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Carla Conte: “Yo digo que bailé en el Bailando de Bambi”

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Foto: gentileza Son de Oeste

"Era una participante aburrida en el Bailando...", dice Carla Conte quien se define como una "militante de los derechos de la mujer".

Está sentada en un bar a la vuelta de la sala donde está ensayando El cruce, la obra con la que hace su regreso a las tablas como protagonista, en el Metropolitan City, el martes próximo.

No tiempo para fotos, viene directo de jornadas intensas, en las cuales lo que importa es la interpretación, no la apariencia. Se pide algo de comer y prendo el grabador. Verborrágica y espontánea, Carla habla con Personajes.tv de su decisión de tener a su primera hija con un parto cuidado en su casa; de su abrupta desvinculación de Ideas del Sur; de su tiempo más politizado; de su segundo embarazo y, también, por supuesto de su paso por la mediática pista de Marcelo Tinelli.

-¿Cómo te estás preparando para volver a hacer teatro? Lo último que hiciste fue La cena de los tontos...

- Fue en 2009, estaba embarazada de Mora [su primer hija]. Pero es como un abismo, tenía dos escenas, una con Adrián Suar, la otra con Guillermo Francella, no era ni un estrés. Era más que nada divertirme, eran escenas chiquitas y después lo que se ocupaban eran ellos. Acá es todo lo contrario, siento toda la presión del mundo. La obra está buenísima, mi personaje me encanta. Confío en Guillermo Hermida, que es el director, y si dice que todo va bien y es su obra y tiene a toda esa gente actuando conmigo, debe estar todo bien. Me da confianza.

-¿De qué va la obra?

- La obra se llama El cruce y son cuatro personajes, dos chicas y dos chicos, que cuentan su historia y yo vengo a ser, como decimos en chiste, "la cruzadora". Soy como ese personaje que viene del más allá a hacer este cruce de destinos de estos cuatro personajes con historias bloqueadas.Tengo a mis asistentes que son todo el grupo de baile. Yo los voy mandando, yendo y viniendo para que armen y desarmen y yo me meto en muchas escenas y hago como diferentes personajes.

-¿Tenías ganas de volver?

- Me tomó de sorpresa, pero cuando me llamaron no lo dudé ni un segundo. Me dijeron que era un protagónico en el Metropolitan. Me tiró como unos nombres que dije: "Pará estás hablando de un personaje increíble, en ese teatro". Si yo hubiera soñado en volver con todo, era algo así. Vengo parada desde el final del embarazo de Facu [su segundo hijo], que tiene un año y cuatro meses. Después no me programé nada justamente para mantener calma y no enloquecer en el medio de un trabajo como me pasó la primera vez con Mora.

-¿Qué fue lo que te pasó con Mora?

-Es muy difícil ser una madre comprometida con la maternidad y querer seguir laburando. A mí me resultó imposible ser la madre presente que quería ser contra una mujer que tenía que salir y estar espléndida para otros, yo no lo pude hacer. Después me pasó todo lo que me pasó y desaparecí. Sí, fui un poco extremista. Calculo que se puede hacer como un poquito más tranquilo todo. Lo que sí hice con Facu, el segundo, previendo lo que me había pasado con Mora, que a las dos semanas estaba parada, maquilladita, peinadita y saliendo al aire en la tele, fue guardarme. "Me voy a guardar. Voy a esperar a ver qué me pasa", me dije. Y la verdad que me pasó algo súper normal y es que a los tres meses tenía ganas de salir a la vida. ¿Soy mala madre? No, es lo que sentí.

-Capaz sentías culpa al ser madre primeriza...

-Es difícil sacar el dedo acusador, seas la madre que seas, siempre estás mirando y hay que reconocer que todas hacemos lo que podemos, cómo podemos. A todas se nos plantó el niño en medio de la calle y nos gritó. A todas nos pasó. Mora hace una semana me dijo: "Mamá, vos no podés con dos hijos". Qué tal ¿eh? ¡Cinco años tiene! Chau, me tengo que ir. "Sí, ya sé hija que no puedo", le contesté.

-¿Sos practicante del colecho?

-Sí, porque no me puedo despertar a la noche. No me pidas que me levante y le explique al chiquito que tiene que dormir. ¡No! Vení a la cama y sigamos durmiendo todos porque es la solución que yo encontré. La verdad es que me pasó que con Mora era mucho más radical en esas cuestiones, en cómo tenía que ser yo, en como veía la maternidad. Le llegué a preparar leche de almendras y comíamos todo integral, nada de lácteos. Después todo eso se me fue al carajo. Le di un montón de teta, dos años y medio, y Facundo va uno y medio y estamos viendo cómo lo terminamos.

