crítica: el club del hit

Nacho Cardozo dirige en Teatro del Notariado un espectáculo singular

Una experiencia escénica poco común para el público uruguayo. El club del hit es una maratón sobre el escenario, de una veintena larga de artistas jóvenes, que cantan y bailan sin parar. Y el show va desprendiendo una energía ascendente, que pasa para la platea. Y el público se empieza a mover, con ganas de bailar. No es un espectáculo que deje grandes ideas o mensajes al salir de la sala, pero sí deja cierto optimismo en el ánimo del espectador. Un pasatiempo sano, incluso sanador.

El formato (show choir) cuenta con una larga tradición en los centros de enseñanza norteamericanos, y suele incluir en su repertorio melodías populares. En este caso se la adaptó en parte al Río de la Plata, con buena presencia de canciones de Argentina y Uruguay. Hay, por ejemplo, cosas de Fito Páez o Soda Stereo, que son muy festejadas por el público. Y Rada o Zitarrosa, también presentes en el programa.

En el escenario, los bailarines van armando cuadros bastante variados, con coreografías unas veces grupales y otros destacando más a los solistas. En realidad asombra la cantidad de coreografías que se elaboraron, desde un marco que es simplemente representar canciones con movimientos. Con un vestuario cambiante y potente, con algunos toques ingenuos, se va pasando por la música de todas las geografías, desde Madonna a Sandro, y desde Xuxa al Puma Rodríguez y Raffaella Carrà.

Ubicados sobre unas tarimas, con algunos juegos de luces, el equipo de intérpretes dirigido por Nacho Cardozo pone en juego toda la energía y el entusiasmo de la juventud. Si bien los artistas son desparejos en sus habilidades, el conjunto se hace disfrutable. Para los espectadores que quieren pasar un rato alegre, una cita recomendable para salir el fin de semana por la tarde.