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Una cocina que esconde los secretos del poder

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Miriam Gleijer y Elizabeth Vignoli en un intenso mano a mano actoral. Foto: A. Persichetti
Alejandro Persichetti

Mañana El Galpón estrena Cocinando con Elisa, un interesante texto teatral de Lucía Laragione, que en su momento fue protagonizado por la actriz y vedette argentina Norma Pons. Ahora llega la versión uruguaya, protagonizada por Myriam Gleijer y Elizabeth Vignoli, bajo dirección de Gerardo Begérez.

Quedará en cartel los sábados y domingos a las 20:30 horas, con localidades a $ 280.

En una cocina de estancia, una matrona especializada en gastronomía francesa recibe a una mujer embarazada, a la que debe instruir como asistente a pedido de sus patrones. A lo largo de siete meses y mientras ellas cocinan, el público espía esta extraña y misteriosa relación, marcada desde el comienzo por juegos de poder y sumisión en medio de las cacerolas. "La llegada de esta ayudante que busca al padre del hijo que crece en sus entrañas, es quien desata el conflicto. A través del humor negro se evocan misterios, hadas, brujas y artes culinarias, que potencian una inteligente alegoría, con un final totalmente impredecible", adelantó Begérez.

El director explica que buscó trabajar con una estética hiper- realista, donde todo es de verdad: los animales, los vegetales, la carne, las especias. "Esto apuesta a una incidencia directa a los sentidos de los espectadores. Ellos estarán dentro de la cocina, apreciándola desde el olfato y quizá alguno hasta se atreva a probar los platos de la Cucine á l´ancienne que se cocinan a lo largo de la obra".

"Para lograr este hiperrealismo emprendimos el proceso de creación desde la verdad escénica. La puesta es visualmente potente y arriesgada en muchos aspectos, y el factor sorpresa es un componente importante. Me gusta redescubrir nuevos estilos de montaje escénico y creo que en esta obra no hay vestigios de mis anteriores puestas, quizá mi insistente tránsito por el humor negro, pero aquí hay variaciones y nuevas búsquedas", observa el director, agregando que la complejidad de este montaje es muy grande, aspectos que han sido reforzados con el trabajo de vestuario de Verónica Lagomarsino, la escenografía de Rodolfo Da Costa y la iluminación de Leonardo Hualde.

"Este es un texto que abarca numerosos temas. Algunos los potencié desde la puesta en escena, otros están allí, entre las ollas. Subyace el problema del robo de niños durante la dictadura militar, la explotación del peón rural, el maltrato hacia la mujer, pero siempre lejos del panfleto reivindicativo. Los temas están todos puestos sobre el asador (cocina a leña en este caso), pero será el espectador que, haciendo uso de su libertad y su sensibilidad, optará por el sentido final de esta pieza", señala.

"Para generar los climas y todo ese mundo culinario que emerge del texto, es necesario agudizar el ingenio y trabajar denodadamente para idear resoluciones escénicas que resuelvan los problemas de toda esta compleja maquinaria. Por otro lado, el trabajo con las actrices fue muy ameno y muy intenso. En el caso de Elizabeth Vignole es la primera vez que trabajamos juntos y estoy muy conforme con lo que hemos logrado. Ella realiza un sutil recorrido por innumerables estados de ánimo del personaje, y su trabajo gestual es de gran fineza. A Myriam Gleijer tengo el privilegio de dirigirla por tercera vez y cada ensayo es un goce. Aquí la verán transitar zonas nuevas de interpretación y de belleza siniestra".

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Miriam Gleijer y Elizabeth Vignoli en un intenso mano a mano actoral. Foto: A. Persichetti

Teatro El Galpón estrenará mañana “Cocinando con Elisa”

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