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Volvió una noche y armó una fiesta

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A pleno: La Caravana saludando a un público lleno de cariño. Foto: Medio y Medio Films

Gustavo Cordera fue recibido con gritos de "Grande pelado" desde una tribuna que no estaría demasiado poblada pero sí era entusiasta.

Como ganado por la emoción propia y ajena de lo que presentó como un regreso después de nueve meses de ostracismo, Cordera entregó un show de 27 canciones que distribuyó en cerca de tres horas. Fue por una sobredosis de cumbia y rock.

Acompañado por una Caravana Mágica a la que el receso no parece haberla afectado, repasó canciones de su etapa solista y también de Bersuit Vergabarat en un repertorio nacido para ser coreado con modales de tribuna popular. La parcialidad se prestó a la jarana y a la emoción. Cordera (con esa pinta de hippie o murguero progresivo) es buen maestro de ceremonias. Cierta tendencia a la demagogia no parece molestarle a su público: él solito genera el clima que quiere.

Landia lo encontró en el mejor y el peor de sus momentos. Por un lado, aún está curando las heridas de un exabrupto que se convirtió en linchamiento mediático. Pero del lado brillante de la vida, tiene un gran disco como Tecnoanimal cuya difusión —evidenciada en la escasa complicidad con todo el largo tramo del show que le dedicó— fue un daño colateral de aquel incidente desafortunado del que Cordera hace todo el esfuerzo para salir ileso.

Ese repaso casi completo de ese último disco puede haber enfriado un show que empezó con "Volátil" y esa sambita empoderadora que es "Tenete fe" y que luego seguiría con todas las canciones que alguien puede querer escuchar de un repertorio que visto en la perspectiva de setlist es poderoso.

En ese sentido, hubo de todo. Hubo folklore ecologista ("El impenetrable"), cumbia desaforada ("Asalto de cumbia"), rock cumbiero ("Odio y amor"), esa suite de música ciudadana que es "El Facha" (con una entusiasmada Francis Andreu de invitada), las declaraciones de principios en tono disco ("Me la juego a morir") o intimista ("Un pacto") y muchos otros ritmos, para desembocar en ese punk arrabalero y tribunero que es "Devolvé la bolsa".

La explosión de alegría del grupo de adolescentes que subió al escenario para cantar "La bomba loca" funcionó como un catalizador de un montón de cariño que abundó en un show que desde la tribuna muchos vivieron con alegría de baile y cariño de feligrés.

"Bersuit y La Caravana están en mi corazón", dijo en uno de los escasos momentos de oratoria que tuvo el show. Un par de veces, se refirió a la emoción de estar ahí y a un espíritu aparentemente recíproco con su audiencia de resistencia a la adversidad.

Como para estirar el adiós, cantó con su hija, Yanela, y, como hizo en La Trastienda porteña, invitó a Martín Sosa Cafasso, Diego Pereira y Adrián Génova de la murga carolina La Clave para estrenar cuplé y "Creencias", una canción nueva que fue un poco anticlimática, sí, pero no melló el entusiasmo de una hinchada que, por lo visto, aprendió a ser feliz bailando cumbia. Y se lo agradece a puro amor.

Gustavo Cordera (****)

Con La Caravana Mágica (Stella Céspedes, Lele Perdomo, Chacho Píriz, Schubert Rodríguez, Pepe Oreggioni, Emiliano Pérez Saavedra, Rosario De Cuadra). Invitados: Francis Andreu y Martín Sosa Cafasso, Diego Pereira y Adrián Génova, de La Clave. Dónde: Landia. Cuándo: 24 de junio

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A pleno: La Caravana saludando a un público lleno de cariño. Foto: Medio y Medio Films

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