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Florencia Núñez: "Quiero mostrar de dónde soy y quiénes formaron mi identidad"

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Florencia Núñez. Foto: Leonardo Mainé.

ENTREVISTA

La cantautora publicó "Porque todas las quiero cantar", un disco de homenaje a la canción rochense. Sobre este proyecto, habló con El País.

Florencia Núñez relata que en los 10 días que pasaron desde el lanzamiento de Porque todas las quiero cantar, su disco de homenaje a la canción rochense, no ha dejado de recibir mensajes de agradecimiento por su trabajo. “Siento que nunca había vivido días tan efervescentes en cuanto a repercusión de la gente”, dice, con una sonrisa, desde una de las mesas de un bar ubicado en el Parque Rodó.

“Me llegan mensajes de gente que escuchó el disco y lo compartió. Pila de gente de Rocha me escribió y me agradecen por representar, de alguna forma. Creo que está pegando de esta forma por la fibra emotiva”. Pero la recepción positiva no se limita con el lanzamiento del álbum, sino que comenzó en junio cuando subió a YouTube el tráiler del documental que acompaña este proyecto y que próximamente llegará a las pantallas de cine.

El camino continuó con dos sencillos: “Contigo y en el palmar” (compuesta por Gabriel Núñez Rótulo) y “En tu imagen” (de Lucio Muniz), que se encargaron de revitalizar a esos clásicos y, de cierta manera, acercarlos al sonido pop que Núñez había desarrollado en su celebrado disco Palabra clásica, del 2017 (ver recuadro).

Ahora llegó el disco completo, que se divide en dos partes. La primera presenta seis relecturas del cancionero rochense, mientras que la segunda está formada por la música incidental del documental, que fue compuesta junto a su colega, el también rochense Nicolás Molina.

Sobre esta nueva etapa, Núñez habló con El País.

—En estos días el público ha recibido con cariño tu proyecto de revalorizar la canción rochense. ¿Sentís que hacía falta generar una instancia de este tipo ?

—Puede ser. Hay una estética de nuestro cancionero que es superfolclórica y creo que lo novedoso es que salga de esa clave y que tenga eso de la música que me gusta escuchar y que hago. Se juntó la música que me hizo, con la que hago, y salió esto. Creo que por eso sorprende, y a la vez toca una fibra emocional. No sé si es que hacía falta, pero sí sé que no se había hecho en esta clave, y eso no quiere decir que sea mejor o peor, sino que es distinto. Creo que por eso llama tanto la atención. Vivo en Montevideo hace muchos años y sentía que, salvando a Julio Víctor González “El Zucará” y a los Solipalma, esa música estaba encerrada en el territorio.

—¿Creés que la mezcla entre tu mirada montevideana y rochense puede ayudar a que un nuevo público se acerque a ese repertorio?

—Si pasa eso, cumplí la misión. El móvil era acercar a nuevas generaciones—que me conocían por mis canciones— a la música que me formó y que fuera para una puerta de entrada para que empiecen a buscar los discos de Los Zucará o Solipalma. Igual, esta no es una foto científica de un panorama, sino que son unos puntitos aislados. Elegí los temas por una decisión personal, y si hubiera tenido más tiempo y presupuesto hubiera hecho más.

—¿Creés que, al ponerle tu voz, esas canciones que fueron compuestas y popularizadas por hombres lograron reinventarse?

—Hay que pensar que, históricamente, las canciones fueron compuestas por hombres. Por lo menos, las más conocidas. Lo mismo pasó con los intérpretes; ha habido muy pocas mujeres, y contadas con los dedos de la mano, que generaron un contenido propio y popular. Las podemos nombrar: Amalia de la Vega, Vera Sienra, Cristina Fernández, Estela Magnone y Laura Canoura. Sin embargo, del lado masculino hay un montón y son más conocidos. Creo que por eso no me sorprende pasar a mi voz  canciones que fueron cantadas por hombres. Además, estamos mirando a los setenta y en esa época prácticamente no había figuras femeninas cantando.

—Lo interesante es que ahora hay más mujeres generando un repertorio propio y popular. Es más, es posible que en algunos años alguna artista se embarque en un proyecto como el tuyo, pero buscando rescatar el repertorio femenino. ¿Notás el crecimiento de artistas mujeres en la escena?

—Sí, y lo vivo desde este lado a 10 años para atrás. Me acuerdo cuando empecé a estudiar en la facultad y me dediqué a investigar el trabajo de las mujeres en la música. No había tantas como ahora. Ahora hay una explosión y tiene varias explicaciones: los medios de grabación están más a la mano y ha habido una liberación de las mujeres que están buscando alzar su voz y buscar espacios. Me parece una lucha justa y válida que le hace bien a la sociedad. Como vos decís, dentro de 50 años cuando otra gente en Rocha haga un proyecto similar a este dentro, seguramente va a haber otras canciones. Y si no pasa, tendríamos un problema. Se necesita renovación.

—En tus primeros dos discos, Mesopotamia y Palabra clásica, el foco estaba en desarrollarte como compositora. Ahora, con Porque todas las quiero cantar, estás desarrollando el rol de intérprete. ¿Te sentías lo suficientemente segura como compositora como para poner esa faceta en pausa y concentrarte en la interpretación?

