COLUMNA FARANDULERA

Todavía recuerdo el entusiasmo en torno a la vuelta de Showmatch a la pantalla. Se habló del regreso más esperado del año y salieron decenas de notas anunciando la llegada de Marcelo Tinelli a la televisión. Se venía La Academia y hasta el humor volvía al programa. Tenía todo para ser el fenómeno del año.

Pero algo pasó, porque el entusiasmo se fue apagando rápido. Hubo días con rating bajo, programas que no se filmaron y hasta críticas sobre el protocolo sanitario del estudio de La Flia. Pero, como siempre, Tinelli nunca se da por vencido.

Ayer estaba desayunando mis clásicos huevos benedictinos y sonreí cuando me encontré con unacolumna de La Nación sobre la nueva estrategia de Marcelo para levantar el rating: el llanto en vivo. No podía estar más de acuerdo con mi colega Fernanda Iglesias, porque parece que Tinelli está usando la lágrima para rescatar su vuelta a la televisión.

Se pasó una gran parte de la semana con eso: cámaras sorpresa a los participantes con mensajes de familiares, el llanto de El Polaco al dedicarle una canción a su padre recientemente fallecido y Tinelli quebrándose mientras hablaba de la salud de su exmujer. Parece que le funciona, porque viene levantando los números.

Habrá que ver cuánto le aguanta la fórmula.