Pink Floyd con The Wall no pudo hacerlo, Jaz Z necesitó una ayuda de Justin Timberlake y Eminem, y Metallica ni siquiera lo intentó. Agotar dos shows consecutivos en el Yankee Stadium en la ciudad de New York, con su aforo de 50.000 espectadores, es casi imposible para cualquier artista de la música pop que no se llame Paul McCartney. Pero Romeo Santos, en julio del año pasado, lo consiguió.

El lunes, todo indica, llenará un más modesto pero igual de desafiante Gran Parque Central en Montevideo.

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Santos, quien creció en el Bronx, se autodefine "rey de la bachata", un género nacido en los campos de caña de azúcar de República Dominicana, que se recicló en Nueva York y se caracteriza por guitarras ondulantes, un ritmo gentil y, en contraste con la salsa, la ausencia de vientos. Su popularidad es enorme: el video de "Propuesta indecente", el tanguero single de su último disco Fórmula Vol.2, fue visto en YouTube —por lo menos al cierre de esta edición— 653.718.763 veces y está en el puesto 21 de los más vistos en la historia de la plataforma.

El éxito de Santos en Estados Unidos y en el mundo es una evidencia de la creciente influencia de la población hispana estadounidense (ya son más de 50 millones) y sus dos décadas en el negocio musical, pero también de un nuevo tipo de artista del que Santos ha sido pionero y maestro. Al llenar un sonido tradicional latino y su tema principal (el romance) con rhythm and blues y giros de hip hop, Santos, que tiene 33 años, ha creado un género que une las tradicionales diferencias en el gusto latino y el anglo, llegando así a los latinos jóvenes que escuchan música estadounidense. No hay manera de sentirse incómodo con Romeo Santos.

"Hay un montón de jóvenes latinos queriendo conectar con algo que sea como el hip hop pero sin ser rap, algo romántico, como el R&B, pero en español y sentirlo como propio", dice Déborah Pacini Hernández, autora de Oye Como Va! Hybridity and Identity in Latino Popular Music ("Oye como va! Hibridez e identidad en la música popular latina") y profesora de Antropología y Estudios Americanos en la Universidad de Tufts. Ha seguido la carrera de Santos desde que estaba en la boy band Aventura. "Bachata es acerca de romance", dice Pacini Hernández. "No es una cosa de hipermacho y además se conecta con el mundo del baile", en, por ejemplo, festivales de bachata en Europa y Asia.

A diferencia de estrellas como Ricky Martin, Marc Anthony, Enrique Iglesias, Jennifer Lopez y Shakira —todos citados por Santos como quienes pavimentaron su camino en la música— no tiene intenciones de expandir su presencia en el mundo angloparlante. Aunque siempre mete frases en inglés en sus canciones, y tiene una tendencia a hablar en spanglish cuando está fuera del escenario, hasta ahora se ha negado a grabar un álbum en inglés, diciendo: "Creo en mi cultura y en mi género porque son hermosos".

Encima, se volvió un modelo de un crossover al revés. Artistas angloparlantes, avivados de su popularidad entre uno los espectros demográficos de mayor crecimiento en Estados Unidos —los jóvenes hispanos— están ansiosos por colaborar con él. Su segundo álbum solista The Formula Vol. 2, editado en febrero del año pasado y el centro de la gira que ahora lo trae a Uruguay, tiene a Drake y Nicki Minaj intentando cantar en español: él en "Odio", una canción que también incluye un rapeo en inglés de Drake y ella en "Animales". En el primer disco solista de Santos, editado en 2011, estaban Usher y Lil Wayne pero sus colaboraciones eran en inglés.

"Utilizar artistas como Drake, esa fue otra estrategia mía", dice Santos. "La gente esperaba que fuéramos a hacer una canción de R&B, pero fue una bachata, y pienso que no estaban prontos para escucharlo cantar en inglés o rapear en un disco de bachata. Incluso él, al principio, me preguntó: ¿No pensás que es raro tener un ritmo de rap en un disco de bachata? Así que le dije: Mirá, si alguien puede salir ileso de algo así, soy yo, así que vamos a hacerlo".

Santos, hijo de padre dominicano y madre portorriqueña, es un producto puro del Bronx, el barrio donde aún muchos se refieren a él por su nombre de nacimiento, Anthony. Creció en un ambiente multirracial y multiétnico, escuchando R&B, rock y hip hop, además de salsa y bachata, un género que en Uruguay se hizo popular a través de Juan Luis Guerra.

En estos días, el repertorio de Santos tiene menos que ver con el espíritu y más con la carne. Muchas de sus canciones lidian con "amor, desamor, lujuria o sexo", como él dice, incluyendo "Propuesta Indecente", sin duda su canción más popular (en un repertorio que incluye tonadas pegadizas como "Eres mía", "Cancioncitas de amor", "Inocente"). Es una historia de sexo de un sola noche que fue el primer sencillo de su último disco, y que tiene un video filmado en Buenos Aires con la actriz mexicana Eiza González.

Todo eso, combinado con una voz que parece acariciar y teñida de vulnerabilidad, ha contribuido a una imagen de Santos como símbolo sexual. Estuvo en la portada de la edición de verano "Hot Guys" de la revista Latina y también se metió en la lista de "Los 50 Más Bellos" de People en Español. También ha comenzado a atraer la atención del cine y televisión: tiene un papel en Rápido y Furioso 7. Santos destaca que "Romeo" es solo un personaje en un escenario.

"Esas mujeres se están enamorando con las canciones", dice. "Hay integrantes de mi banda que son más lindos y no están teniendo la misma suerte".

El del lunes a la noche en el Parque es parte de un largo tramo de la gira que Romeo Santos encaró tras la salida de The Formula Vol. 2 y que, por ejemplo, de acá a fines de junio, incluye más de 30 conciertos. Viene girando por el mundo desde febrero del año pasado y agotando en todas sus escalas: hizo dos estadios Monumental en Buenos Aires, cinco Arena Movistar en Santiago y tres Auditorio Nacional del Distrito Federal mexicano. Además, la revista Billboard, eligió el del 12 de julio de 2014 en el Yankee Stadium como uno de los mejores conciertos del año. “Fue una master class”, escribió la revista. “No sólo en la música que fue liviana como una pluma pero a la vez con mucha carne, sino también en cómo mantener a una audiencia tan grande a sus pies”.

Ese es el show que llega el lunes a Montevideo y para el que, según los organizadores “debido a la gran demanda” de entradas se agregaron nuevas localidades a la venta: las plateas VIP Bronce a 1.780 pesos. Hay financiación con todas las tarjetas Scotiabank hasta 12 cuotas sin recargo y con el resto hasta 6 cuotas; se compran en la red UTS y Tienda Inglesa. El show empieza a las 21:00.

El lunes en el Parque Central actúa el artista del momentoLARRY ROTHER / THE NEW YORK TIMES