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Música solitaria con acento inglés

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Tradicional pero renovado: así es el folk que hace Marling. Foto: Difusión.

Laura Marling canta hoy en La Trastienda.

Si fuera un personaje de Game of Thrones, Laura Marling sería del linaje Targaryen. Tiene una cabellera tan rubia que parece blanca, una delicadeza que la vuelve etérea (en su semblanza y su música) y, como si fuera poco, sangre azul.

Este último es el dato que más ha servido para presentarla internacionalmente en la prensa: la cantante inglesa, una de las folkies más refrescantes de los últimos años, es integrante de la aristocracia inglesa, hija de sir Charles William Somerset Marling, barón del condado de Gloucestershire.

Y esto tiene mucho que ver en la ruta que concluye esta noche en un show en La Trastienda. Porque Laura Marling, que tiene sólo 26 años, cinco discos editados, algunos premios y elogios de Neil Young, se hizo música gracias a su padre. Lejos de la imagen de la nobleza que nos hemos construido a través de películas y libros, sir Charles William Somerset Marling tiene alma de rockero, y eso explica todo el periplo de su hija.

Un breve resumen sería más o menos así: el barón abrió un estudio de grabación y ella ya nació inmersa en ese ambiente de músicos, instrumentos y discos. "Recibí mi primera clase de guitarra cuando tenía tres años", contó el año pasado en entrevista a El País de Madrid.

Nunca pudo, y nunca quiso, desligarse de ese paisaje. Entonces la joven Marling empezó a escribir, a buscar una identidad, a participar de festivales, y en 2008 lanzó su primer disco. Se llamó Alas, I Cannot Swim, fue Disco de Oro y estuvo nominado a uno de los premios importantes de la industria musical británica, el Mercury.

Después vinieron I Speak Because I Can, A Creature I Dont Know, Once I Was an Eagle y el último, Short Movie. Es este el que la trae a Sudamérica, con una breve gira que empezará hoy de noche en Montevideo. La cantautora tocará en La Trastienda a las 21.00, y hay entradas en venta en Red UTS a partir de 1.180 pesos.

Película Propia.

A Marling se la suele definir como mujer de pocas palabras (de hecho, no brindó ninguna entrevista previo a este toque en Uruguay), y ella misma ha reconocido que prefiere hablar sólo cuando es realmente necesario.

En su caso, evidentemente encontró un modo de decir lo que necesita con sus canciones: es una autora prolífica, que en ocho años publicó cinco discos y que hizo de la confesión y el intimismo dos características claras de su obra. Y sus composiciones son siempre muy personales, autorreferenciales y auténticas. En escena, en general, las defiende sola, con su guitarra y nada más.

Short Movie, el disco que editó el año pasado, no corta con esa atmósfera intimista y folkie que la ha caracterizado (se la compara con la canadiense Joni Mitchell, por su estilo y voz), pero la muestra por primera vez en un lugar rockero.

Y el resultado, que ha sido aclamado por la crítica, es más que interesante. Porque como si fuera poco esta muchacha, que toma una tradición musical estadounidense y le agrega toda su impronta inglesa y joven, para terminar con una mezcla que la hace fascinante, es una buena guitarrista que ahora le saca provecho a la eléctrica. Entonces el paquete que ofrece es muy difícil de rechazar.

Marling es una artista nueva pero ya consolidada, que llega a Uruguay por primera vez con esas canciones pequeñas pero potentes, canciones de habitación que esta noche sonarán en La Trastienda.

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Tradicional pero renovado: así es el folk que hace Marling. Foto: Difusión.

MÚSICABELÉN FOURMENT

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