Otra calle, nuevo disco del Fata Delgado.

Más o menos al mismo tiempo que empiezan a caer nuevas caras a la tienda de la música tropical uruguaya —por un lado, la cumbia cheta, por el otro la cumbia algo intelectualizada, como la Orquesta Subtropical o Cumbia Club— uno de los íconos de esa movida, Fabián "Fata" Delgado se sale de ese lugar. ¿Hacia dónde? Hacia otro que —sin dejar de respetar la propia historia— apunta a demostrar una musicalidad más sofisticada y variada. El propio Fata dice que es "Latin-pop" y tal vez sea el rótulo más sintético para el muestrario de estilos presentes en Otra calle, su nuevo disco.

La tapa evoca, como por ejemplo hizo entre otros Luis Miguel, una época en sepia, cuando la tecnología digital no dominaba tanto como lo hace ahora.

La foto de él y su banda adentro del libro del disco también tiene ese aire "retro": están Fata y todo su numeroso grupo en blanco y negro, una imagen que contraviene a una de las percepciones de "banda de cumbia" que tenemos por acá. Más o menos como cuando gente como Marc Anthony o Gilberto Santa Rosa se presentan en vivo.

Como él mismo ha dicho, Otra calle es un camino alternativo a su propia trayectoria dentro de la música tropical uruguaya.

Para empezar a recorrer esa calle, Delgado puso la producción artística del álbum en manos de Mateo Moreno, ex No Te Va Gustar, solista y también productor de discos de Tabaré Cardozo y la banda de rock Don Nadie, entre otros.

Con él vino gente de otras tribus musicales, como los bateristas Martín Ibarburu y Roberto Rodino, las coristas Francis Andreu, Lea Ben Sasson y Beatriz Belloni y el guitarrista, —en una canción— Guzmán Mendaro, del popular dúo Spuntone-Mendaro.

En total son 15 grabaciones divididas en 12 que conforman el repertorio propiamente dicho de Otra calle, dos remixes y un "bonus track" que se aparta del sonido general del disco y cierra el álbum.

Como carta de presentación en el latin-pop, el disco es un producto esmerado.

Tal vez el antecedente más sólido de lo que Delgado intenta con este disco —el trabajo que podría haberlo inspirado o que podría funcionar como ejemplo— sea el álbum de Ruben Rada, editado hace 16 años, Quién va a cantar. Ahí, Rada apuntó —y logró— hacer un "crossover": salir del lugar al cual estaba acostumbrado para ir al encuentro de otros públicos.

Delgado tiene elementos como para lograrlo, también. Es un hábil autor de melodías cortas, sencillas y efectivas. Acá hay varias así: "Alcoyana", "Cada vez que te veo", "Ya se va a dar", "Lola".

Además, tiene un olfato desarrollado para detectar canciones poco conocidas entre su público, y que le vienen bien. Con Los Fatales hizo una versión de "Cumade Cumpade", un tema grabado por dúo brasileño Leandro e Leonardo (compuesta por Rivanil y Everton Mattos), que le dio tremendo éxito.

En Otra calle, Delgado también se sale de lo esperable y va a buscar una canción no entre pleneros o salseros, sino en el pop coreano (K-Pop). "Lo mejor" es una versión de un tema de Teddy Park, productor y compositor nacido en Corea del Sur pero que vive y trabaja en Estados Unidos.

Con todo, no es un disco que sea "moderno" en el sentido de, por ejemplo, que se le puede dar a los discos de Maluma o J Balvin, los colombianos que están reformulando actualmente al reggaetón.

Más bien, las canciones tienen un corte más antiguo (y atemporal), donde la plena y la salsa hacen de fundamento y son luego condimentadas por pop, algo de la música brasileña que Delgado dice siempre escuchar (sertanejo y pagode) y guitarras y vientos funk, por nombrar algunos de los sonidos que acompañan al popular "Fata" en esta nueva calle.

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