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Gerardo Nieto confirma su romance con la diputada Manuela Mutti del Frente Amplio

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Nieto y Mutti,

JUNTOS A LA PAR

"El Frente Amplio gana de acá a Pando. Las encuestas mienten", sostiene el cantante enamorado.

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Gerardo Nieto atraviesa por una etapa de cambios pero lo que se mantiene intacto es el barrio. Casabó fue su hábitat desde que era niño y luego un adolescente inquieto por la música y la militancia política. Allí también se casó y fue padre de dos hijos y ahora, a los 50 años y separado, ha vuelto a la casa de sus padres.

“Es el lugar con el que me siento identificado. Sería muy difícil irme”, asegura el músico ex Karibe con K y hoy solista sentado en un living de paredes verdes, repleta de fotos de parientes de varias generaciones.

Con más de una decena de shows por fin de semana, Nieto atraviesa por un gran momento musical. Le gustaría tocar menos los temas clásicos y explorar nuevas canciones, pero el público le sigue pidiendo Polvo de estrellas, De mí enamórate o Barco a la deriva. Y a su edad, según dice, prefiere dejar “las cosas como están”.

A salvo de las modas que atraviesan la movida tropical y que hoy imponen sonidos simples, emparentados con el reggaeton o el trap, siempre hay lugar para Gerardo Nieto. “Cantar al amor nunca pasa de moda”, asegura.

Y de amor también son sus noticias. A tres años de la separación con la madre de sus hijos, ha vuelto a rehacer su vida sentimental. Desde hace tres meses inició un noviazgo con la diputada del MPP Manuela Mutti, de 32 años.

La distancia física (la legisladora vive en Salto) y en edad (18 años menos) no son ningún impedimento para la prosperidad de una historia de amor que marcha viento en popa y con la esperanza de continuidad del gobierno de izquierda.

Nieto participa activamente de los actos, en especial de la lista 609 como cantante y también presentador. “Además de la política, tenemos muchas cosas en común”, asegura el músico sobre Mutti.

Gerardo Nieto en la puerta de su casa.
Gerardo Nieto en la puerta de su casa.

—Han pasado 30 años de Karibe con K, luego fuiste parte de La Autentika y hoy seguís una carrera solista. ¿Cómo definirías tu momento musical?

—Muy bueno. Siempre estuve muy cómodo trabajando dentro de una banda y con directores que se encargaban de la producción, el vestuario, el sonido... pero al mismo tiempo no facturaba lo que podía. Ahora la situación es diferente porque desde hace 15 años soy mi propia empresa. Cuando tenés un nombre que me lo he ganado por estar en Karibe y otros lugares, hay un prestigio y te lo pagan bien. He tenido el privilegio, en casi toda mi vida, de vivir de lo que me gusta.

—Hay colegas tuyos que se han declarado un poco cansados de la noche, ¿Es tu caso?

—Pienso en hacer menos shows, porque es desgastante. Quizás apueste a otro tipo de espectáculos en teatros o giras por el Interior que pueden ser igual de redituables sin estar en la vorágine de ir de un boliche a otro. Hago de 10 a 12 shows por fin de semana. Hay menos bailes, pero al mismo tiempo han surgido posibilidades de toques en pizzerías que antes no era tan común.

—¿Cómo armás tu repertorio?

—Grabé dos discos y la gente me pide los clásicos. Tengo inquietudes pero es difícil imponer temas nuevos. Quizás yo mismo me boicoteo. A esta edad, como que uno tiende a decir: “Si funciona así, dejémoslo así”. Hace 5 estoy para terminar un disco. Pero en este tiempo me separé, falleció un hermano mío y no estaba de ánimo. Para hacer música hay que estar feliz. Hoy puedo decir que estoy feliz y veremos si retomo el disco.

—La movida tropical ha estado atravesada por modas: pop latino, cumbia cheta y hoy el apogeo del reggaeton o el trap. ¿Cómo visualizás esas modas?

—Yo acompaño el movimiento y espero que pase el chaparrón. He tenido siempre mi estilo de cantante romántico que la gente conoce y acepta. Cantarle al amor nunca pasa de moda. Además, apuesto a la calidad musical. Hoy hay una tendencia preocupante al “menos es más”. Veo que se graba desafinado o no se incluyen instrumentos y los arreglos son cada vez más simples.

