DE LA TELE AL TEATRO

La vigencia de una serie que, para muchos, está llena de clisés machistas y es algo homófoba y grotesca como Casados con hijos, en tiempos donde se aboga por igualdades y respetos, es un fenómeno digno de estudio.

La serie que se emitió entre 2005 y 2006 en la televisión argentina continúa en la grilla de los canales del Río de la Plata a 15 años de su estreno. En Argentina, la exhibe Telefé. De acuerdo a fuentes de canal 4, que lo emite en Uruguay, a pesar de estar en horario marginal (de lunes a jueves a las 23.30), el programa tiene alrededor 20 mil uruguayos siguiendo cada emisión. El año pasado, cuando se emitió en un horario más central, llegaba a convocar unos 70.000 espectadores.

Además, la serie tiene una sobrevida en la web. El canal de YouTube, Casado con hijos, que sube todos los episodios tenía, desde su creación en septiembre de 2018, hasta ayer 156.236.883 reproducciones con capítulos que superan los tres millones de visionados. El más visto es el que compila los episodios 81, 82, 83 y 84 de la primera temporada que tiene 3,7 millones de reproducciones.

Pareciera que Casados con hijos nunca se fue de la televisión y, encima, ahora llega a la calle Corrientes porteña con una expectativa de entradas agotadas a pesar de que fue saludada también con quejas por los precios que maneja.

La versión teatral se estrenará en 12 de junio en el Gran Rex donde están previstas 80 días de dos funciones diarias. Para uruguayos que piensan verla en, por ejemplo, las vacaciones de julio, los precios van de 2.980 a 25.000 pesos.

La obra, que fue escrita especialmente para esta puesta, actualiza la acción a 2020, por lo que los personajes han cambiado bastante.

“El 2020 los encuentra en la misma situación pero más grandes, más exacerbados en algunos rasgos de conducta, todo lo que ocurre en una familia políticamente incorrecta.Y muy crueles en la esgrima verbal, por supuesto”, dijo Francella cuando presentó el proyecto. “Es cierto que cambiaron algunas cosas en estos últimos años y manejaremos con prudencia ciertos temas, pero sería muy raro hacer algo distinto”.

La historia -escrita por Axel Kuschevatzky y Diego Alarcón que fueron los guionistas originales-, vuelve a centrarse en los Argento, una familia disfuncional de clase media tirando a baja en un barrio de Buenos Aires con el sueldo de un padre de familia, las extravagancias de la madre y la torpeza de sus dos hijos. Guillermo Francella (Pepe Argento), Florencia Peña (Moni), Luisana Lopilatto (Paola) y Dario Lopilatto (Coqui) son los integrantes de esta familia que tienen como vecinos a Erica Rivas (María Elena Fuseneco) y Marcelo de Bellis (Dardo Fuseneco). Todos ellos están confirmados para la versión teatral. La única que no está es la perra Fátiga, ya que Violeta, la perra que la interpretaba, falleció en un accidente.

“No podés frustrar el Casados con hijos que todos conocen. Pepe tiene que ser Pepe. Moni va a seguir sin cocinarme. Los chicos tendrán las mismas características y más subrayadas. Y María Elena va a ser más feminista que en 2005. Esto es Casados con hijos. No podríamos hacer otra cosa”, agregó.

La serie original recibió Martín Fierro como mejor comedia, mejor actor (Francella), mejor actriz (Peña) y mejor secundaria (Rivas).

La serie ha sido también parte de una disputa por el exceso de repeticiones que los actores consideraban abusivos. A Francella le pasó lo mismo con las eternas emisiones de Poné a Francella, su programa de sketches.

Esos problemas impulsaron la promulgación de la llamada la Ley de Intérpretes, en 2008, donde se dictaminó que todos los actores debían de percibir un ingreso por la emisión y repetición de cada programa o película en la que hayan trabajado.

“Se cobra, pero muy poco. Es como nunca dejar de hacer tele”, dijo Florencia Peña en una entrevista de 2012 sobre este tema. Rivas, quien interpreta a la insoportable vecina de los Argento, dijo que las repeticiones le servían porque con ese dinero podía mantenerse y hacer cine independiente. Actualmente en Uruguay está en cartel una de esas películas independientes de Rivas, Los sonámbulos.

Basado en una serie estadounidense que acá pierde bastante de su gracia en su traslación a situaciones y modismos porteños, Casados con hijos va en contra de lo que se entiende que los espectadores buscan cosas nuevas o que los sorprendan en la televisión.

Difícil que sorprenda una serie que dejó de producirse hace 14 años y que se mantiene inalterable en 200 capítulos desde entonces. Pero eso no parece importarle a nadie: no hay plataforma que se le escape a pesar de ese formato de teatro televisado que la Argentina entrega desde los tiempos de Guillermo Bredeston y Dario Vittori.

Y sobrevivir con esas herramienta, eso sí que la vuelve un fenómeno moderno de la televisión.