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Marcelo Cross: "El rock empieza con Elvis y se muere cuando se muere Kurt Cobain"

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Marcelo Cross, de la banda Cross. Foto: Archivo

ENTREVISTA

Cross, una de las bandas icónicas del heavy metal uruguayo, festeja 35 años y la salida en vinilo de "Instinto salvaje", este sábado en La Trastienda

Marcelo Cross dice que lo que su banda, Cross, hará este sábado en La Trastienda, es “un show de rock” como el que el público ya sabe que va a ver. Los temas son tocados de distinta manera, como suelen hacer, afirma, pero “es otro show de Cross, que coincide con que sale en vinilo Instinto salvaje, y coincide con que hace 35 años —que es una fecha demasiado ampulosa— que me subí a un escenario muy chiquito. Pero nada más”.

Sin embargo, el recital se presenta como la gran celebración por los 35 años de una de las bandas icónicas del heavy metal uruguayo, y además está el hecho de que no toca a menudo, sobre todo porque su frontman y único miembro fundador, está hoy radicado en Argentina. Las entradas para el recital, la fiesta, están en Abitab; arranca a las 21.00.

Hace 35 años, Marcelo Lilienheim o Marcelo Frampton se subía por primera vez a un escenario con la formación inicial de Cross, en el teatro El Reloj (hoy La Gringa), ahí en Galería de las Américas. Y arrancaba una historia que por más idas y vueltas que ha tenido, nunca paró de contarse, entre discos, reediciones y proyectos.

Eso se festeja y también la edición en vinilo del segundo disco del grupo, Instinto salvaje, que ya está disponible en Little Butterfly Records donde además mañana habrá una firma de copias, con los músicos. “Me llena de alegría, porque es el formato en que tendría que haber salido originalmente. Porque el rock sale en vinilo, y alternativamente en casete, por lo menos en la época en que existió el rock”, comenta Marcelo.

Y también se festejará, en La Trastienda, un disco por venir —técnicamente saldrá en 2020—, que se vio estancado por la crisis económica del país vecino. “Y yo no trabajo de esto. Mi trabajo es otro; esto es un hobby, apenas, y lo hago de onda, porque me encanta subirme al escenario”, dice.

Por eso tiene grabadas las baterías y los bajos desde 2016, pero después tuvo que trabajar cuatro veces más que antes, afirma, porque la venta de vinilos que es justamente a lo que se dedica, “empezó a bajar de manera catastrófica”. “Cristina Kirchner se llevó un vuelto; Mauricio Macri fundió un país. Entonces, decime vos, ¿cómo me dedico yo a grabar un disco, a la inspiración artística, a dejarme ir, en ese contexto?”, suelta, punzante.

—¿Lo creativo, de cara al nuevo disco, también se vio bloqueado?

—Me anuló; si no, lo hubiese terminado. Pero este año lo tengo que terminar sí o sí, por un par de razones logísticas personales que ya ni tienen que ver con la banda. Entonces sí o sí, coma o no, lo tengo que terminar.

—“Esto es un hobby, apenas”, decís hablando de Cross. ¿Por qué 35 años después, y con todo lo que les ha pasado en el camino, Cross sigue vivo?

—Hay una cosa personal, y es que es algo que he querido evitar muchas veces y no he podido. He querido deshacerme de Cross y no he podido, porque evidentemente es algo que me acompaña, que es parte de mi vida. Yo estuve ocho años sin tocar, sin tener nada que ver con el rock, para despejar mi mente, y de hecho hoy estoy vivo gracias a eso. Y un día vino Kairo Herrera, y me insistió un poco para tocar en los cinco años de Circo máximo, y ahí estaba yo; es algo que me persigue, no lo puedo evitar. Por otro lado, cuando hay cosas que tienen cierto componente genuino, la gente no las olvida y envejecen bien, digamos. Y cuando envejecen bien, quiere decir que muchas cosas que uno escribió hace 20 años, parece que están sucediendo ahora, entonces lográs que la gente te siga escuchando. Después vas a ver que hay millones de agrupaciones que quedan perdidas, porque son cosas comerciales, pasatistas, que no tienen una vibración que vaya con ningún tipo de persona.

"He querido deshacerme de Cross y no he podido, porque evidentemente es algo que me acompaña"

Marcelo CrossCantante

—¿La valoración tardía te ha enojado?

—No, para nado. Al contrario, me doy cuenta que yo tenía razón.

En el libro La era del casete de Tabaré Couto, se cita una entrevista a vos de 1987 en la que decís que todavía no había surgido acá un músico que sea de verdad, que todos son de mentira. ¿Cómo sentís que ha cambiado eso?

—No ha cambiado.

—¿Estás atento a lo que pasa en la escena acá, desde Argentina?

—Sí, más o menos me doy cuenta de lo que pasa. A ver, vamos a empezar por una cosa: todo lo sucedido a partir del 2000 en este tipo de música, no soporta análisis. Me hago cargo yo de esto que digo: el rock empieza con Elvis y se muere cuando se muere Kurt Cobain. Ahí se acabó el rock, porque todas las músicas tienen un período que es nacimiento, época de oro, apogeo y decadencia. Por eso analizar rock a partir del siglo XXI, es a mi entender, un despropósito. Lo que hacen las bandas no es rock —parece rock pero no lo es, sobre todo para puristas como yo—, o es algo que ya se hizo. ¿Cómo inventamos un Pink Floyd ahora? ¿Un Iggy Pop? No podemos, ni siquiera un forro como Marcelo Cross se puede inventar de vuelta.

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