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The Beatles y el Álbum Blanco, un disco para descubrir un mundo nuevo

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The Beatles. Foto: archivo.

LA PROPIA DISCOTECA

Un canon personal de la historia de la música popular. Hoy: "White Album" de The Beatles

"Cuando escucho una canción de Los Beatles / Me viene a la memoria el tiempo ya vivido”, cantaba Eduardo Darnauchans. Cada vez que escucho “Back In the U.S.S.R.” me viene a la memoria una tarde de otoño de 2009. "¿Querés escuchar música en serio?", me preguntó mi hermano antes de poner play a la canción que abría el White Album. Yo tenía 13 años y vivía escuchando los éxitos de cumbia y reggaetón que sonaban en la radio 88.3. Días atrás había descubierto “Help!” y “Twist and Shout” con un grupo de amigos del liceo y sentíamos que estábamos frente a algo nuevo. Luego llegó el White Album.

El sonido del avión que despega al comienzo de “Back In the U.S.S.R.” resume perfectamente lo que sentí esa tarde en el living de mi casa cuando escuché el disco por primera vez. Con él me embarqué en una especie de viaje musical que marcaría mi adolescencia. Lo que más me sorprendió en aquella escucha fue el constante contraste entre canciones. ¿Cómo podían pasar de la densidad de “Happiness Is a Warm Gun” a la dulzura de “Martha My Dear”?

Si bien el disco fue grabado en el momento más tenso de la banda, incluye varias de sus canciones más hermosas (“Blackbird”, “Julia”, “While My Guitar Gently Weeps” y “Dear Prudence”). Pero también le dan espacio a la crudeza (como “Yer Blues”y “Helter Skelter”), como si así pudieran descargar su rabia. Cada uno de los 30 temas es un descubrimiento que me sigue sorprendiendo en cada escucha.

Como dijo Darnauchans, una canción de The Beatles dispara recuerdos, y el White Album siempre me recuerda a ese pibe que sintió que estaba descubriendo un mundo nuevo.

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