El Sodre presentará en la Sala Goitiño este histórico título.

Dentro de la temporada lírica del Sodre, el Auditorio Nally Goitiño se prepara para presentar la ópera Marta Gruni de Jaurès Lamarque Pons, basada en la obra homónima del mayor dramaturgo uruguayo, Florencio Sánchez. Se trata de una producción nacional con elenco totalmente uruguayo, y contará con la participación del Conjunto de Música de Cámara del Sodre.

Esta ópera en dos actos y tres cuadros subirá a escena los sábados 10 y 17 de junio a las 20.00, y los domingos 11 y 18 a las 18.00. Tickantel, $ 790 (platea) y $ 490 (tertulia). Al frente de los músicos estará Fernando Condon, mientras que la dirección escénica es de Hugo Blandamuro. La obra, cuyo vestuario y la escenografía están siendo realizados en los talleres del Auditorio Nelly Goitiño, tendrá una duración de una hora.

Partiendo de la pieza teatral de Sánchez, estrenada en 1908, la ópera ofrece una pintura de época del 900 uruguayo. Se cuenta que el origen de la obra es una crónica policial, que Florencio Sánchez convirtió en una pieza con ribetes de suspenso, cuyos protagonistas son unos personajes que pueblan los arrabales de la ciudad. En 1967 Jaurés Lamarque Pons la estrenó en Montevideo.

La puesta tendrá como protagonista a Sandra Silvera, quien estará acompañada por Kaycobe Gómez, Gerardo Marandino, Federico Sanguinetti y Marcelo Otegui, entre otros cantantes. "Esta ópera, de música muy autóctona, mezcla ritmos montevideanos como el tango, la milonga y el candombe, lo que la hace muy atractiva para el público", explica Raquel Pierotti, directora del área lírica del Sodre.

El título sube a escena en el centenario del nacimiento de Lamarque Pons, y a medio siglo de su estreno. La ópera ocurre en un ámbito característico de Montevideo, un conventillo, y relata la vida cotidiana y los conflictos de sus vecinos en aquella época. La acción transcurre en un día, que comienza al amanecer, cuando todos los vecinos del conventillo se levantan y desayunan.

Marta, una mujer desengañada, lleva una vida llena de sacrificios, trabaja en una fábrica y es explotada por sus padres y por su hermano, con los que ella vive. Pero ese día amanece contenta y canta. El canastero, hombre mayor y con experiencia de la vida, la interroga por ese cambio de humor. Marta no quiere contestar, pero él le dice que conoce el motivo de su alegría: ha encontrado un nuevo amor. Marta confiesa que esa misma noche se escapará con su amante. Aparece Estefano, un proxeneta, y ya queda planteada una trama truculenta, en la que no falta el asesinato ni el engaño, desde una cruda mirada a la realidad, propia del gran Florencio Sánchez.

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