cree una media luz cálida. "Tenemos una puesta de luz pensada para los lugares donde viajamos, y no apagamos la luz de sala, la dejamos en un punto más tenue".

"No me gusta el artista que se siente un otro especial, diferente", sostiene Cacace, quien busca evitar eso de "patotear con el histrionismo". Desde esa posición, el espectáculo simplemente pide que el público apague los celulares, si quiere. Una frase que surgió casualmente, gustó, y quedó incorporada a la dinámica entre puesta y público.

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Obra "Mi hijo sólo camina un poco más lento". Foto: Difusión.

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