STAND UP

Nicolás Lauber

El comediante Diego Mathon sabe que no hace un humor para todo el mundo, el suyo es ácido, negro, anormal, como el título de su espectáculo que realizará en Undermovie.

Con una carrera de más de 10 años y docente de varios cursos de stand up, Mathon tiene claro que lo importante es encontrarle la energía al público, y también sorprenderlo con un remate que no espera. 

En Anormal, Mathon dará rienda suelta a su particular sentido del humor, y sobre lo que le hace reír, sus preferencias para hacer comedia, lo que lo hace reír y también su pasaje por Got Talent, habló con El País.

—Tenés un humor distinto para el estándar uruguayo. ¿Cómo surge esa mirada?
?
—Es el resultado de las inquietudes y las estructuras de humor que he consumido en mi vida. Los comediantes a medida que vamos estudiando los recursos que se usan nos ponemos exquisitos para encontrar estructuras y chistes. No me río de lo mismo que me reía antes, me gustan más las estructuras complicadas, también el humor ácido.

—¿Qué te interesa plasmar en un espectáculo?

—A la hora de hacer mi show trato de elegir premisas alejadas de lo que se ve repetido en el escenario. Cosas como la vida en pareja, las diferencias entre hombre y mujer, cosas cotidianas de la casa, más allá de que manejo ese tipo de premisas, comienzo hablando de alguna tontería y con una cosa que no esperan. Por ejemplo cuando arranco hablando de los entrenadores Pokemón y termino hablando del aborto, y cuando el público quiere ver se está riendo de cosas que no espera.

—¿Qué te hace reír?

—Lo que me hizo reír en estos últimos años fue la serie Rick & Morty. Hoy mi sueño platónico es ser guionista de esa serie animada. La estructura de cada capítulo es tan loca pero a la vez tiene sentido.

—¿Qué es el humor para vos?

—El sentido del humor es un arma de supervivencia. Hay gente que dice: con esto no se hace humor, pero es que vos no estás pronto para hacer un proceso de sanación de ese tema. En el momento que te permitas reír, sacarle poder a eso embromado y ganarlo vos, empezás a sanar. Y eso embromado es cualquier cosa complicada.

—¿Cómo fue presentarte en Got Talent?

—Fue un desafío por todas las variables que atentan contra todo lo que hago. Todo lo que podés tener en contra lo tenés, empezando con el límite de tiempo, porque en dos minutos no te da para nada.

—Por eso tuviste que entrar pegando fuerte y agarraste de punto a Orlando Petinatti.

—Entré con alguna cosa que quería decir, que lo hice. Hubo un montón de cosas que no me dejaron decir porque es televisión uruguaya, el formato del programa es particular y tenía que adaptarme a eso. Igual, compartir con los artistas la espera fue lo mejor, porque no soy cholulo, y el saludar a Natalia Oreiro y eso, no es para mí. Me gustó más compartir y conocer las historias de las personas con las que nos presentamos en esa audición. Todos empezamos a mostrar nuestros talentos para entretenernos.

—Igualmente fuiste el único standapero que pasó a la segunda ronda.

—Pasa que había muchas limitaciones: no podés hablar de ciertos temas, la segunda vez, encima fue sin público.

—¿Qué respuesta tuviste del público?

—Tuve todo un buen recibimiento de un público que no me conocía y después estuvo toda una masa de haters que acechan este tipo de formatos. Y yo me río, porque por ver dos minutos de material te hacen juicio de valor sobre tu carrera y tu capacidad de hacer reír. Y me lo tomo con humor, y cada vez que me va mal nos acordamos de un tipo que puso en uno de los videos: “no es gracioso y capaz jamás llegará a serlo”. El tipo en dos minutos con humor blanco sacó la conclusión que jamás llegaré a ser gracioso. Seguramente todas las personas que se han reído de mis chistes en estos 11 años de carrera han de ser tarados.

—¿Y qué les contestás?

—Ni me gasto en responder porque es parte del juego y a medida que te exponés más, te exponés a este tipo de comentarios. Ojo, por otro lado recibí muchos mensajes de gente que no conozco que me dieron mensajes para arriba, que se murieron de risa.