Fer Vázquez, cantante y compositor.

—¿Cómo preparaste este show en el Velódromo?

—Más allá de las canciones, que se supone que todo el mundo que viene a vernos las conoce, la idea es agregarle cosas para que la gente se vaya satisfecha con el show.

—¿Y por dónde pasaría lo novedoso?

—Por el baile. El año pasado usamos bailarines, pero no bailamos nosotros. Y este año la idea es bailar nosotros, músicos y cantantes.

—¿Esto es algo que se te ocurrió...

—¿A partir de ShowMatch? Sí, claro. Siempre me gustó la idea de aprender a bailar, aunque nunca bailé. Es más, la primera vez que bailé fue ahí, en ShowMatch. Sin presiones, ¿no? (risas).

—¿No bailabas cuando salías a los boliches con tus amigos?

—Hacía un mínimo movimiento como para no parecer un árbol. Pero ¿bailar? No. —¿Y cómo es incorporar baile a una presentación de Rombai?

—La idea es unir la danza a un espectáculo de cumbia de una forma diferente a lo que ya hicieron las bandas de los 2000, como Los Fatales y su "bicho bicho", por ejemplo. La idea es hacer algo que tenga como referencia lo que hacen Ricky Martin o Chayanne. No hacer algo parecido, pero sí es lo que nos gusta. Algo más propio de un show pop.

—De la vez pasada que te presentaste en el Velódromo a esta pasaron bastantes cosas: estuviste en ShowMatch, cambió la integración de Rombai y varias cosas más. ¿Cómo evaluás el desarrollo de Rombai entre un Velódromo y otro?

—Este nuevo show es un nuevo techo que nos estamos poniendo. La vez pasada fue una muestra de lo rápido que llegamos a tener popularidad. Y eso trajo muchas críticas. El año pasado se nos criticó mucho. Ahora, el uruguayo está un poco más orgulloso de que estas bandas, que son uruguayas, estén yendo a tocar a muchos países de Latinoamérica. Nada me pone más contento que eso.

—O sea que para vos este es un concierto de aceptación.

—Sí, siento que hay más gente que está de nuestro lado ahora. De repente no es así, ¿eh? Capaz que mi percepción está errada.

—¿Qué cambió?

—No sé. Tal vez sea que a los uruguayos no nos gustan los cambios, y no aceptamos algo de primera. Nos cuesta más. Es como que nos tenemos que acostumbrar antes de poder expresar que algo nos gusta. Tal vez, lo que ayudó un poco en ese sentido fue la película (Márama-Rombai: el viaje). Ahí se vio que llegamos adonde llegamos trabajando mucho, con pasión pero también esfuerzo. Porque se decían tantas cosas... Que habíamos llegado solo por ser chetos y que el padre de la que canta era el dueño de Claro, y que esto y que lo otro... En ese sentido, la película mató a un montón de mitos.

—El mito del ascenso vertiginoso.

—Claro. Porque tengo más fracasos que éxitos. Vengo componiendo canciones desde los 15 años y recién en los dos últimos años tuve éxito. No digo que sea mucho, y sé que hay músicos a los que les llevó mucho más. No digo que no haya tenido suerte, porque sí la tuve. Pero también recorrí un camino. No tuve todo de arriba.

—¿Ahora sí tienen canciones?

—(Sonríe). El año pasado no teníamos disco, ni Márama ni Rombai. Este año sí. ¡Nuestro repertorio da para un show genial!

VIDEOFABIÁN MURO