Mucho antes de volverse una celebridad por su extravagante vida de heredera, Kim Kardashian transitó una adolescencia casi como la de cualquier otra chica. La diferencia estuvo en que la buena posición económica familiar le permitió, por ejemplo, hacerse de amigas como Paris Hilton, ir de fiesta en fiesta y volver a su mansión para soñar con un exitoso futuro como celebridad.
Eso sí: por entonces, la millonaria morena no vivía tan pendiente de su imagen. O al menos no tenía tan definido ese estilo glamososo de nuevo rico de Beverly Hills con el que el mundo la conoció. A modo de prueba, les mostramos una vieja imagen de entrecasa de Kim, probándose una bikini de lentejuelas y metiendo panza como loca. Divina, ¡pero irreconocible! Cómo te cambió el tiempo, morocha...
cambio