Desde Argentina

Luego de dos años en cartel en la sala porteña Timbre 4, viene a Montevideo La suerte de la fea

“El Teatro Solís es para nosotros un triple salto mortal, porque este espectáculo lo empezamos en una sala muy íntima, con el público muy cerca”, comenta a El País la actriz argentina Luciana Dulitzky, quien en marzo llegará a Montevideo con un unipersonal que cuenta con varios puntales que le dan firmeza: se trata de una obra del notable dramaturgo Mauricio Kartun, que por dos temporadas se dio a sala llena en Timbre 4, teatro de referencia en la experimentación escénica argentina.

La suerte de la fea, con dirección de Paula Ransenberg, fue estrenada en 2016, y aborda la historia de una violista de orquesta de señoritas, obligada a trabajar fuera de la vista del público, mientras una figuranta luce en su lugar. Dotada de talento notable pero huérfana de belleza, Viola, la protagonista, es condenada a musicalizar la hermosura y gracia ajena desde las sombras del foso de orquesta.

“Uno podría decir que la obra tiene cierto grado de naturalismo, o de realismo, por el uso que se hace del tiempo, y del espacio. En ese sentido es clásica: el vuelo poético está dado por la música en vivo, por la iluminación, y con ese texto que tiene un verosímil muy sólido, pero apoyado sobre un gran absurdo. Y con muchas palabras que son parte de nuestro lunfardo porteño, que seguramente tiene muchas coincidencias con el lunfardo uruguayo”, explica Dulitzky sobre su trabajo escénico, que promete una reflexión teatral con las dosis justas de humor, para hablar del deseo, la soledad y principalmente la impiadosa mirada masculina ante la falta de belleza.

“En el relato y en la evocación aparecen otros lugares de Buenos Aires, y del mismo bar, y en ese sentido, el espacio por el que se viaja es todo ese que el personaje vivencia. Son más espacios que uno, y más personajes en juego, aunque siempre mi personaje es el mismo”, aclara la actriz.

“La puesta en escena es una pequeña cajita o tablado rococó: el micromundo de este café porteño de 1930, con cortinados de pana, discos de pasta y un fonógrafo. La música fue compuesta para la obra y es ejecutada en vivo por Fede Berthet. Y ya que la historia es la de una concertista de viola que tocaba en el foso, mientras que una ‘bella’ remedaba en el escenario los movimientos de una violista para deleite de la platea masculina, me pareció atractivo reproducir esa dupla en el escenario. El músico toca en penumbras lo que la actriz interpreta, la acompaña, la contradice y cobija”, señala por su parte la directora Paula Ransenberg.

“Creo que lo histórico en la obra es una excusa para hablar de muchos temas profundamente actuales: la belleza, el éxito social, el placer y el rol de la mujer”, remata la directora, quien trabajó junto a Alejandro Mateo, a cargo del diseño de escenografía y vestuario.

La suerte de la fea se presentará en el Solís el miércoles 20 y jueves 21 de marzo a las 20.00. Tickantel, desde $ 190.