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Guillermo Francella: "La tecnología a veces sumó, pero otras restó"

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Guillermo Francella

ENTREVISTA

El gran actor argentino trae al Teatro Metro Perfectos desconocidos, mientras prepara su próxima película, El robo del siglo, en la que interpreta al uruguayo Mario Vitette

Es uno de los actores argentinos favoritos del público uruguayo, tanto por sus trabajos en cine como en televisión. Y ahora se prepara para volver a tomar contacto con Uruguay por partida doble. Por un lado, llegará al Teatro Metro con Perfectos desconocidos, comedia dramática que él dirige, y que promete ser un gran espectáculo. Por otro lado, para principios del año que viene estrenará la película El robo del siglo, donde interpreta al uruguayo Mario Vitette. Además, Casados con hijos, uno de los mayores éxitos de su carrera, se encamina para volver, ahora en formato teatral.

Perfectos desconocidos habla de esta invasión que hay hoy en día de la privacidad, de esa exposición ante los otros, vinculada a todo este universo que entró con las nuevas tecnologías. La tecnología a veces sumó, pero otras restó. Y la obra plantea un juego, algo perverso, sobre un grupo de amigos que se junta a cenar, y se propone que mientras dure la cena, los mensajes de whatsapp y las llamadas que entren, las van a compartir en altavoz. Y se genera de todo: más allá de las carcajadas que provoca, también genera muchos puntos de reflexión, y hasta de angustia”, contó a El País Guillermo Francella, quien llega con esta comedia del italiano Paolo Genovese, al Teatro Metro, el sábado 2 de noviembre a las 20:00. Abitab, de $ 1910 a $ 1110.

Perfectos desconocidos
Perfectos desconocidos, con dirección de Francella. Foto: Federico Brunetti

“La obra me interesó tanto porque no se trata tanto sobre el engaño, sobre quién es infiel a su pareja, sino que habla de cosas tan reales como que si dos personas estamos conversando, y te entra un llamado al celular, no es cómodo que el otro lo escuche. El celular es la caja negra de nuestras vidas. Ahí guardamos todo. Y creo que exponer todo no ayuda en lo más mínimo. Al contrario, es fundamental preservar ese asunto privado”, explica el notable actor.

Casados con hijos
Casados con hijos, un éxito que promete continuar, ahora en teatro. Foto: Difusión

-¿Cómo nacieron en vos las ganas de dirigir teatro?

-No es que me nació las ganas de dirigir. Encontré un material valioso y me movilizó para la dirección. Cuando vi la película Perfectos desconocidos me pareció extraordinaria, y muy plasmable para el escenario. Me gustó muchísimo la idea y yo tenía ganas de dirigir. Ya lo había hecho cuando con Adrián Suar hicimos La cena de los tontos, pero en esa oportunidad también había actuado. Y esta vez tuve ganas de estar afuera del elenco, y hacer la adaptación, la dirección, sin la atención que demanda estar participando como actor. Desde la dirección pude elegir el elenco, el tono de la obra, y todo como quería llevarlo a escena. En cine estás protegido, con una toma, con un plano corto, un exterior, cambios de decorados. Acá hubo que hacerlo todo teatralmente, a partir de varias ideas que yo tenía. Y bueno, llevamos dos años y nos va muy bien.

-¿Pensás hacer una carrera como director teatral?

-No sé, si tengo un material bueno, de las características de Perfectos desconocidos, me sumaría de nuevo. Pero no es que ahora esté todo el tiempo pensando en qué obra voy a dirigir. Lo mío es la actuación, pero si encuentro otro material valioso, me volvería a animar. Me gustó mucho el papel de director teatral, eso que tiene que estás cerca de los actores, de los compañeros. Siendo actor, creo que entiendo bien cuáles son las necesidades, y las debilidades de cada actor, sus búsquedas. Me gusta explorar de distintos modos con los intérpretes. Es un proceso muy rico, muy interesante, trabajando sobre personajes bien heterogéneos. Pero no tengo en mente cuándo volveré a dirigir teatro.

Perfectos desconocidos
Perfectos desconocidos, una comedia sobre los celulares. Foto: Federico Brunetti

-Dentro de no tanto vas a estrenar El robo del siglo

-Sí, en enero se estrena en todo el país, y realmente estamos muy contentos con el resultado. Primero que nada, una película basada en un hecho real es algo extraordinario de transitar. Y más una historia como ésta, que genera mucha empatía con la gente. Son todos personajes muy carismáticos, con mucho ángel, y con muchas características que los aproxima a la gente. Desde haber hecho todo con armas de plástico, hasta haberse ido por el desagüe, y cuando todo el grupo Halcón entró, ellos ya estaban en la casa comiendo pizza. Trataron bien a la gente que tenían reducida, sin lastimar a nadie. Todas esas características hizo que la película fuera algo lindo de trabajar, codo a codo con el director Ariel Winograd, con Diego Peretti. Me parece que quedó muy linda, dentro de poco la van a poder ver en Uruguay también.

