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Fantastic Negrito, un artista renacido que vuelve a Montevideo con un disco desafiante

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Fantastic Negrito. Foto: Difusión.

ENTREVISTA

El músico estadounidense ganó tres Grammys, lanzó el disco "White Jesus Black Problems" y mañana se presenta en La Trastienda; antes dialogó con El País

Apenas un link fue suficiente para que Fantastic Negrito decidiera reformular su carrera. Era 2021 y el estadounidense estaba sentado en el camarín de un canal de Atlanta mientras esperaba para salir a escena y dar su primer show desde la irrupción de la pandemia. Para amenizar la espera, buceó en las conversaciones sin responder de su celular y encontró una que le llamó la atención: era un link a ancestry.com, una web dedicada a reconstruir árboles genealógicos. “Mi vida cambió apenas entré”, asegura, entusiasmado, desde el otro lado de la videollamada.

“Al principio pensé que se trataba de un error”, recuerda. “Descubrí que mis abuelos de séptima generación habían sido una pareja interracial. Era algo insólito, porque en 1750 lo común era que un hombre blanco tuviera una relación con una mujer de color; pero era demasiado inusual que una mujer blanca haya elegido casarse con un esclavo africano. Fue shockeante”.

Entonces, en ese camarín de Atlanta, tuvo una epifanía: necesitaba componer un álbum que contara esa historia. Pero no fue tan simple. Xavier Amin Dphrepaulezz —así se llama— ya tenía otro proyecto en marcha. Había grabado algunas canciones con Sting, uno de sus héroes musicales, y planeaba lanzar un disco de colaboraciones con otros artistas. Sin embargo, sus raíces fueron más fuertes. “Cuando estás tan conectado a algo que no es de este mundo, las cosas empiezan a moverse y dejás de tomar las decisiones; simplemente te dejás llevar”, afirma.

Fantastic Negrito. Foto: Difusión.
Fantastic Negrito. Foto: Difusión.

Así que puso en pausa su proyecto de colaboraciones y se sumergió en lo que se convertiría en White Jesus Black Problems, el disco conceptual que presentará mañana en La Trastienda. Compuso casi 50 canciones inspirado en sus ancestros hasta que llegó a “Higest Bidder”, el alma mater del álbum, cuyo estribillo insiste con la idea de que todo va al mejor postor. “Me di cuenta de que todo se trataba del dinero”, dice sobre la época de la esclavitud. “Es lo mismo que pasa ahora con la gente que trata de venderte IPhones a toda costa; lo veían como un simple negocio. Eso me abrió los ojos”.

A lo largo de 40 minutos, Fantastic Negrito habla de la codicia, celebra sus raíces y, especialmente, le canta a la perseverancia. “En este disco muestro cómo la codicia puso a tantas personas en una situación horrible, y cómo la perseverancia les dio el coraje necesario para luchar contra todo obstáculo que se les presente”, explica. “Creo que heredé esa actitud de mis antepasados”.

El músico nacido en Massachusetts en 1968 y criado en Oakland tuvo una vida difícil. Como relató en “Night Has Turned To Day”, en su adolescencia se dedicó a vender drogas (“Vi morir a gente sin razón / Le vendí cocaína a ojos hambrientos”, cantó), hasta que descubrió el disco Dirty Mind, de Prince, y decidió apostar por la música.

Lanzó, en 1996 y bajo el nombre de Xavier, un prometedor debut discográfico titulado The X Factor, pero en 1999 tuvo un accidente automovilístico que casi lo mata. Estuvo en coma durante tres semanas —la tapa del disco Please Don’t Be Dead muestra su etapa de internación—, y cuando despertó su discográfica rompió su contrato. Siguió intentando, pero en 2007 decidió renunciar.

Le tomó siete años, pero Dphrepaulezz finalmente se animó a la revancha. Se cambió el nombre a Fantastic Negrito y volvió a empezar. “La gente me decía que ya era demasiado viejo como para dedicarme a la música;era algo así como: ‘A nadie le importa lo que tengas para decir, andate a tu casa’”, relata. “Empecé tocando en una estación de tren y fue una época muy desafiante, pero el ser humano tiene la necesidad de expresarse y yo necesitaba hacerlo a través de la música”.

En 2014 lanzó Fantastic Negrito, el álbum con el que anunció su renacimiento, pero fue The Last Days of Oakland (2016) el que lo confirmó. Ese trabajo, repleto de riffs salvajes y letras críticas, le hizo ganar el Grammy al mejor disco de blues contemporáneo. Tiempo después repetiría el reconocimiento con Please Don’t Be Dead. “Quiero agradecer al Banco de la Comunidad de Oakland porque estaba endeduado e igual me prestaron dinero”, fue lo primero que dijo al recibir el gramófono. “Para mí, la música es una salvación; es una medicina”, dice ahora.

En este momento está al frente de su segunda gira por Latinoamérica. Ya pasó por México y Brasil y mañana llegará a Uruguay; luego seguirá por Chile y Argentina. Acá se presentará en La Trastienda, el lugar donde ya actuó en 2019. “Por alguna razón, cada vez que pienso en Montevideo me acuerdo de la playa”, comenta. “Me acuerdo que en mi primer show allá la gente estaba sorprendida de verme y de escucharme. Me sentí como una especie de alien, pero eso no es algo inusual para mí”, dice, entre risas.

Luego de esta gira se concentrará en su próximo disco, que, adelanta, se inspira en las traiciones. “Pienso mucho en eso”, asegura. “Creo que las primeras personas que nos traicionan son nuestros padres, y quiero hacer un disco psicodélico. Necesito tomar riesgos porque considero que el arte se trata de eso. Y cuando me siento un poco incómodo, eso le hace bien a mis canciones”.

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