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"Romaphic Sessions", un disco para redescubrir la voz de Andrés Calamaro

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Andrés Calamaro

LA PROPIA DISCOTECA

En 2015, Andrés Calamaro se juntó con el pianista Germán Wiedemer para reversionar su obra y la de otros artistas, y logró uno de sus mejores trabajos

Andrés Calamaro
Andrés Calamaro en el Antel Arena. Foto: Marcelo Bonjour

Publicado en 2016, pero grabado un año antes en el estudio Romaphonic (de Buenos Aires), el álbum Romaphonic Sessions mostró a Andrés Calamaro en su mejor faceta de intérprete desde el disco Tinta roja (2006).
Junto a la compañía del pianista Germán Wiedemer (quién supo tocar con Los Ratones Paranoicos, Memphis La Blusera y Vicentico), los dos músicos se juntaron para ofrecer una colección de diez canciones en el que el sentimiento de intimidad y espontaneidad tiñen el álbum de una calidez pocas veces vista en la obra del argentino.

Romaphonic Sessions abre con “Nueva Zamba Para Mi Tierra”, una canción escrita por Litto Nebbia. El piano de Wiedemer acompaña a una emocionante letra dedicada al amor que uno siente por el país donde nació. Para continuar aparece “Garúa”, un tango que fue grabado originalmente por Aníbal Troilo, donde la voz de Calamaro alcanza un tono tan triste y desesperado sobre el final, que llega a emocionar al oyente (“¡Garúa! …Tristeza, ¡hasta el cielo se ha puesto a llorar!”).

“Mi enfermedad” es la primera canción del disco en la que el artista se versiona a sí mismo. Aunque la versión no supera la original (grabada con Los Rodríguez en 1993), esta relectura le aborda nuevos matices a la canción. El verdadero acierto es “Paloma”, que presenta una versión completamente diferente a la que se escuchó en el álbum Honestidad Brutal, de 1999 . Sustituyendo a la guitarra distorsionada y a la baterí que suena en la original, por un piano de cola, esta la canción adopta su mejor cara.

Un gran disco para valorar la voz y la calidad interpretativa de Calamaro.

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