-Supongo que fue mucho más difícil componer a Arquímedes Puccio, en El clan.

-Sí, fue muy distinto, también estaba basado en la vida real, pero era un personaje que no generaba la menor empatía, un ser execrable. No me gustó: lo que pasa es que yo, respetándolo, no lo cuestioné. Lógicamente nos propusimos con Pablo Trapero trabajarlo sin cuestionar la conducta de Arquímedes. Fue un verdadero boom El clan, y a mí como intérprete me gustó, pero es una situación muy distinta a interpretar a Mario Vitette. Uno no comparte que alguien haya perpetuado un ilícito, pero hay personalidades y personalidades. 

El clan
Francella, como Arquímides Puccio. Foto: Difusión

-Casados con hijos vuelve, ahora al teatro, ¿ya es seguro?

-Están faltando algunas cosas pero todo indica que en junio vamos a estar en Calle Corrientes, tres meses, con una obra de teatro que va a presentar a los Argento en el momento actual, y eso es lo que me parece divertido de transitar. Telefé cumple 30 años, y nos pareció que era como un broche de oro llevar Casados... al teatro. Es algo que la gente está esperando, hace mucho. A mí, en relación con el programa de televisión, siempre me gustó dejar las cosas en su lugar, y no continuarlas hasta el cansancio. Y ahora, a 15 años de aquello, esta modalidad me pareció a la vez oportuna y atractiva.

-Fueron largas todas las tratativas para este regreso de Casados con hijos.

-Sí, había mucha gente involucrada, y la vida de todos, lógicamente, ha cambiado. Luisana Lopilato vive en Vancouver, había que encontrar la posibilidad de que ella pudiera aprovechar el período de receso escolar de sus niños, allá en Canadá, para que ella pudiera estar acá. Fueron muchas cosas, Telefé, el elenco, están tratando de amalgamar todo. Pero vamos por el buen camino. Falta muy poquito para el sí definitivo.

Perfectos desconocidos
Perfectos desconocidos, llega la versión porteña. Foto: Federico Brunetti

-¿Cuál es el secreto de Casados con hijos?

-Es una gran comedia, con una familia muy particular, políticamente incorrecta por donde se la mire. Con argumentos muy jugosos, muy divertidos. Yo me acuerdo que cuando empezamos a trabajar leí los capítulos americanos, literalmente traducidos, y eran extraordinarios. Y nosotros tuvimos que darle el vuelco para el lado argentino, donde en algunas cosas nos reímos de lo mismo, pero en otra tuvimos que trabajar más desde nuestra identidad. Tuvimos que generar pertenencia, para que la gente se identifique con esos personajes. Si hubiéramos plasmado directamente el formato americano no hubiera sucedido lo mismo. Mi personaje tenía una relación con su mujer, con sus hijos, con sus vecinos, muy linda de trabajar.

-¿Cómo ves hoy aquellas películas que hacías en los 80, tipo Los bañeros más locos del mundo? ¿Era otra Argentina?

-No sé si era otra Argentina. Eran películas para todo público, de un humor naif. Para mí fue una etapa muy feliz. No son etapas del país, son etapas propias. En ese tiempo no estaba en una búsqueda por encontrar contenidos, como luego, con el paso del tiempo, lo necesité. Y llegó una seguidilla de películas que me posicionó como actor en otro lugar. Son distintas circunstancias. 

Perfectos desconocidos
Perfectos desconocidos, una eficaz comedia dramática: Foto: Federico Brunetti

-Tus dos hijos son actores. ¿Cómo vivís eso?

-Nicolás y Johanna están trabajando muy bien, están viviendo de lo que aman, y eso me llena de orgullo. Obviamente que les di todas las precauciones del mundo, porque ésta es una carrera muy especial, que puede tener muchos paréntesis, y que genera gran incertidumbre. A veces tenés mucha continuidad de trabajo, y otras nada. Se los previne, para que no lo sufran. No se trataba de mirarse en el espejo del padre, que le ha ido fantástico. No es tan sencillo poder vivir de esto. Hay miles de ejemplos. Pero hoy tienen un presente fantástico. Nicolás hizo El cuento de las comadrejas y ahora está en Pequeña Victoria. Johanna acaba de entrar en Argentina, tierra de amor y venganza, y a su vez hace de mi hija en El robo del siglo. Yo soy la fuente de consulta de ellos, como ellos son la mía. Una familia de artistas que se apoya.

-¿Vos siempre tuviste una vocación clara?

-Luego que terminé el ciclo escolar, lo único que rondaba en mi cabeza era estudiar teatro y hacer cine, televisión. Soñaba con eso. De adolescente tuve clara mi vocación. Aunque no sabía si iba a poder vivir de esto. Hacía teatro que veía poca gente, participaba en audiciones. De entrada, poder vivir de la carrera me costaba mucho. Y a partir de los 26, 27 años, ya empecé a trabajar bien. Pero luché mucho para poder vivir de la carrera.

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