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Larbanois - Carrero: “Nos negamos a ser panfletarios”

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Larbanois Carrero

MÚSICA

El dúo repasa los 40 años de trayectoria que festeja en el Teatro de Verano.

La idea es que el recital toque, en cada canción, los 40 años”, dice Mario Carrero. “Y está pensando para que tenga una parte visual, un espectáculo en el que vayan pasando los 40 años del grupo”. Se refiere al show que junto con su compañero de ruta, Eduardo Larbanois, realizarán en el Teatro de Verano Ramón Collazo, el 17 y 18 de noviembre para celebrar las cuatro décadas exactas del dúo (las entradas van de 400 a 1.200 pesos y están en venta en Abitab). En estos años, pasaron de un recital para amigos en Tacuarembó (y uno sin público en Melo) en 1978 a ser uno de los grupos musicales más importantes del país. Su presencia en festivales, sus shows en todo el interior y un repertorio que daría para 10 shows, convirtieron a Larbanois - Carrero en un referente de la música popular uruguaya, a cuyo repertorio aportaron canciones como “Zumba que zumba”, “Ocho letras”, “Santa Marta” y ahora “Conclusiones”, un rap que está en su último, homónimo y muy buen disco.

“Hicimos dos listas separadas de canciones y coincidimos en casi todas”, cuenta Larbanois sobre el repertorio del show. “Pensamos que van a ser 40”, dice, e incluso habrá algunas que nunca se han tocado con esta banda que, con la dirección musical de Gustavo Montemurro, incluye a algunos de los mejores músicos del momento. En una charla con El País, Larbanois y Carrero cuentan algunas historias de estos 40 años (como por ejemplo la de su primera gira por el interior), intentan revelar el secreto de su permanencia, reconocen sus orígenes y muestran su orgullo porque los jóvenes en la calle le gritan que ellos también son rock and roll. Nada mal para un dúo que tímidamente empezó a hacerse escuchar en un lejano 1977.

Larbanois & Carrero en el Auditorio del Sodre. Foto: F. Ponzetto
"Conclusiones" de Larbanois - Carrero

—¿Alguna vez imaginaron que iban a celebrar 40 años de carrera?

Eduardo Larbanois:

No. Vos elaborás un proyecto y después se va cimentando o no. Nunca nos pusimos límites, solo tratamos de alimentar la motivación que nos había llevado a trabajar juntos. Y eso nos fue gratificando, exigiendo más y hasta hoy día seguimos en esa. Mientras tengamos objetivos comunes, seguiremos dando lo mejor que podamos.

—¿Aún siente nervios cuando suben a un escenario?

E. L.:

¡Claro! El día que no tenga las maripositas en la barriga...

Mario Carrero: Sí, esa cosa de estar pendiente de cómo va a salir, de si le podés errar a una letra, a un tono...

—¿Le pasan esas cosas?

E. L.:

Bueno, cuando entrás la cancha, te olvidás; cuando entrás a hacer lo que preparaste, lo disfrutás.

M. C.: Es como en todo oficio: si te sale bien la primera, vas tomando confianza. Y hasta ya pizarreás.

—Lo que ha mejorado mucho en la música uruguaya es la infraestructura, y ustedes son un ejemplo de eso. Lejos han quedado las condiciones de aquellos primeros tiempos.

M. C.:

Tenemos una estructura trabajando con nosotros que incluye a toda la banda, con la que tenemos una cuestión de equipo muy fuerte. Y además hay un equipo técnico.

—Son una de generación repleta de cantores. ¿Por qué ustedes trascendieron y siguen vigentes y muchos otros desaparecieron?

E. L.:

No es un oficio fácil. Es un país pequeñito pero tuvimos mucha suerte. En todo caso lo que más nos ha mantenido es el cariño de la gente.

