Publicidad

"Mirar hacia atrás sirve para superarse y sanar"

Compartir esta noticia
"Hacer música es un deporte extremo, estoy feliz de haber sobrevivido"

Hoy a las 21.30 horas, la popular banda argentina presentará lo mejor de sus dos décadas de carrera en La Trastienda Club.

Su líder, Fernando Ruiz Díaz, anunció a El País que este año saldrá al mercado un nuevo disco de estudio de su factura, el sucesor de El Mezcal y La Cobra.

El fin de semana Catupecu se apuntó otro hito: abrió el show de Ringo Starr en Buenos Aires.

—Tocaron en la previa de Ringo Starr en Buenos Aires. ¿Cómo fue esa experiencia?

—Estoy alucinado. Fue muy emocionante y muy loco porque habíamos tocado en Paraguay a las 2:15 de la mañana, fuimos a bañarnos, tomamos el avión y sin dormir hicimos el show ante más de 50 mil personas. Nos dimos el gusto de hacer un pedacito de "Across the Universe" en "Cuadro dentro de cuadros", que lo vamos a repetir en Montevideo. Estaba cayendo la tarde, con el cielo rojo. Fue impresionante.

—¿Intercambió algunas palabras con Ringo?

—Estuve al lado, pero no, a mí no me gusta molestar, porque él no tiene ganas de conocerme a mí (se ríe).Está impecable, flaquísimo.

—¿Cómo vive el festejo de los 20 años de Catupecu, con funciones en América Latina y Estados Unidos?

—Es un momento hermoso para nosotros, porque nos empujó a tener una mirada retrospectiva. Para crear la película El grito después, que tiene dos horas quince de material de archivo, hubo que caminar sobre nuestros propios pasos y meternos en nuestros zapatos. Cuando empezás una carrera no te planteás todo lo que va a pasar, ni lo bueno ni lo malo.

Si no puede ver el video haga click aquí

—Fueron 20 años intensos.

—Muy. En medio de todo, este mes se cumplen nueve años del accidente de Gabriel, algo que fue muy fuerte. Es un deporte extremo increíble, estoy feliz de haber sobrevivido a nosotros mismos y a Catupecu. Después de Uruguay tenemos conciertos en Buenos Aires, México y Guatemala. ¡No paramos! Disfruto las giras, es algo inherente a esto. Además la gente está cada vez más interesada. En ese sentido Catupecu tiene algo que anhela cualquier artista y es captar la atención de nuevas generaciones.

—¿Hacer retrospectiva fue sanador?

—Como vivimos tanto en el presente fue muy importante mirar hacia atrás, porque hay mucho que tenemos que curar. Es difícil superar algunas cosas y esto sirve para aceptar, para convivir con la realidad y con Gaby como está hoy.

—¿Cómo está?

—Muy bien, muy estable físicamente, trabajando mucho en las terapias a las que se somete, lo hace en la casa de mi mamá donde está viviendo, con un estado anímico muy fuerte. Fue positivo para él la venida de Lila, la primera hija de un Catupecu. Para todos fue un vendaval de luz, un agua sanadora. Para él es impresionante abrazar a su sobrina. Es un estado difícil porque tiene que laburar todos los días en su recuperación, pero desde hace tres años ya no ingresamos de urgencia al hospital por alguna afección y eso es bueno.

—¿Qué seguirá al festejo?

—Empezaremos en mayo o junio la gira de Madera Microchip, nuestra versión con máquinas e instrumentos acústicos, es un show muy íntimo que hace tiempo queremos llevar a Uruguay y nos están pidiendo de muchos países. La próxima ida a Montevideo será antes de fin de año para presentarlo. Es un formato para ver sentados.

—Pasaron cuatro años del último disco de estudio. ¿Están trabajando en algún proyecto?

—Nos da la sensación de haber pasado por el estudio porque para El grito después hicimos una versión de Para vestirte hoy de Lisandro Aristimuño, una reversión de Mil voces finas y un tema nuevo que da título al trabajo, con el que abrimos los shows eléctricos, pero la idea es este año hacer un disco nuevo.

—¿Sienten presión por el tiempo transcurrido?

—Nosotros tenemos muchas ganas de grabar pero viajamos demasiado. Las giras son largas. La de El Mezcal y La Cobra en un momento la cortamos, porque seguían pidiendo el show de todos lados. Los discos tienen un tiempo.

—¿Por qué grabaron una canción de Aristimuño?

—Es el último artista que me volvió loco. Lo disfruto y encima nos hicimos muy amigos. Lisandro lleva muchísima gente, hizo tres funciones en el Gran Rex, pero no tiene mucha difusión y se maneja en forma independiente. Fue como cuando hicimos Plan B de Massacre. Es hacer justicia y sacar a la luz algo que por ahí la gran masa no conoce.

—¿Cuál dirías que es el mayor legado de Catupecu?

—En el Luna Park hicimos un show que duró como cuatro horas y la gente seguía pidiendo temas y la crítica dijo que había sido una batería de hits. Creo que le aportamos a la música grandes canciones.

—¿Cómo se dio su participación en el último disco de NTVG?

—Los conocí en México cuando fui a cantar con los Decadentes. Cuando pasó lo de Curuchet me pegó muy fuerte porque nosotros vivimos una tragedia tremenda con Gabriel y entendíamos qué estaba pasando. Llamé a Emiliano y me dijo que para apagar un poco el dolor seguían adelante con el disco y me invitaron a cantar.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
"Hacer música es un deporte extremo, estoy feliz de haber sobrevivido"

CATUPECU MACHUALEJANDRA VOLPI

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad