La banda hizo su regreso formal con su vieja formación, y Axl Rose tuvo que cantar sentado porque se fracturó el pie izquierdo la semana pasada.

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La semana pasada, los Guns N' Roses sorprendieron dando un concierto íntimo que marcó este esperado regreso, con Axl Rose y Slash compartiendo escenario después de más de 20 años.

Este fin de semana, los estadounidenses tenían que empezar con la actividad que habían anunciado formalmente, dos shows en Las Vegas para los que las entradas (carísimas algunas) se habían agotado en cuestión de pocas horas. Se trató del inicio de la gira Not in this lifetime, que por ahora sólo tiene fechas confirmadas en México y Estados Unidos, donde harán una veintena de presentaciones.

Y volvieron a lo grande, más de lo que incluso podrían haberse imaginado ellos mismos. ¿Por qué? Porque Axl Rose se fracturó el pie izquierdo y tuvo que cantar sentado, pero no en cualquier asiento: lo hizo en el trono de guitarras que usó Dave Grohl el año pasado, para girar con los Foo Fighters tras la lesión que sufrió en escena.

Esto fue el sábado, después de que su lesión se hiciera pública. El viernes se presentó en una silla de ruedas convencional, desde la que entonó el repertorio de 25 canciones que los Guns están haciendo.

"It's So Easy", "Mr. Brownstone", "Chinese Democracy" y "Welcome to the Jungle" están siendo las primeras del setlist, que termina con "Nightrain" y reserva para los bises "Don't Cry", "The Seeker" (un cover de The Who) y "Paradise City".

"Esto es lo que puede pasar cuando hacés algo que no has hecho en unos 23 años", escribió el cantante en su cuenta de Twitter, junto a un video en el que una doctora explica su lesión. También aprovechó la red social para agradecer el préstamo de Grohl: "las palabras no alcanzan, hace toda la diferencia aquí arriba", manifestó.

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