Buceo Invisible presenta El pan de los locos, el viernes.

En el taller de un profesor de Bellas Artes, atiborrado de obras, herramientas y colores, Buceo Invisible se cita un par de veces por semana para ensayar. La práctica se vuelve un poco más rigurosa cuando por delante está la presentación del disco, pero el buen humor está siempre presente entre los integrantes de este cada vez menos atípico colectivo artístico montevideano.

El próximo viernes, Buceo Invisible presentará su último disco, El pan de los locos, con entrada libre en el patio del Espacio de Arte Contemporáneo (ex Cárcel de Miguelete). El show iba a ser el 15, pero se reprogramó por el mal tiempo.

Eso están preparando en pleno centro de Montevideo, en este taller que, escalera mediante, se transforma en una húmeda sala de ensayos. El espacio es pequeño pero se acomodan bien; han sabido ser muchos más allí dentro, dicen. Además, los lugares nunca han sido un problema para Buceo.

Con una propuesta interdisciplinaria que integra música, poesía y visuales, Buceo Invisible se ha caracterizado por no elegir solamente escenarios convencionales para actuar: en "la prehistoria", dicen Marcos y Santiago Barcellos a El País, lo normal era transformar lugares para tocar, tanto que una vez eligieron un taller mecánico en desuso y hasta tuvieron que hacer la instalación eléctrica.

"La propuesta nuestra no era la más adecuada para un boliche, los teatros eran caros y teníamos que procurarnos nuestros lugares", recuerda Santiago, y Marcos agrega que pasaban "meses y meses" trabajando para un show.

"Hace tiempo que teníamos ganas de hacer una presentación de disco en un lugar que se pueda intervenir, donde el lugar sea también la escenografía", señala Marcos en referencia al recital del EAC. Y qué mejor que hacerlo con El pan de los locos, su último material que, una vez más, fue bien recibido por la crítica y el público.

"Gustó mucho y a nosotros también nos gustó mucho todo el proceso de construcción. Este es el disco que refleja más el sonido de la banda en vivo", dice Marcos, poeta del grupo. Es que la propuesta de Buceo Invisible es escencialmente poética, aseguran sus integrantes, aunque la estructura sea más bien de banda de rock.

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"También se relaciona muchas veces la poesía con ciertas conservas culturales, y nosotros tratamos siempre de zafar de eso", dice Santiago, que es el otro poeta del colectivo. El cuadro lo completan Fabián Cota, Andrés Fernández, Antonio De la Peña, Jorge Rodríguez, Diego Presa y Guillermo Wood.

Estos últimos, mientras los Barcellos andan en la vuelta ultimando otros detalles del show, se ponen a ensayar en distintas versiones el repertorio que tocarán en el EAC el viernes. Lo prueban dividido según la instrumentación y lo que cada uno tiene que tocar, como indica el set que está pegado en las paredes. En el piso, al pie de cada micrófono o equipo, figura la versión final que será la que harán en el show.

"El otro aporta lo que vos trajiste, y ahí está el trabajo del colectivo", había dicho antes Marcos Barcellos hablando exclusivamente de la labor poética del grupo. Pero en lo musical, a la hora de ver cómo prepara el grupo su presentación, eso aplica de la misma manera: le sugieren a Rodríguez (que al momento de la nota estaba enfrentando un cuadro gripal) que no haga los coros esa vez, que sólo se limite a tocar; se miran cuando termina un tema sabiendo que así ya está bien (el disco fue grabado con toda la banda junta, o sea que los temas están más que probados) marcando la aprobación, y disfrutan de eso tan urbano y singular que hace Buceo Invisible, un bicho raro pero interesante entre la oferta montevideana.

Grabado en Sondor, editado por Bizarro y creado por todo el colectivo, El pan de los locos es el disco más logrado de Buceo Invisible, el que mejor captura su sonido y el que más se acerca a la idea de obra. El grupo lo presenta el viernes a las 20.30 en el Espacio de Arte Contemporáneo, con entrada libre.

MÚSICABELÉN FOURMENT