—Me sentía bastante más segura como compositora. Me había ganado un lugar de respeto y varios premios de esa índole de hacer canciones: MEC, Ibermúsicas y el Graffiti a la composición. Es una pavada, pero eso legitima. Y eso fue cuando tenía 25 años, era chica. La idea de Porque todas las quiero cantar surgió cuando todavía no había sacado Palabra clásica. Yo sabía que esas canciones eran buenas, pero me parecía que se lucirían un poco más produciéndolas y trabajándolas de la manera que me gusta. También se me ocurrió lo del documental, así que vino como en un paquete creativo. Supongo que debe haber sido importante haberme sentido segura de que podía hacer canciones y que no tenía que demostarle nada a nadie. Ahí empezó este desafío, porque yo no me considero una intérprete; no tengo una voz caudalosa, con vibrato y volumen. El desafío era sacar a las canciones de ese lugar de cantar con polenta masculina y ver qué podía hacer para crecer como intérprete, aprender cosas y, además, sumar algo.

—¿Sentís que tus shows a piano y voz ayudaron a desarrollar esa faceta como intérprete? Cuando escucho "Contigo y en el Palmar" y "Poema a las tres" noto un crecimiento.

—Cuando dejé mi trabajo, le dije a Santiago (Miraglia, pianista) que teníamos que salir a tocar y a desafiarnos mutuamente. El de piano y voz es un show muy exigente y el hecho de conocernos tantos años te suma. La verdad que tienes razón, eso me abrió pila las posibilidades. Al dejar el instrumento y concentrarte solo en cantar, aparecen otros matices y exploras otros territorios. Y está buenísimo hacerlo. Laura Canoura me dijo que fuera por ese camino. La interpretación es un camino super subvalorado porque está la idea de que no hacés canciones, pero interpretar es una forma de sacarle un brillo y un filo nuevo a una canción.

—Cuando te entrevisté, a finales del año pasado, comentaste que Palabra clásica aún tenía mucho para dar. ¿En qué momento te sentiste lista para empezar un nuevo proyecto?

—Creo que estás lista cuando tenés las ganas de sacar algo nuevo. Yo evalúo mucho el tema de la voz, y cuando escucho algo cantado hace un año pienso que podría estar mejor. Palabra clásica me encanta y está buenísimo. Sin embargo es un segundo disco y es como me decía Martín Buscaglia: “Lo bueno de los discos es que no te cases con ninguno". Un poco va por ahí. Me encantó hacerlo y siento que no lo toqué lo suficientemente en vivo con la banda como me hubiera gustado. Es más, esa era la idea de este año, pero pasó lo que pasó. Ni bien pueda, quisiera retomarlo. Un amigo me decía que Porque todas las quiero cantar no parece un carril que vaya por otro lado, sino que se integra perfecto con lo que estoy haciendo. Lo bueno es que no es forzado. 

—Ya que hablás de no casarse con un disco, también es importante no casarse con una canción. Ya casi no tocás "Qué planes tienes para el sábado"...

—Sí, obviamente. Eso quedó en el pasado porque la hice cuando tenía 20 años. En un primer disco (Mesopotamia, 2014)  hay muchas cosas verdes y, obviamente, hay un tema que sobresale. Lo que pienso es que cuando uno saca un disco está mostrando una cierta fotografía de tu vida y de tu forma de ver las cosas. Te ponés determinados binoculares, y 10 años después, la mirada es otra. Eso no significa que no vuelva a tocar "Qué planes tienes para el sábado". Me gustar tocar la canción con la banda porque es un momento pachanguero y la gente la canta (se ríe).

—Sé que es muy pronto, pero, ¿qué fotografía de tu vida está presente en Porque todas las quiero cantar

—Lo que pasa es que soy yo la que estoy sacando la foto. Como las canciones pasaron a través de mí, necesité ir revelando las fotos para otros. Soy como un obrero. Las canciones no son mías, pero las tenía que hacer mías para que sea verosímil. Al ser un proyecto que también tiene la parte de la música incidental y el documental, todavía no veo la dimensión, pero  es mi tercer disco. Y siempre dicen que el tercer disco es el clave.

—Y cuando vuelvas a escuchar este disco dentro de unos años, ¿con qué fotografía te gustaría encontrarte?

—Me gustaría sentir que hice lo que quise hacer. Hubiera sido más fácil hacer otro disco con mis canciones, porque había menos riesgo y no hay comparaciones. Sin embargo, hice lo que tenía ganas. Quería mostrar de dónde soy y quiénes formaron mi identidad. También quería que esa tradición siga mutando y no muera. Lo que espero es que no sea un trabajo que me inmole, en el sentido de que la gente me asocie siempre a esto, sino , sentir que ayudé a mantener una tradición y colaborar con algo. Luego seguiré.

"PORQUE TODAS LAS QUIERO CANTAR"

Un disco de relecturas y música incidental

El viernes 16 de octubre, Porque todas las quiero cantar, el tercer disco de Florencia Núñez, llegó a plataformas digitales y disquerías uruguayas. Como si se tratara de un vinilo, este nuevo álbum está divido en dos caras. La primera presenta seis relecturas de clásicos de la canción rochense, mientras que la segunda incluye una serie de composiciones para la música incidental del documental que acompaña este proyecto (y que próximamente llegará a las pantallas de cine).

La cara A propone una revitalización de “En tu imagen”, “Contigo y en el Palmar”, “Poema a las tres” (interpretada junto a Fede Lima), “Mar atlántica”, “Un lugar de medios locos” y “Canción del Camaronero”. La cara B presenta seis instrumentales compuestos junto a su colega Nicolás Molina.

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