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Un circo uruguayo que recorre un camino propio y original

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La carpa del Tranzat tiene un valor de unos 25 mil dólares. Foto: Gabriel Rousserie
Gabriel Rousserie ©

El Circo Tranzat dará cinco funciones en Piriápolis, con entrada a voluntad.

Entre mañana y el martes el Circo Tranzat dará las últimas funciones de su temporada en Piriápolis, cerrando una gran zafra, en la que fue visto por más de diez mil veraneantes. Consiste en un circo contemporáneo, sin animales, que no apela a los colores chillones que caracterizan al género. Por contrapartida, busca ofrecer un lenguaje de humor visual y una estética trabajada pero sencilla: maderas y objetos reciclados componen la escenografía, donde los artistas generan un código entre el naturalismo y el absurdo.

La entrada es a la gorra, es decir, a voluntad, lo que no significa que la compañía tenga una taquilla floja. "Depende mucho del lugar: no es lo mismo Piriápolis que Capurro. Acá en Piriápolis, el promedio serían más de 22 mil pesos por función. Es bastante: estamos haciendo una buena temporada. A veces pasamos los 30 mil, otras quedamos en 14 mil", explicó a El País Iván Corral, artista de circo, aunque en este caso tomó las riendas de la producción del espectáculo.

"A la compañía le viene bien porque estamos pudiendo pagar algunas cosas que no estaban cubiertas, como el ómnibus que tenemos: pudimos pagar un préstamo, y vamos a tapar unos cuantos agujeros", agrega el productor y cirquero, señalando que el bus de la compañía es un Leyland de 1977, que perteneció a Cutcsa.

En escena hay cinco artistas en escena: Cototo Cuello, Juan Carlos Machado, Juan Carlos Muñoz, Darío Lima y Victoria Carratú, apoyados por 11 personas más que se ocupan de distintas áreas. Tampoco es un circo corriente, en el que los números van uno tras otro. "Acá son situaciones que les suceden a los artistas que están en escena, que están queriendo construir una estructura. Todo el tiempo es el movimiento de los objetos en escena, provocando situaciones graciosas, vinculadas al equilibrio, accidentes, destrezas", describe Corral con precisión.

Un músico en escena trabaja como dentro de un kiosko, donde entre otros elementos utiliza una loop station: los objetos que están en escena tienen micrófonos, generando la pista de sonido, a lo que se suman bajo, contrabajo y la voz. "Tenemos también microfonía en objetos: son unos micrófonos inalámbricos que se compraron en Francia, y que se los ponés, por ejemplo a un cajón. Cada sonido sobre el cajón queda amplificado, y eso queda grabado y hace la base", detalla el productor.

Este es el segundo año de existencia del Circo Tranzat, pero sus integrantes se conocen desde hace más de 10 años, y han integrado distintos espectáculos y colectivos artísticos, actuando tanto en Uruguay como en distintos países de América Latina, además de España y Francia. Y la joya del grupo es su carpa, que tiene 20 metros de diámetro y nueve de alto.

"Es una carpa de lona buena, doble faz, y tiene su historia: hizo gira por los Pirineos, anduvo en la nieve. La compramos usada: dos compañías la tuvieron antes, en Francia", cuenta Corral sobre este valor de la compañía, que cuesta unos 25 mil dólares, mientras que su importación hubiera salido unos 28 mil dólares. "Nosotros conseguimos la exoneración de la importación (por interés cultural), y conseguimos fondos para comprarla. No tuvimos que poner plata de nosotros, sino generar proyectos".

La carpa no tiene piso, y el público se reparte entre unos bancos y unas alfombras, aunque mucha gente lleva su propia silla. De ahí que entre los próximos pasos esté mejorar el interior de la carpa para dar más comodidades.

"Creo que el público tiene más una identificación con los personajes que con los números en sí. También el final gusta mucho: si tengo que elegir un número, creo que es el desenlace, que es una reacción en cadena en la que se cae todo lo que está en el escenario".

Las funciones son en el Castillo de Piria, del viernes a martes 9, todos los días a las 21:30. El domingo 7 y lunes 8 hay función de gala, con otros artistas de circo que se sumaron al Tranzat, y músicos invitados.

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La carpa del Tranzat tiene un valor de unos 25 mil dólares. Foto: Gabriel Rousserie

Una gran carpa y una gran historia

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