MIRÁ LA VIDEOENTREVISTA

belén fourment

“Antes todos los pibes que vivíamos en el barrio queríamos ser Riquelme, y hoy todos los pibes sienten que pueden rapear”, dice al otro lado de la cámara Mateo Palacios, Trueno. “Y eso es genial”.

El freestyler arrollador que devino en la voz de La Boca acaba de volver de España, donde brindó 14 recitales calientes, y prepara su regreso a Uruguay, ese país en el que tiene parte de su historia. Acá Trueno ya supo agotar el Teatro de Verano, abrir y cerrar la gira de su disco debut Atrevido, y ahora va por más.

Por eso actuará este sábado en Sala del Museo, con entradas agotadas y banda completa y, tras el éxito de ventas, repetirá el domingo. Quedan lugares a través de Redtickets.

“Siempre que fuimos la pasamos piola, y a mí me encanta visitar el país de mi familia paterna”, dice Trueno, que llegará con novedades. Vendrá a presentar Bien o mal, un disco que refleja su madurez, la búsqueda activa de su discurso y su conciencia de pertenencia. El epicentro ya no está en la Comuna 4 sino en América Latina toda, y hasta suenan murga uruguaya y candombe. Sobre su evolución, su música y ser parte del cambio, Trueno conversó vía Zoom con El País.

—Estás descubriendo nuevos públicos. ¿Qué te trajiste del español?

—Tenía un pensamiento que quizás era erróneo. Pensaba que quizás el público no era tan pasional como nosotros; viste que los latinos como que nos desvivimos por todo. Pero no, en cada show que dimos la gente estaba ahí, súper eufórica; estaban muy dispuestos. Me tiro al público y la gente me agarra, eso no es menor (se ríe), y ahora el show tiene mucha más participación del público.

—¿Qué era lo que más querías cambiar del show en vivo?

—Siento que el show de Atrevido tiene un concepto muy diferente al de Bien o mal, que es mucho más completo, tiene más climas. Lo principal es el concepto: el mensaje cambia, la actitud cambia, la forma de enfrentar las cosas cambia. Yo los shows los tomo como un partido, ¿viste? Uno no juega todos los partidos igual y va con una manera, un objetivo. Siento que todos teníamos ganas de dar un paso adelante y eso es por la ambición del artista, que siempre está ahí, picándonos la cabeza. Es una nueva etapa: Atrevido fue la primera experiencia de pasar del freestyle a la música, de hacer un show que es un descontrol, que toda la gente salte; y esta etapa es más musical. Tiene el descontrol que tiene que tener, pero también hay momentos para reflexionar.

—Bien o mal acentúa algunos aspectos de Atrevido, y profundiza en un mensaje más claro, directo y crítico. ¿Por qué necesitaste, en este momento, cantar estas canciones?

—Creo que el mensaje y la letra son cosas que van bajando, y yo estoy creciendo y madurando como persona. Y eso se va a ver reflejado en la música que haga, en cualquier aspecto, más allá de la letra. Es empezar a entender que no solamente soy de un barrio, sino de un país y de un continente, que pertenezco a una comunidad. Si cruzás el océano la gente no sabe qué es La Boca, la Comuna 4; me ven a mí y dicen: “Ah, sos un latino”. Y está buenísimo porque es lo que sos. A nosotros nos toca el sur de Latinoamérica, que es otro submundo, y este disco es hacerle honor a lo que nos pasa, a lo que vivimos y quizás no tiene la atención que tendría que tener, o las soluciones que venimos gritando que necesitamos. Todo lo que escribo lo escribo desde una catarsis personal, desde lo que me pasa, y sabiendo que mi herramienta y mi arma siempre van a ser el micrófono y mis palabras. Entonces siempre que piense algo, me va a salir decirlo en una canción.

—En este disco está muy presente esa idea de los jóvenes tomando el control, generando el cambio, y sos parte de una movida artística que está haciendo mucho, en Argentina, por este cambio. ¿Cuánto hablan entre ustedes o cuánto reflexionás vos sobre la responsabilidad que implica estar en el lugar que hoy ocupan?

—Yo estoy muy contento con la etapa que me tocó vivir. Somos una generación súper autodidacta, que también por las generaciones pasadas y lo que le pasó el país aprendió un montón, y hoy en día sabe que por más de lo que te quieran meter en la cabeza, del miedo que te quieran inculcar, uno si es autónomo y no excede los límites, puede generar un cambio positivo y ser un activista. No hace falta hacer una sola cosa o meterse en la política: cada uno puede manifestar lo que a uno le pasa y tener libertad de expresión, que es el único derecho del que nos podemos agarrar. Nuestra idea siempre fue ir al barrio y a todos los pibes de La Boca que están haciendo música les damos una mano, consejos, tratamos de sacarlos de esa realidad que quizás piensan que es la única que hay. Yo me siento parte pequeña de toda es generación que está yendo para adelante en busca de un cambio nuevo, positivo, y la veo bastante a flote. Los pibes se la bancan un montón y es una nafta para no sentirse solo y seguir activando.

—Hablamos de Argentina y esto tan identitario de tu nuevo disco, que también tiene una colaboración con J Balvin que le da un toque bien internacional. ¿Qué significó para vos hacer “Un paso” con él?

—Para mí, la música es música. Mi hábitat es el hip hop, siempre, pero soy súperfan del reggaetón, me encanta bailarlo, me da alegría, y Balvin siempre fue un referente. Y para mí es clave que esas personas apoyen este tipo de discos, a los artistas. Yo le mandé como tres o cuatro temas a Balvin y él quería hacer algo bien para el barrio, algo ñeri. Yo lo invité a hacer el video acá, vino por su cuenta, dijo que quería ir al barrio, lo llevamos al conventillo de La Boca, conoció a todos los pibes de ahí y no lo podían creer. Y siento que para un disco tan latino, con un mensaje tan dedicado a nosotros, que el artista latino que llevó al continente a la máxima escucha del mundo nos dé la luz verde, nos dé el aval, es un gesto… La verdad, Balvin fue el artista más humilde con el que trabajé.

—¿Cuál es, hoy, tu momento favorito de Bien o mal?

—Me pasa con temas como “Tierra santa” o “Argentina” que es algo que no me imaginaba que podía hacer. Estábamos empezando a descubrirnos, teníamos el primer disco afuera, no sabía qué quería hacer porque sentía que todo lo que me pasó lo había dicho en Atrevido, y surgió. Siento que la música del disco me generó ese sentimiento de natividad que tengo y de lo que amo a mi tierra, que nunca me había salido. Y cada vez que toco “Tierra santa” o “Argentina” me emociono, porque no me faltó una palabra: ahí está plasmado todo lo que siento.