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Martín Bossi: “Sacar la mujer que tengo adentro va a estar buenísimo”

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Martín Bossi

ENTREVISTA

El actor argentino visitó Uruguay para un evento de Cablevision Flow en Antel Arena y habló sobre sus planes de futuro

El pasado martes 1° de octubre, el actor y humorista argentino Martín Bossihizo una corta visita a Uruguay, para ser una de las figuras principales de un evento de Cablevisión Flow. La actividad tuvo lugar en Antel Arena, donde confluyeron autoridades empresariales y artistas, para sumarse a la difusión de esta plataforma de contenidos de entretenimiento en vivo y a demanda, que se consolida como un producto fuertemente innovador. “Yo protagonicé la campaña de Flow en Buenos Aires hace dos años: fui designado la cara de esa marca, en un lanzamiento muy grande de la televisión digital. Y ahora la marca se lanzó en Uruguay y viene para acompañar esta actividad y formar parte de ella, porque voy a ser la cara de la campaña de Flow en Uruguay”, contó Martín Bossi a El País.

“Hace dos o tres años, cuando me enteré de que se trataba todo esto, me impresionó, porque estos cambios significan en final de una era, de una forma de ver televisión. Y el principio de otra: calculá que con Flow vos podés llegar a tu casa y haber dejado los programas grabados, proceder como querés, mirar una película, frenarla o si querés verla incluso en la calle. Es poder ver televisión en vivo en la tablet, en tu celular, en el espacio público: una locura”.

El arte de Bossi ha sido exitoso tanto en escena como en internet. Sin embargo, aclara: “No soy un tipo que influencie mucho por las redes. Trato de usarlas para comunicar, pero el gran lugar para yo poder hacer lo que me gusta es más que nada el escenario. Un teatro, hacer algo en vivo, o una película. Solo complemento con las redes, pero no hago un desarrollo de contenidos. A través de las redes informo un poco en qué estoy, subo alguna fotito, pero no soy un tipo que utilizo las redes como medio de vida”.

Martín Bossi
Bossi junto a Ximena Torres y Guillermo Lockhart en el lanzamiento local de Flow. Foto: Difusión

-Estas ensayando para estrenar en enero el musical Kinky Boots.

-Sí, estuve estudiando en Estados Unidos, como un mes y medio, preparándome para enero, porque voy a protagonizar la comedia musical Kinky Boots. Esta obra se hizo en Broadway durante ocho años, y ahora productores extranjeros me llamaron para hacerla en Buenos Aires, en el Teatro Astral. Con Fernando Dente, Sofía Morandi, una producción grande. Y para mí está muy bueno, porque me obliga a cambiar un poquito de género.

-¿Cómo va a ser un papel en Kinky Boots?

-Hago el papel de un hombre que es boxeador, y de noche es drag queen, se draguea, es mujer. Es muy interesante para mí, por eso lo tomé. Me obliga a cambiarme, transformarme. Y de hacer una mujer, con todo lo que implica. Más en este momento, en que el lugar de la mujer ha cobrado tanta preponderancia. Actualmente la mujer nos está enseñando tanto con sus propuestas, con esa revolución del cuerpo. Así que sacar la mujer que tengo adentro va a estar buenísimo.

-Y estuviste estudiando para eso en Nueva York.

-Sí, fui a estudiar canto y danza, con especialista de baile en tacos. Todo eso en inglés: fue una nueva experiencia para mí. Estuve un mes y medio en Manhattan, fue una experiencia muy nutritiva, porque allá el mundo drag es muy grande, y me metí en lugares donde los hombres se draguean, y anduve indagando en toda esa cultura, en cómo piensa, qué dicen. Hice como un trabajo de investigación.

-De alguna manera, los espectáculos que venís haciendo hace años tienen muchos elementos del musical.

-Sí, yo creo que hice 10 años de musical, porque hice música y humor arriba del escenario. Esto es más típicamente una comedia musical, en la que hacés un personaje, y se canta. Creo que de algún modo esto es más simple, porque hacés todo desde un lugar, y supongo que no es tan desgastante físicamente. Pero por otro lado, lo que tengo que hacer es entrar en esa dinámica, desde una nueva forma de hacer reír, de emocionar desde el canto. 

Martín Bossi
Bossi, un actor que se multiplica en escena. Foto: Difusión

-¿Te gusta interpretar personajes femeninos?

