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Un inicio de festival con altibajos

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Ligia Amadio, al frente de la Filarmónica la semana pasada en Pocitos. Foto: Fernando Ponzetto

La nueva directora estable de la Orquesta Filarmónica de Montevideo, la maestra brasileña Ligia Amadio, inició el Festival Mozart con la obertura de la ópera Las Bodas de Fígaro.

Su versión fue un exponente de belleza y pureza de estilo, logrando una diáfana sonoridad y haciendo lucir las acentuaciones rítmicas.

Luego llegó el Concierto para piano y orquesta nº 19 que tuvo como solista al pianista carioca Eduardo Monteiro. Su interpretación fue en líneas generales correcta, pero su enfoque estuvo impregnado por un romanticismo chopiniano que no corresponde al período clásico al que Mozart perteneció.

Al finalizar su ejecución, ofreció como bis Impressões Seresteiras de Heitor Villa-Lobos, segunda pieza que integra el "Ciclo Brasileiro".

El compositor y pianista paulista João de Souza Lima decía respecto de esta obra: "Es una especie de scherzo de Chopin, por su importancia, por el interés pianístico que presenta y por los pasajes de virtuosismo". Monteiro pudo mostrar en este bis todo su potencial expresivo y técnico, demostrando que no en vano ostenta ese gran reconocimiento en el escenario pianístico de Brasil.

Indudablemente no fue muy feliz la elección de Mozart para Monteiro: hubiera sido fantástico si se le hubiera convocado para interpretar algún autor del romanticismo, donde podría lucir su gran sensibilidad y sus notables dotes virtuosísticas.

Por su parte Amadio condujo equilibradamente a la orquesta, sin cubrir para nada la labor del solista.

En el programa de sala se cometió un error en los párrafos finales de la biografía de Eduardo Monteiro, colocándole méritos que forman parte del curriculum del pianista uruguayo Homero Francesch.

Para cerrar esta velada Amadio presentó la última sinfonía de Mozart, conocida por el apodo de Júpiter que le fuera dado por el compositor y pianista Johann Baptist Cramer debido a la perfección divina de su música. Sin embargo otros afirman que el nombre que se le adjudicó se debe a los dramáticos acordes del inicio del primer movimiento, cuyo impacto semeja la caída de los rayos de Júpiter.

Amadio brindó una espléndida versión de esta sinfonía, donde su labor interpretativa fue admirable y la orquesta demostró eficacia y precisión.

Festival Mozart

Orquesta Filarmónica de Montevideo. Directora: Ligia Amadio .Solista : Eduardo Monteiro (piano). Programa: Obertura de la ópera "Las Bodas de Fígaro" K.492 "Concierto para piano y orquesta nº 19 K.459 " y Sinfonía nº 41 "Júpiter" K.551.

Dónde: Teatro Solís. Cuándo: 21 de febrero.

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Ligia Amadio, al frente de la Filarmónica la semana pasada en Pocitos. Foto: Fernando Ponzetto

CRÍTICAJULIO CESAR HUERTAS

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