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Ibarburu & Chapital: Con la guitarra como oficio, vínculo y también universo

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Nicolás Ibarburu y Juan Pablo Chapital. Foto: Marcelo Bonjour.
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Archivo El Pais

Dos de los mejores guitarristas uruguayos tocan el domingo en la Zitarrosa.

Nicolás Ibarburu y Juan Pablo Chapital no son hermanos, pero perfectamente podrían serlo. Los dos tienen la misma pasión y un vínculo muy similar con la guitarra, y además son instrumentistas tremendamente habilidosos. Usan pelo largo, hablan bajo, piensan bastante antes de responder, y transmiten una misma energía de absoluta tranquilidad.

"Nos conocemos hace muchos años con el Chapa, muchos años de aventuras, de encontrarnos en la vuelta, cruzarnos en tablas. Y cuando me invitó para hacer algo juntos me copé, y a partir de ahí estamos curtiendo pila", cuenta Ibarburu a El País.

El domingo, él con un cuarteto y Chapital (el Chapa para todos sus amigos y colegas), se presentarán en la Sala Zitarrosa y serán protagonistas. Eso es otra cosa que tienen en común: aunque sus nombres están bien afianzados en la escena musical local, se los suele ver acompañando a otros músicos. Sus emprendimientos personales suelen quedar, por largos períodos, en segundo plano.

Ibarburu, además de la banda que tiene con sus hermanos, integra la actual banda de Martín Buscaglia, los Bochamakers, y acompaña incansablemente a Julieta Rada, siendo parte fundamental de su último disco, Corazón Diamante. Además, estuvo con Jaime Roos largos años.

Chapital es uno de los guitarristas de Fernando Cabrera, toca con Alfonsina y participó de la banda del programa Yo me llamo. Pero como su colega, es uno de esos músicos a los que el teléfono les suena dos por tres para participar de algún show, sea con un artista nacional o internacional.

Esta vez, este domingo, esos proyectos distintos pero parecidos tendrán el lugar que merecen (ver recuadro). Quizás tiene que ver con "el cuarentazo", bromean, o con haber encontrado un momento y espacio para compartir.

"Es un momento para compartir porque estamos en la misma, remando con lo nuestro", dice Chapital, quien asegura que es músico por haber escuchado y visto a tipos como el que este fin de semana lo acompañará.

"Me acuerdo el shock cuando lo vi por primera vez, en un concierto en el colegio que yo iba, y Nico tocaba con La Hermosa Banda, un grupo que tenían cuando eran chicos con sus hermanos", repasa Chapital. "Era un tipo que tenía mi misma edad, con carita de ardilla (se ríen) y ya tocaban así, y yo no lo podía creer. Eran dos tipos que tocaban como lo que a mí me gustaba de los discos", recuerda.

Ibarburu y Chapital tienen un vínculo bastante afectivo, de admiración y amistad que trasciende su música. Pero también la empapa. La charla muchas veces queda entre ellos dos, cuando hablan de su pereza para cambiar los encordados, buscan diferencias, tratan de definir sus sonidos o hablan de sus momentos musicales actuales.

El momento de Chapital tiene que ver con la vuelta a una vieja banda sonora, a la discografía de George Harrison, a la canción. Aunque su música no tiene letra, hoy siente que lo que compone se parece mucho a una canción.

"Trato de decir lo que tengo que decir a través de la melodía. Cuando empecé tenía una intención de que sea más jazzístico en el concepto, pero cada vez es más cercano a las canciones. Voy encontrando mi propia vuelta", reconoce.

Sin embargo, eso que tiene para decir no aparece todo el tiempo. Tiene una especie de costado oscuro que lo lleva a componer cuando le pasó algo, en general triste. Y aunque le cuesta encasillarse en un estilo, enfrenta la dificultad que puede tener hacer música instrumental.