-¿Dos años y medio?

-No me preguntés cómo, no sé. De verdad que me entregué a la maternidad de una manera que si lo pienso a la distancia estaba medio desquiciada. Es lo que me salió, es lo que necesitaba hacer, pero también está buenísimo ser un poco más relajada. Para eso vino Facu y es mucho menos presión. Empecé a hacer un programa el año pasado que grabé varias semanas y le dejaba leche y no pasaba nada. Era feliz y volvía a mi casa y estaba todo bien. No se había caído ningún sistema. El niño estaba feliz con su abuela

-¿A tus dos hijos los tuviste en tu casa?

-A Mora la tuve en el living de casa y con Facu venía con esa idea en la cabeza pero no se pudo. A los siete meses algo no se veía bien y no sabían bien qué era y cuando pasó eso dije: "No, ni loca lo tengo en casa". Me había generado como un temor que con Mora no me pasó en ningún momento del embarazo. Finalmente, lo tuve en una clínica. Un parto igual sin anestesia, sin nada, con mi partera y mi obstetra a los gritos como nació Mora. Y le hicieron a Facu todos los estudios, todo perfecto, pero había que hacerle una ecografía cuando naciera, había que tener unos cuidados. Aunque sí pude tener un parto igual de respetado, pero en una clínica. Estuvo buenísimo.

-¿Por qué querías hacerlo de esa manera?

-Me pintó así. Cuando empecé a leer sobre el parto respetado encontré cosas que pasaban en las instituciones: la violencia obstétrica, que no te dejan parir, que te ponen el goteo, que te hacen una cesárea, que se llevan al bebé... Eso es real y pasa hasta el día de hoy, pero yo no lo conocía, lo fui descubriendo. Entonces yo no quería nada, no quería que vengan y me digan que tenía que parir acostada. ¡Tenía la idea de que la institución era el demonio! Cinco años más tarde, cuando nació Facundo, hubo un proceso social muy grande en el que se habla mucho más de parto respetado. Se abrió una campaña de violencia obstétrica que viene del Estado. Hay más consciencia e instituciones donde podés ir y hablar de las cosas que querés.

-Y, ¿cómo fue?

-Maravilloso, parir es una experiencia increíble. Es dolorosa, pero le tengo más miedo al dentista que a los dolores de parto. Todas tuvimos dolores de ovarios, sabemos de qué se trata. Terminé de parir, me fui a mi cama con Mora y así estuvimos pegadas hasta que volví a trabajar a las dos semanas. Vino el pediatra a verla, a las dos horas que nació. Después, los controles de siempre.

Abrirse

Carla pasó unos años recluida después de tener la máxima exposición y convertirse en la ganadora de Bailando por un sueño 2006 . Su carrera siguió con José María Listorti, en Este es el show, pero decidió abrirse por la maternidad. Más tarde hizo algunas declaraciones que evidenciaron sus ganas de diferenciarse del Bailando.

"En el Bailando... sentía que algo me molestaba pero no lo pude registrar hasta más tarde. Ya tengo un hilo dental, tengo un gramo de ropa, ¿tenés que hacerme agachar, parar, sentar? Ya estoy en bolas, ¿me van a ponchar el culo 700 veces? ¿Me tenés que dar la vueltita? ¿Tenés que hacer ese trabajo de 'yo con vos hago lo que quiero'? Eso me parecía lo peor, lo más grave", dijo en Duro de domar.

Y obviamente nunca más pudo desligarse de esos dichos. "No dije nada que no sintiera ni que no pensara. Ni creo haber insultado a nadie. Por qué tuve la necesidad de decirlo no sé, ni me acuerdo cuando fue la primera vez que lo dije. Lo único que no me copa de toda esa situación es haber generado una barrera entre gente con la que yo laburé y la pasé re bien y hubo un montón de momentos que estuvieron buenísimos", remarca y agrega: "No creo haber dicho ninguna barbaridad, ninguna bestialidad. No insulté a nadie, dije cosas que sentí. Me parece que no es grave lo que dije".

-¿Por qué pensás que impactaron tanto tus palabras sobre el ´Bailando..?

