La uruguaya Nancy Horowitz muestra sus fotos en el Solís.

Nancy Horowitz, la fotógrafa que está exponiendo su trabajo en el foyer del Solís como parte de la celebración de los 160 años del teatro, conoce el lugar desde niña.

"Mi padre tocaba en la orquesta del Sodre y nos pasábamos acá con mi hermana", le dice Horowitz a El País. "Fue mi casa de chiquita y durante siete años cuando tocaba en la orquesta".

Es que aunque Horowitz vuelve ahora a esa su casa como fotógrafa, originalmente fue violista (la primera de la Ossodre), y fue para seguir estudiando su instrumento que se radicó en Viena. Iba por un tiempo y allí se quedó; ha desarrollado en paralelo la carrera de música con la de fotógrafa.

Ese trabajo está resumido en Music Stars: un vínculo visual entre las calles y los escenarios, una muestra que reúne sus retratos de músicos establecidos de música clásica con artistas callejeros. "Todos los músicos tienen la misma formación y en las calles hay a veces mejores músicos que los profesionales". Horowitz tiene una carrera respetada como retratista de músicos clásicos.

—¿Qué es lo que se necesita para conseguir un buen retrato?

—Tiempo y crear una situación donde se pueda hacer una buena foto. Parte del trabajo es conseguir esas dos condiciones y no dejarse presionar.

—Uno puede imaginar el retrato de un artista clásico como algo solemne, pero su obra no es así.

—Siempre intento buscar el humor en las cosas que fotografío. Es lo que falta o lo que no se ve en el escenario en un concierto, y que es algo que la mayoría de los artistas tienen. No quiero mostrar ese rígido mundo de la música clásica; se puede mostrar otra faceta.

—Y la locación muchas veces ayuda.

—Cuando hago un retrato decido muy bien el lugar donde lo voy a hacer o si necesito utilería, que a veces hago yo misma, y que aporte algo al retrato.

EXPOSICIÓN