-Yo no tengo problemas en interpretar personajes, de ningún tipo de sexo, ni de ningún tipo de ideología. Yo soy un observador de la realidad, y un interpretador de la realidad. Así que estoy entrenado para eso y no tengo problema. Ahora hace ya cuatro meses que estoy laburando en todo lo que es el mundo drag queen, con todo lo que eso implica. Me tiene muy contento esto, muy feliz. Por otro lado, yo me gané un Martín Fierro haciendo de una mujer, de Cristina. Y también me he ganado premio con la película Viudas, que hice con Graciela Borges y Valeria Bertuccelli, haciendo de mucama travesti.

-Este año no venís al escenario de El Galpón.

-No, porque no tengo obra. Estoy concentrado en Kinky Boots, que ojalá podamos llevar a Uruguay. Me encanta Uruguay, le tengo un cariño enorme, disfruto mucho de un país tan hermoso. Yo hace 10 años que voy a Uruguay, y para mí es un punto de referencia para medir cómo estamos nosotros los argentinos. Cruzar el charco, como decimos nosotros (no lo digo en forma despectiva, que se entienda bien), si bien estamos a media hora, creo que ustedes en algún nivel están muy lejos de nosotros. En Argentina estamos pasando uno de los momentos más críticos desde que tenemos democracia. Estamos en uno de los momentos más críticos: de cultura, de seguridad, de economía. Yo llego a Montevideo y un taxista me habla de inseguridad. Y yo pienso que están muy lejos de nosotros a ese nivel. Uruguay es un parámetro para darme cuenta cómo estamos en Argentina. Uno se compara con los hermanos: yo al Uruguay lo veo bien, me gusta mucho estar ahí. Me siento muy a salvo en Uruguay, es como un lugar de refugio, donde puedo expresarme, donde hay gente que entiende mi arte, me tratan bien, me cuidan. Los uruguayos me saludan por la calle, son muy afectuosos.

-¿Estás haciendo videos para difundir por Youtube?

-No, ahora no. Es cierto que he hecho videos que han tenido resonancia en el mundo. Fueron videos que hice para Youtube, y que los levantaba de muchos medios, y como eran sobre temas de Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Neymar, asuntos que interesan mucho y que los levantan de todo el mundo. Realmente tuvieron una repercusión enorme, asombrosa.

-¿Vas a seguir trabajando en la línea de tus propias producciones?

-Sí, lo que pasa es que tenía que descansar. Diez años de Bossi actuando y produciendo: y cuando un actor se empieza a sentir muy cómodo, es medio peligroso. Hay que cambiar. Y seguramente para 2021 voy a hacer un espectáculo de otra manera, con otro tipo de riesgos. Y también investigar en un show televisivo para una cadena internacional. Quiero hacer comicidad sin máscaras, con mi cara. Y también aprender cosas nuevas de la profesión. 

-¿Cómo te ves en esos espectáculos a futuro, cómo serían?

-Creo que el camino de un showman, de un entretenedor, conduce a que el show seas vos, no el contexto. Me gustaría hacer un espectáculo de una hora y media, con una banda de seis músicos, cuatro cantantes (es decir, actrices que bailen, canten y actúen) y yo en esmoquin. Contando historias, cantando, bailando, bromeando, haciendo dúos con las chicas. Me parece que así va a ser la historia: sin tanta máscara y tanto revuelo. El show de un entretenedor. Yo sueño con hacer un Bossi clandestino, con una banda de jazz bien de bodegón yanqui, cuatro chicas hermosas tipo Moulin Rouge, y contándole cosas a la gente, monólogos, canciones. Desdoblarme sin maquillaje. Eso es lo que veo a futuro. Hacer el personaje que tenga que hacer, pero con mi cuerpo. No ir a cambiarme y maquillarme. Me parece que es una etapa que caducó.

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De qué va Kinky Boots, un prometedor título porteño

Kinky Boots promete ser uno de los éxitos del próximo verano porteño. La obra trata de Charlie Price, hijo de un zapatero artesano, dueño de una fábrica que da trabajo a varias familias de Northern England. Pero él no se siente atraído por el negocio familiar y se marcha a vivir con su novia Nicole a Londres. Sin embargo, la repentina muerte de su padre lo obliga a volver para el funeral y solucionar el tema de la fábrica de calzado, negocio que está en ruinas.
Para evitar el cierre, debe reducir costos y comienza despidiendo a 15 trabajadores. Charlie acude en ayuda de Simon, un transformista de nombre artístico Lola. Lola y sus amigos serán la salvación para que la fábrica modernice su sentido de la estética y diseñe una nueva línea llamada Kinky Boots. Con libro de Harvey Fierstein, música y letras de Cindy Lauper y dirección de Ricky Pashkus, el musical podría ser uno de los títulos fuertes de la cartelera de teatro de Buenos Aires.

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