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¿Por qué "The Wire" sigue siendo una serie vigente a 20 años de su estreno en HBO?

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The Wire

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David Simon y Ed Burns, los creadores de la serie que trasncurre en las calles de Baltimore hablan de por qué los años no hacen mella en su encanto y en sus denuncias

The Wire
s William “Bunk” Moreland (Wendell Pierce) y James “Jimmy” McNulty (Dominic West)

Hace dos décadas, David Simon, un excronista policial del Baltimore Sun, se unió a Ed Burns, un detective de homicidios jubilado de Baltimore y maestro de escuela pública, para crear The Wire para HBO. Una ficción pero con referencias al Baltimore en el que vivían Simon y Burns, The Wire, que se estrenó el 2 de junio de 2002, presentó una legión de personajes inolvidables como el pistolero con códigos Omar Little (el difunto Michael K. Williams) y el gángster con aspiraciones, Stringer Bell (Idris Elba).

Eran piezas indelebles de una serie policial con un propósito superior: condenar la guerra contra las drogas y hacer una disección más abarcadora del colapso institucional, ampliando su alcance durante cinco temporadas para explorar el declive de las oportunidades de la clase trabajadora y la educación pública, entre otros pilares cívicos americanos.

Este no era el material para éxito televisivo: la serie se vio poco y luchó contra la cancelación. Pero a lo largo de los años, The Wire fue aclamada como uno de las mejores series, aun cuando el deterioro sistémico que presentaba se hizo más pronunciado a los ojos de sus creadores.

Burns y Simon continuaron colaborando en otros proyectos para HBO, más recientemente We Own This City, una miniserie creada por Simon y el exalumno de The Wire George Pelecanos, basada en una historia real en el Departamento de Policía de Baltimore.

En entrevistas separadas, Burns y Simon discutieron el legado de The Wire -que está en HBOMax y en NSNow de Nuevo Siglo- y por qué no se podría hacer de la misma manera hoy.

The WIre
David Simon y Ed Burns, los inventores de un clásico, The Wire.

—¿Imaginabas que The Wire tendría esta permanencia de 20 años?

BURNS: Lo primero que me viene a la mente es que la serie vivirá para siempre, porque lo que intenta retratar existirá por siempre. Es cada vez peor y peor. Eso es todo. Y se está expandiendo; ya no es solo algo urbano. Está en todas partes.

SIMON: Ed y yo en Baltimore, George en Washington, Richard Price en Nueva York veíamos muchas de las mismas dinámicas. Había políticas, y había premisas que sabíamos que no iban a ganar, que iban a seguir fracasando. Y nos estábamos convirtiendo rápidamente en una cultura que ni siquiera reconocía sus propios problemas, y mucho menos los resolvía. Entonces se sintió como “hagamos un programa sobre esto”. No anticipé el colapso total de la verdad, la idea de que puedes mentir audazmente para llegar a la cima. No anticipé el colapso político del país en términos de Trump. El alcalde ficticio de Baltimore en The Wire, Tommy Carcetti, es un político profesional. Trump es sui generis. Es difícil incluso entender cuán degradada está la cultura política ahora debido a Trump.

-¿Es conflictivo que The Wire haya ganado una mayor audiencia en estos años cuando la decadencia institucional que ilumina parece haber empeorado?

BURNS: Recientemente, la administración Biden y la administración del alcalde de Nueva York dijeron que quieren aumentar la cantidad de policías en las calles. Me divierte que lo que están haciendo es una definición de locura: intentas algo, no funciona. Lo intentas de nuevo, no funciona. Ya es hora de que pruebes algo diferente. Todavía están haciendo lo mismo. Por supuesto, “desfinanciar a la policía” no es la forma correcta de presentar el argumento. Pero reencauzar el dinero de la policía hacia personas que puedan manejar mejor algunos de los aspectos sería bueno. Y luego hacer algo aún más dramático, como crear un motor económico, además de las drogas, para ayudar a las personas a levantarse y comenzar a hacer algo con sus vidas.

—¿Se daría luz verde a The Wire si lo presentaran hoy?

BURNS: Definitivamente no. HBO no entendió The Wire hasta la cuarta temporada. De hecho, estaban pensando en cancelarlo después de la tercera. Captamos ese momento cuando las cadenas estaban pensando: “Oh, necesitamos un programa para este grupo de personas”. Pero ahora, tiene que ser Game of Thrones. Tiene que ser grande. He visto un par de miniseries en HBO y son buenas pero no abren nuevos caminos. Son novelas policíacas o esas mujeres ricas que pelean entre ellas en un pueblo. No veo a nadie diciendo: “Oye, esa es una gran serie”.

—Aparte del hecho de que los problemas que destacó siguen siendo frecuentes, ¿por qué cree que The Wire tiene tanta permanencia?

SIMON: Nada nace solo. Le daría crédito a Oz por mostrarme que existía ese canal que contaría una historia oscura y contaría una historia para adultos. Homicide (el primer libro de Simon) se había convertido en un programa de televisión. Pero con The Corner (el libro de no ficción de Burns y Simon centrado en el mercado de drogas del oeste de Baltimore), pensé: “Los derechos no valen nada. Nadie va a poner eso en la televisión estadounidense”. Y luego vi Oz, y fue ahí que miré a HBO y les dije: “Oh, ¿les gustaría hacer una miniserie sobre un vecindario saturado de drogas y sobre la guerra contra las drogas?”. Y luego están los otros lugares de los que robamos: de las tragedias griegas, la idea de que las instituciones eran los dioses y eran más grandes que la gente. Así que gracias al curso universitario que me hizo leer obras de teatro griegas. Y gracias a La patrulla infernal de Kubrick que era una película sobre el imperativo institucional y de la que tomé cosas generosamente. Gracias a un puñado de novelistas, Pelecanos, Price, (Dennis) Lehane, que decidieron que estaban dispuestos a escribir televisión. Obviamente, el elenco y el equipo y todos. Pero fue una serie que estaba lista para donde iba la televisión, y ahí es donde está involucrada mucha suerte. La idea de que enciendes la pantalla de tu televisor y decides que quieres ver algo que se hizo 10 años antes o que se acaba de publicar; o esperar hasta que haya suficientes episodios para verla compulsivamente; o tienes insomnio, por lo que verás cuatro horas de una miniserie y la podrás cuando quieras, eso sí que no lo vi venir.

BURNS: Es como un western: está sumido en la leyenda. Pero la leyenda es, en verdad, la realidad. Hoy, hace 20 años, dentro de 20 años, será lo mismo. Y cada generación que viene, cada grupo de niños que vienen, lo descubrirá y le inyectará más vida.

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