Desde el proximo lunes, se emitirá de lunes a jueves, a las 21:30, por Teledoce.

Otro éxito de Globo se instala en el horario central de Teledoce a partir del próximo lunes. Se trata de Imperio, una superproducción, que como tantas otras de esta cadena, paralizó Brasil.

Es la historia de José Alfredo (Alexandre Nero), quien construyó una familia rica y poderosa. Todo marchaba sobre ruedas hasta que la  aparición de una hija no reconocida (Leandra Leal) provocará una guerra por la herencia más deseada. 

Imperio cuenta con las actuaciones de Alexandre Nero, Lilia Cabral, Leandra Leal, Rafael Cardozo, José Mayer y Vanesa Giacomo, entre otros, además de la participación especial de Regina Duarte.

Con Aguinaldo Silva (de Fina Estampa, Dos Caras y Señora del Destino) como autor y escenas grabadas en Suiza, Imperio es una historia de poder que reúne intriga, ambición y secretos impactantes.

José Alfredo es un hombre de origen humilde que siempre ha luchado mucho, dedicando su vida a la construcción de un imperio. Todavía joven, sufre un desengaño amoroso y, a partir de eso, empieza a vivir aprovechando las oportunidades que encuentra.

Por un giro del destino, entra en el mercado del comercio ilegal de piedras preciosas y se convierte en contrabandista de diamantes. En Suiza conoce a María Marta, de una familia tradicional pero arruinada, y se unen en un matrimonio de intereses.

Veinte años después, José Alfredo, ahora conocido como Comendador, es un empresario de éxito que, además de dirigir su famosa cadena de joyerías, tiene que administrar numerosos conflictos.

El primero de ellos está en su propia casa: la disputa por la dirección de su imperio, objetivo de la codicia de sus hijos y de María Marta, con quien vive un matrimonio turbulento y sin sentimientos. Para compensar, encuentra el amor verdadero en los brazos de María Isis, una bella joven con quien tiene una aventura extramatrimonial.

Inesperadamente, aparece Cristina, una supuesta hija desconocida para José Alfredo. Cora, la tía astuta e interesada, implica a la joven en una historia fríamente planeada y la convence de que el Comendador es su verdadero padre. De esa forma, sale en busca del reconocimiento de su paternidad y de sus derechos legítimos como hija y, gradualmente, los dos se irán acercando.

El descubrimiento de esa nueva heredera intensifica los conflictos familiares, mostrando que los verdaderos enemigos pueden estar más cerca de lo que imaginamos, a veces bajo el mismo techo.

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