Encuentros del Sur reúne a músicos regionales y locales.

Rodrigo G. Pahlen nació en Suiza durante el exilio de sus padres uruguayos; volvió a esta tierra en la adolescencia y hoy vive en Barcelona. Es compositor, multiinstrumentista, pero más que nada pianista y, además, amigo y admirador del guitarrista argentino Hernán Romero (criado en Andalucía y asentado en Nueva York) y del armonicista brasileño Gabriel Grossi: los define como "un músico fuera de serie" y como "uno de los cinco mejores armonicistas del planeta", respectivamente.

De esa amistad y de esa cuestión cosmopolita que reina entre los tres nació, de alguna manera como una cuestión natural, este espectáculo musical llamado Encuentros del Sur, que el próximo lunes van a estar presentando en la Sala Hugo Balzo del Auditorio Nacional del Sodre. Es a las 21:00 y hay entradas en Tickantel y boletería a $ 400.

Con Romero y Grossi "intentamos buscar y bucear dentro de nuestras propias obras, que provienen todas ellas de un folclore musical propio de cada región", cuenta Pahlen vía mail a El País. "El tango, la música popular brasileña y el candombe son, junto a la música clásica, ingredientes permanentes que hacen a este proyecto", detalla.

Con esa base tan ecléctica, que tiene mucho de esa raíz sudamericana a la que se hace referencia en el nombre del show, pero que también explora por un sonido más universal, estos tres músicos ya han recorrido buena parte del mundo. Lo han llevado a París, Nueva York, Amsterdam, Lituania, Barcelona, Río de Janeiro y Buenos Aires, y ahora les toca esta parada montevideana en la que convocarán a tres instrumentistas locales: estarán Hugo Fattoruso, Martín Ibarburu y Nacho Mateu.

"Pero el espectáculo mantiene su estructura, independientemente de los invitados que podemos tener en cada ciudad a la que viajamos", aclara Pahlen, a quien de cualquier manera le honrará particularmente contar con Fattoruso en el concierto del próximo lunes. "Tiene un profundo carácter universal, ya que si bien la música proviene de nuestras aldeas, está cargada de ecuaciones del mundo entero", asegura el pianista.

En esas ecuaciones se filtran, además, los aprendizajes obtenidos de los escenarios compartidos con músicos de primer nivel: Pahlen ha tocado con Paquito de Rivera, Nana Vasconcelos o Ruben Rada; Romero ha acompañado a Paco de Lucía, Chick Corea o Alicia Keys; y Grossi ha compartido mucho con Milton Nascimento o Hermeto Pascoal.

—¿Cómo se complementan entre ustedes, y en qué aspectos se potencian las diferencias en el escenario?

—Cada uno de nosotros tiene una personalidad muy desarrollada, una forma de escribir música y de tocar que nos es muy propia. Creo que hay una admiración compartida y mutua que funciona como motor y estimulante. En cierto sentido, siempre el otro puede llegar a lugares al que uno no, y eso es lo maravilloso de estar todos juntos en esta vida, lo que nos hace crecer. En la música sucede exactamente lo mismo.

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