"Es un país pequeñito pero tuvimos mucha suerte"

Larbanois presentará Mandala el próximo 25 de junio en la Sala Zitarrosa. Foto: A. Colmegna
Eduardo LarbanoisMúsico

—Todo bien, ¿pero por qué se da eso?

E. L.:

El artista es un emergente social, que a través de su obra traduce una sensibilidad más o menos global de su pueblo. Habla de sí mismo, pero al hablar de sí mismo es parecido a los vecinos del barrio que se sienten identificados. Y están esos que te dicen: “eso que ustedes dicen, es bien así”. Ahí es cuando uno se encuentra con la gente. Porque uno es de pueblo, Mario es de Florida y cuando se vino a Montevideo, se fue para Villa Española, que en aquella época era como un pueblo. Y yo en Tacuarembó siendo niño, cuando alguien venía a Montevideo ya era distinto. Somos gente de pueblo.

M. C.: La gente valora la coherencia, el profesionalismo y hasta la intención. Siempre intentamos hablar de hoy en cada canción. Venimos de una generación de canción de texto, y nos metemos en las canciones en temas que nos son muy queridos. Y no digo político partidarios. “Santa Marta”, por ejemplo, plantea el tema de la globalización.

—Aunque están vinculados a una sensibilidad de izquierda, está claro...

E. L.:

Pero nos negamos a ser panfletarios. El planfeto es circunstancial y una manija para el cuadro. El arte genera una sensibilización mayor para comprender lo humano; en un mundo en que la velocidad informativa es tan grande que no te da tiempo a razonar. El cerebro que tenemos es el mismo de hace 200 años, y teníamos tiempo para parar y reflexionar una noticia: hoy día no lo tenemos. En el arte eso no funciona. Una canción te va generando diferentes emociones en diferentes edades. El Bocha Benavides decía: “el autor es un visor inteligente de su obra”. O sea que el autor sabe lo que hizo pero no sabe lo que le salió. El círculo se completa con el receptor.

M. C.: Somos el fruto de una generación que corresponde a un momento histórico en Uruguay y en el mundo. Desde la revolucion cubana, los Beatles, Elvis Presley, Olimareños, Zitarrosa, Galeano, García Márquez. Somos un producto de eso. A medida que vas avanzando, intentamos que ese ADN siga presente, pero tratando que de algún modo no pasemos a ser un elemento arqueológico. Seguir generando, aportando a la discusión la mirada de aquello que nosotros traíamos. Hemos cantado con la generación de los sesenta, con las de hoy y hemos logrado que gurises nos crucen por la calle y nos digan: “Larbanois - Carrero es rock and roll”.

E. L.: Lo que quiere decir: “también son míos”.

"Hemos logrado que gurises nos crucen por la calle y nos digan: “Larbanois - Carrero es rock and roll”"

Larbanois-Carrero
Mario CarreroMúsico

—¿Tienen muchas canciones que merecieron mejor suerte?

M. C.:

Sí, claro pero es por nosotros mismos. Un recital es de una hora y media con 25 canciones como mucho, y nosotros tenemos 200 para hacer. Pero en un festival subimos y ya en la primera canción nos están pidiendo “Ocho letras”, “Santa Marta”, “Zumba que zumba”. Es lindo que eso pase.

E. L: Esas canciones te dan pie a las otras y hay un ámbito determinado para presentar una canción nueva. Una sala de teatro, por ejemplo. Aunque las rodeamos de canciones conocidas, de comentarios, para vestirlas y poder presentarlas.

—Un cambio grande que ustedes vivieron es la proliferación de festivales en el interior. ¿Cómo es ese mundo?

E. L:

Muy lindo. Generalmente son comisiones que se conforman para promover determinadas cosas que tienen que ver con nuestra idiosincracia campesina. La Patria Gaucha una de las cosas notables que tiene es la reproducción de la vida rural en el siglo XVIII y XIX. Eso es lindísimo.

—Pero más allá de esos impulsos, muchas de esas tradiciones se están perdiendo mismo.