-Quizá lo que no se me perdona es que yo habiendo estado y poniendo el cuerpo no solo ahí, sino en los programa anteriores donde laburé y las fotos que hice, "me venga a hacer la…". La verdad es que si no se me perdona lo siento mucho por todos. Es lo que yo sentía y lo que siento y no voy a andar pidiendo permiso a nadie. No es un problema con mi cuerpo, ni siquiera con la desnudez, cero, aparte si mañana tuviera ganas de ponerme en pelotas, lo hago. Si estoy feliz y conforme, es un tema mío. Lo otro, lo que yo necesité decir, tiene que ver con situaciones, con actitudes, con sensaciones. La gravedad era que lo dijera yo que soy una minita, que mostró las tetas y el culo, entonces pareciera que no tenés derecho a hablar de nada y mucho menos de correrte de un lugar. Eso es imperdonable parece...
´Bailando...´ es mucho de todo: mucha popularidad, exigencia, nervio, presión y alegría.

-Pero participaste dos veces...

-En ese momento me parecía que tenía una imagen, después cuando me corrí y fui viendo también que fue como empeorando a nivel exigencias, bailes distintos, quilombos... ¡al punto de que hoy si estás o no estás es un tema nacional! Ahora hay muchas más exigencias. Es imposible, es un nivel de presión y de energía enormes. Se ve que yo necesitaba cambiar mi vida, evidentemente, llegué hasta un límite. Fue todo muy vertiginoso lo que me pasó, no sé cómo se habrá visto de afuera. Fue como que un día salí en televisión y tac tac tac, no paré, no paré, no paré... ¡hasta que corté con todo!¿Se podría haber hecho de otra manera? Seguramente sí.

-¿Te arrepentís de haber estado ahí?

-¡No!, no me arrepiento de nada. Lo único que fui haciendo durante todos estos años fue ir buscando mi lugar. ´Bailando...´ es mucho de todo: mucha popularidad, exigencia, nervio, presión y alegría porque yo lo re disfrutaba. Yo era feliz bailando y, bueno, ni hablar, de ganar. Esos fueron momentos que no me los voy a olvidar en mi vida, fue hermoso y haber podido vivir eso me queda para mí para siempre. Bailar es algo que me apasiona hacer y también por eso sucedió como sucedió. Si hubiera sido otra cosa no creo que hubiese obtenido los mismos resultados.

-¿Si te convocan volverías a participar?

-Ni loca volvería porque no podría con mi vida. No tengo la energía ni la disponibilidad necesaria, ni mental ni física, para entregarme a ese juego, abrirme, y menos ahora que del otro lado puede estar mi hija mirando. Hay otras cosas más que se ponen en juego. Hay un contrato que se firma que dice acá puede pasar cualquier cosa y vos te estás exponiendo a eso.

-¿Qué diferencias encontrás entre el ' Bailando...' de Carla Conte y el de la actualidad?

-Yo digo que bailé en el ´Bailando...´ de Bambi porque era de niños. El primero que hice era infantil, bailé chamamé. En 2007, fue el primero que duró un año y ahí se empezó a ver como un redoble de la apuesta y después de ahí fue creciendo. No hay límite por ningún lado, lo llevaron a todos los extremos, pero es lo que fueron probando ellos y lo que les fue funcionando. También a lo que se fueron predisponiendo todos los participantes. Uno puede poner un límite o no estar. Hay gente que para mí siempre es respetada y sabés que no le van a hacer nada y a otros que sí. Mediáticos que en la vida no tienen límites y cuentan todo. Juana Viale, por ejemplo, no la va a pasar mal. A lo sumo se da la vuelta y se va a la casa.

-Pero pudiste reinventarte...

- A fuerza de desaparecer, me corrí de ahí. Después laburé en la televisión pública con Lalo Mir y en radio. Mi desafío personal ahora tiene que ver con poder encontrar cierta estabilidad en mi laburo. Un espacio donde me pueda sentir cómoda. No me peleé con la televisión.

-¿Te consideras una artista K?

-Tuve dos comentarios en lo que va de este recorrido que me pusieron como K. La verdad es que sí la respeto a la presidenta. Mi proceso político arranca con Mora, hasta ese momento todo me importaba poco, no entendía nada de política y de repente descubrir que tenía derechos en el momento del parto me hace descubrir cosas. Escucho un discurso y me parece que dice cosas que están buenísimas, pero en ese descubrir dije una palabra en no sé dónde, al otro día me senté en 6,7 8 y al otro día no sé qué... fue todo muy veloz. Tengo en mi cabeza malos y buenos. Estoy de acuerdo con el Gobierno y hay cosas que no me gustan y hay cosas que faltan. Me hice más feminista en el camino que K y ahí hay como unas diferencias por ejemplo con la despenalización del aborto. Sí soy militante, soy militante de los derechos de la mujer.

-¿Harías una tapa de Playboy?

-No sé, no descarto nada..

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Foto: gentileza Son de Oeste

carla conteLA NACIÓN/GDA

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