Ibarburu, por otro lado, "está en un momento bastante acústico, íntimo. Estoy también en esa cosa de ir buscando lo simple y lo que realmente me mueva, antes capaz que tendía a rellenar más".

Además, él sí es un compositor prolífico, suele tener proyectos paralelos y sí escribe letras. Se trata de encontrar "una llavecita", dice, y recurre a una vieja frase. "La inspiración no se sabe cuándo viene, pero mejor que te agarre laburando. Y laburar es lo que hacemos nosotros, tocar".

—¿Y se disfruta trabajar de guitarrista, o en un momento les gustaría volver al hobbie?

Chapital: Está bueno si te gustan los proyectos en los que estás. A mí tocar con Cabrera, ponele, me encanta porque me gusta lo que hace y me gusta mi rol ahí, que es bastante libre. Si tengo que tocar lo que otro quiere, se te genera algo de trabajo. En los lugares donde podés poner de vos es donde estás más cómodo, o que te va a aportar algo nuevo musicalmente. Porque va a ser alimento.

Ibarburu: Hay gente que dice: "Ustedes que hacen lo que les gusta", y también dentro de la música hay un montón de cosas que tenés que hacer para pagar el alquiler. Obvio que está vinculado, pero es muy diferente un proyecto en el que podés volcar lo tuyo, y te va a motivar mucho más siempre.

el cruce de dos bandas con estilos definidos

Ibarburu y Chapital no estarán solos el domingo en el escenario de la Zitarrosa. El primero irá con una de sus bandas, Quarktetris, y el segundo con el quinteto que integra.

La idea inicial es que cada banda presente su set, para después realizar un set aparte mano a mano entre los guitarristas, con sus acústicas.

"Son canciones nuevas arregladas con impronta jazzera, porque hay solos e improvisación", explica Ibarburu sobre Quarktetris. Chapital Quinteto, aunque también tendrá momentos de solos, apostará por las canciones instrumentales.

"Vamos a estar medio entreverados", comentan los dos.

Manuel Contrera, Martín Ibarburu, Fernando Vera, Gerónimo de León, Enrique "Checo" Anselmi y Hernán Peyrou los acompañarán.

El recital empieza a las 21:00 horas y las entradas están en Tickantel y boleterías. Cuestan 250 pesos.

Música sin letras y un trabajo que va más allá.

"Me cuesta mucho pedirle a alguien que lo haga por mí, y también considero que no tendría que pedirle a nadie que lo haga. Entonces termino haciendo el flete, no sé. Meto mucho huevo. Por ahí, ahí se descuida un poco la parte musical", reconoce Chapital. Aunque disfrutan de tocar la guitarra, tener que trabajar de músico implica en muchos casos pensar en lo técnico y lo administrativo.

"Pero después, cuando estás tocando, pasan otras cosas que siempre le terminan ganando a esa parte", dice.

En ese sentido, Ibarburu entiende que los dos están en un momento en el que necesitan hacer sus cosas y salir a tocarlas, aunque sea difícil difundir sus proyectos. La impronta jazzera y la parte instrumental tiene mucho que ver con ese obstáculo.

"Es algo difícil de contextualizar. Porque si me preguntás a mí qué es la música que hago, no sé qué decirte. No me siento parte; me encanta el blues, pero para los bluseros soy medio jazzero. Para los jazzeros soy medio blusero", señala Chapital.

"La gente tiende a tener un pensamiento lineal: "ah, es música instrumental, no me gusta". Música instrumental no es únicamente Chick Corea Elektric Band", critica.

De cualquier manera, reconoce que hay un concepto general que entiende a lo instrumental como música para músicos. Puede serlo, puede que no, pero hay algo que va más allá de eso.

"Tiene que ver con la atmósfera que generás cuando estás tocando, y eso me termina importando más que el estilo musical en sí", reflexiona Chapital, e Ibarburu asiente.

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Nicolás Ibarburu y Juan Pablo Chapital. Foto: Marcelo Bonjour.

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