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Una velada doblemente emotiva

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Martín García, catedrático de la licenciatura (Foto: Ariel Colmegna)

Crítica del último concierto de la Orquesta Sinfónica del Sodre.

Este concierto constituyó una velada sumamente emotiva por dos razones: la primera fue la participación especial del eximio maestro uruguayo Amiram Ganz, quien se desempeñó como Concertino invitado, siendo su colaboración trascendental en la preparación de las obras expuestas. Y en segundo lugar, por el homenaje que los músicos brindaron al violinista Oscar Haedo con motivo de su retiro de la orquesta, para atenerse a los beneficios jubilatorios.

El director estable Martín García le hizo entrega de una medalla y un bouquet de flores a Haedo, en reconocimiento a su vasta labor.

En lo estrictamente musical, se inició el concierto con la obertura de la ópera "La Cenerentola" de Rossini que fuera estrenada en Roma en el Teatro Valle el 25 de enero de 1817. Hoy, a 200 años de su estreno, esta obra mantiene su frescura, espontaneidad e inigualable gracia.

Rossini reutilizó su obertura de la ópera "La Gazzetta" de 1816 y parte de un aria del "Barbero de Sevilla" para componer este rebosante pórtico a "La Cenerentola". Y como en todas sus oberturas el compositor italiano no dejó de incluir su característico crescendo.

Martín García presentó una versión respetuosa del estilo y precisa en el fraseo. Luego escuchamos el "Rondó para violín y cuerdas" de Schubert teniendo como solista al joven violinista compatriota Gabriel Giró.

Este rondó fue compuesto en junio de 1816 y está conformado por un plácido " Adagio" y un refinado "Allegro". Schubert logra en esta obra un equilibrio sin precedentes entre el virtuosismo y la expresividad.

Giró mostró en su interpretación: calidad de sonido, pureza de afinación y un bello acento cantante que le permitió traducir fielmente el espíritu del compositor. El acompañamiento orquestal que ofreció Martín García fue satisfactorio.

En la segunda parte del concierto de la Orquesta Sinfónica se interpretó la "Sinfonía nº 9" de Schubert, conocida por su apodo de "La Grande" debido a su extensión y duración.

Fue compuesta en mayo de 1825 y finalizada a principios de 1826. Cuando el autor la presentó a la Sociedad de Amigos de la Música, ésta fue rechazada por ser "muy larga y difícil". Once años después de la muerte del autor, el compositor Robert Schumann, en su visita a Viena, la encuentra en una pila polvorienta de manuscritos en la casa de Ferdinand Schubert, el hermano del compositor.

Para Schumann "La Grande" no resultó ni difícil ni larga: era genial. Así, se la entrega a su amigo Félix Mendelssohn y éste la estrena en la Gewandhaus de Leipzig el 21 de marzo de 1839.

Es indudable que los conciertos que Martín García ha venido realizando con la Ossodre en el interior del país lograron perfeccionar esta monumental sinfonía, pues esta versión fue digna de la valiosa tradición que con justicia tiene nuestra orquesta. La perfección de afinación y homogeneidad en las cuerdas merece nuestro mayor elogio.

Orquesta Sinfónica del Sodre

Director: Martín García. Solista: Gabriel Giró (violín). Programa: Obertura de la ópera "La Cenerentola" de Gioacchino Rossini, "Rondó para violín y cuerdas D. 438" y Sinfonía nº 9 "La Grande" D. 944 de Franz Schubert. Dónde: Auditorio Nacional del Sodre. Cuándo: 4 de marzo.

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Martín García, catedrático de la licenciatura (Foto: Ariel Colmegna)

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