M. C.:

En el último disco hay una canción como “La yerra”, pero la yerra solo se mantiene en aquellos que lo quieren hacer tradicionalmente. En lo estrictamente funcional y económico, llevan los animales al tubo y lo hacen dos personas. Y aquello de que se junten 200 personas, hagan asado con cuero, saquen unos vinos, todos medio tomados.
Larbanois-Carrero
"Cuando empieza a amanecer" junto a Pepe Guerra

—¿Cuándo fue su primer recital en el interior?

M. C.:

Una gira formal por Tacuarembó, Melo, Treinta y Tres, Varela.

E. L.: En 1978. Fue cuando recién nos empezaron a llamar como dúo porque entonces éramos dos solistas. Y de ahí el nombre, porque antes eran nombres genéricos (Los Zucará, Los Olimareños). Y cuando nos llamaron a nuestra primera actuación profesional en el San Juan Bautista, en marzo de 1978, nos dijeron Larbanois - Carrero. Para ese fin de año preparamos una gira y allí salimos con Nelson Caula que recitaba poemas, y un equipo de técnicos. Nos íbamos en la Onda. En Tacuarembó, mi ciudad, fue nuestra primera actuación porque ahí me conocían por el dúo Los Eduardos. De ahí fuimos a Melo y no fue nadie. Y en Treinta y Tres, llegamos al Club Democrático, miramos y el público era Ruben Lena y la señora. Pero como a los 10, 15 minutos cuando salimos a escena estaba lleno de bote en bote. Y en Varela, tocamos con todos los amigos de Treinta y Tres.

—A una ciudad como Treinta y Tres, ¿cuántas veces fueron?

E. L.:

Muchísimas. Por lo menos todos los años y más de una vez. Y están todos los pueblos chicos, Cebollatí, Vergara, Rincón, Arrozal Treinta y Tres.

—Tienen millas ustedes...

E. L.:

Sí. Ojalá nos dieran millas por todos esos viajes. Pero ha sido una experiencia riquísima porque vas conociendo la idiosincracia misma y las diferencias sustanciales que hay de un pueblo a otro. Cómo la identidad es un fenómeno dinámico, pero además en un ámbito pequeñísimo hay una vida propia con cosas muy propias y esos pueblitos pequeños...

M. C: Hay cosas que siguen hasta hoy aunque la tecnología ha emparejado bastante, y en un viaje al interior hoy no es que la gente no sepa qué es lo que llega de Montevideo.

—Los asados que deben haber comido ustedes en las giras.

M. C.:

La verdad que sí, pero ahora estamos más prolijos.

E. L.: Estamos domados.

ÚLTIMOS MOMENTOS

Tres discos

Con 40 años de trayectoria encima, Mario Carrero y Eduardo Larbanois no paran. Acá, un repaso de sus últimas y variadas ediciones.

Histórico - En vivo junto a Pepe Guerra, 2016
El dúo se juntó con otro histórico del folclore, Pepe Guerra, para un encuentro memorable en el Teatro de Verano que quedó registrado en un disco doble en vivo, con un repertorio que tiene lo mejor de la música popular nacional. Empieza con “Cuando empieza a amanecer” y cierra con “A Don José”.

Conclusiones - Disco de estudio, 2015
Es el último disco de estudio de Larbanois - Carrero, y uno de sus trabajos más destacados. Con producción de Gustavo Montemurro, la dupla se aggiorna en cuanto a sonido y fórmula, para mezclar rap con tradición y hacer un abordaje temático que es variado e interesante.

Cuatro en línea - Con Emiliano y El Zurdo, 2012
Es otro trabajo en vivo registrado en el Ramón Collazo, pero esta vez con un dúo popular de otra generación, el que conforman Emiliano Muñoz con Freddy “El Zurdo” Bessio. Fue Disco de Oro y es una prueba de cómo Larbanois - Carrero han trascendido su propio tiempo y público.

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