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Ese juego de espejos que sabe esperarnos

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El padre

CRÍTICA: "EL PADRE"

El Galpón está presentando un interesante drama con toques de humor, del autor francés Florian Zeller

Un espectáculo fácil de ver, en algún aspecto. Es decir, que transcurre a buen ritmo, de escenas no demasiado extensas, bien administradas por el director. Y entretenido, porque atrapa, y hace reír un poco, de vez en cuando, pese a lo duro del tema que trata. El padre, en la sala principal de El Galpón, mezcla muy bien el tono dramático de la obra con sus juegos de humor, que distiende sin hacer perder la intensidad del asunto.

El tema involucra a un gran número de espectadores, principalmente en el teatro local, cuyo público está formado de mucha gente adulta y mayor. La vejez es el tema central de El padre, y desde allí se disparan los demás asuntos, principalmente la percepción que el viejo siente de sí mismo, su miedo a perder el hilo con respecto a su entorno.

Y desde allí, todos los problemas familiares que puede conllevar cómo cuidar a un anciano, cómo elegir y contratar a una enfermera que lo acompañe. Y cómo impacta esa situación en el contexto de toda la familia. En ese sentido, la obra es a la vez un retrato de un hombre mayor que va perdiendo su dominio del entorno, y un cuadro familiar sobre cómo puede afectar ese problema a los demás.

El padre
El padre, un elenco sólido para un buen texto teatral. Foto: Alejandro Persichetti

En la escritura dramática, la obra tiene su aspecto más atractivo. Porque el autor, Florian Zeller, desarrolla una serie de cuadros muy subjetivos, en los que el espectador parece estar viviendo las cosas desde el lugar del anciano protagonista. Es decir, los problemas de percepción de la realidad del anciano, el público los va observando objetivamente. El hombre confunde las personas, por ejemplo, y el espectador ve cómo un papel lo hace más de un actor.

Ese juego, además de ofrecer toques de humor eficaces, carga a la obra de gran dramatismo, y verosimilitud. Y le da a la vez un aire beckettiano, de realidad e irrealidad andando juntas. Escenográficamente, un planteo inicial poco interesante, va cobrando sentido a medida que los muebles desaparecen de un acto a otro. El director remarca el sentimiento alucinado que tiene la obra con un ir y venir de los actores en los intervalos. Y una carga de dimensión psicoanalítica potencia la historia, con una dinámica de identificaciones equivocadas. Al final del espectáculo, un golpe de efecto remata casi una hora y media de buen teatro.

Calcagno está muy bien en el protagónico, que parece irle perfecto a su modo de actuar, con su dicción por momentos marcada, cortante, enfática. El elenco todo trabaja sin un error, y el público aplaude de pie. Más que una obra maestra, es un espectáculo que sabe conquistar al público, y hacerlo pasar por emociones fuertes, para ayudarlo a ver una realidad cruda e inevitable.

ficha

El padre [****]

Autor: Florian Zeller. Dirección: Héctor Guido. Elenco: Julio Calcagno, Alicia Alfonso, Claudio Lachowicz, Elizabeth Vignoli, Marina Rodriguez, Pierino Zorzini. Ambientación escénica y vestuario: Nelson Mancebo. Escenografía: Dante Alfonso. Música original: Pierino Zorzini. Sala: César Campodónico, de El Galpón. Funciones: sábados a las 21.30 y domingos a las 20.00. Tickantel, $ 500.

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