—¿El compromiso político con el Frente Amplio te han perjudicado en tu carrera?

—No que yo sepa. Obviamente cuando uno se define en política, habrá personas que no están de acuerdo.

—¿Evaluaste eso?

—Yo milité siempre por el Frente, desde mucho antes de dedicarme a la música tropical. No es algo familiar porque en mi casa somos muy abiertos en materia política. Pero de muy chico, por cantar, me acerqué a un amigo que me enseñó a tocar la guitarra y en dictadura hacíamos temas de canto popular alterando las letras para decir las cosas en sentido figurado. Luego, él me fue llevando al Comité. Cuando vi que podía ayudar con un empujoncito, que fue en la campaña de 2004, me definí públicamente y puse la carita. Desde ahí estoy comprometido más firmemente.  

—¿Cuál es tu compromiso?

—Yo apoyo, voy a cantar y arrimo a las masas, pero lo mío no es hacer política. Figuro en una lista, pero en un lugar como para no salir. Me he planteado alguna vez dedicarme de lleno, pero soy una persona muy frágil. Me gusta hacer beneficios. Participo de 30 o 40 eventos benéficos al año pero la política es diferente. Hay que hacer alianzas y concesiones para que las cosas salgan; aquello de tragar sapos y abrazar culebras, como dijo Pepe Mujica. Y a mí no me gusta comer sapos. Soy frontal en todos los aspectos de mi vida.

—¿Cuál es tu pálpito para el resultado de las elecciones?

—Para mí gana el Frente de aquí a Pando. En segunda vuelta, pero gana.

—Las encuestas no dicen eso...

—Son medio mentirosas las encuestas. Están un poco arregladas. Los medios de comunicación también tienen su tendencia hacia blancos y colorados. Es complejo el panorama, pero yo no veo que haya otro camino que el de la izquierda. No es que sea fanático. Analizo qué es lo mejor para la sociedad y no veo otra alternativa. Es más, te diría que si yo fuera individualista, debería estar militando para otros partidos que nos beneficiaron mucho más cuando fueron gobierno. Hablo de la música tropical y de los tiempos en que no se cumplía la reglamentación para los boliches y todo se arreglaba en la noche: capacidad de las discotecas, horarios, ruidos molestos... todo eso era “arreglable”.

—Ancap, Pluna, Sendic... En este tiempo, el gobierno ha recibido muchas críticas.

—Hubo errores sí, pero en los tres gobiernos del Frente el país siempre creció. Creo que como gobierno nuevo pecó en algunas cosas de inexperiente, como en hacer inversiones grandes para Ancap que no salieron. La economía mundial y de la región se complicaron y no prosperaron esas ideas que eran a largo plazo.

—¿Cuál es tu visión de lo sucedido con Gucci, que fue convocado y luego bajado de su candidatura?

—Para mí, Martínez se apuró en querer mostrar un costado más popular al mostrarse con Gucci pero no reparó en que el movimiento feminista estaba en contra. Esas cosas en campaña se tiene que medir.

Manuela Mutti. Foto: Francisco Flores
Manuela Mutti. Foto: Francisco Flores

—¿Estás en pareja con la diputada del MPP Manuela Mutti?

—Es verdad. Tenemos muchas cosas en común, no solo el pensamiento político. En nuestra de vida y la manera de ser. Hace tres meses que estamos y vamos despacio.

—¿Cómo se conocieron?

—En un acto de la 609. Estaba hablando Pepe Mujica. Yo estaba medio escondido a un costado del escenario para escucharlo. Vino ella, se presentó, nos saludamos y fue instantáneo. Nunca pensé que me iba a enamorar así: en 10 minutos. Hablamos tres cosas y nos quedó claro que queríamos estar juntos. O intentarlo. Ella vive en Salto pero viene todas las semanas por sus obligaciones en el Parlamento. Tratamos en esos días de hacernos un tiempo para estar juntos. Vamos muy bien.

—¿Le gusta la música?

—Le gusta. Pero no escuchaba mi música. De a poco la estoy llevando. Ella es más del canto popular. Es profesora de historia, toca el piano, pinta... es una artista. Estoy muy orgulloso de mi novia. 

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